La conferencia del brasileño duró 40 minutos, empezó con 20 de retraso y congregó a más de 50 periodistas
NotMid 25/03/2024
DEPORTES
Hacía mucho tiempo que una rueda de prensa en Valdebebas no generaba tanta expectación. Vinicius hizo gala de su poder de convocatoria y congregó a más de 50 periodistas en la sala de prensa. Hacía muchos años que no se exponía a los medios en suelo español y la última vez que habló fue obligado: cuando ganó el MVP en la Supercopa. El España-Brasil de este martes en el Santiago Bernabéu lleva su sello. No existía mejor oportunidad para dar la cara y por ello llevaba semanas planeado.
Tanta gente se acercó a la ciudad deportiva que el acceso se complicó. Se habilitó sólo una puerta y se entraba por lista. Tardaron más de media hora en dar paso a todo el mundo. Unos pequeños autobuses recogían a la gente y la desplazaban hasta la sala de prensa. Nada de caminar por ahí con libertad, retrasando todo un poquito más y confirmando la seguridad que se había montado en torno a la Canarinha. La comparecencia, programada para las 15:30, empezó 20 minutos más tarde.
Cuando todos los asistentes lo esperaban por una puerta, Vinicius entró por otra, abriéndose paso entre periodistas y acompañado de Rodrigo Paiva, director de comunicación de la CBF, y de Carlos Carbajosa, jefe de prensa del Real Madrid. En la mesa, a su lado, un traductor de portugués a español, al que le pidieron que resumiese las respuestas más largas. Declaraciones que duraban más de un minuto se convertían en otras de apenas unos segundos. En total la comparecencia duró 40′ y sólo cinco medios españoles recibieron el turno de pregunta.
Vinicius se seca las lágrimas durante la rueda de prensa en Valdebebas. CBF
Emocionado y muy arropado
Se le veía cómodo. Seguro. Nada hacía presagiar lo que ocurriría a los 14 minutos de rueda de prensa. Una pregunta que le llevó primero a un recuerdo y, luego, a las lágrimas. “Cada día que voy a casa me voy más triste. Nadie me está apoyando”. Tardó dos minutos en volver a hablar. Se le preguntó si estaba dispuesto a continuar. Él no dudó: “Sí, sí”.
Su llanto se convirtió poco después en el de una periodista. Kiyomi Nakamura, japonesa, lleva siguiendo a Brasil desde 1998 y vive en Rio de Janeiro. También se derrumbó cuando le dieron el micrófono, mientras trataba de preguntar. Explicó en Relevo que siente muy suya esta lucha: “Antes del Mundial de 2022 hice varios temas sobre Vinicius, hablando con personas, yendo a lugares… Él pasó por varias dificultades y siempre se enfrenta y las supera“
En la sala de prensa, acompañando al de Sao Gonçalo, Ednaldo Rodrigues, presidente de la CBF. El máximo responsable del fútbol brasileño veía en primera persona cómo se emocionaba su compatriota. Después presenció el entrenamiento previo al partido con España.
Quien también se presentó, no sólo en la conferencia de prensa sino siguiendo cada uno de los pasos de Vini en esta concentración, fue Netflix. Varios trabajadores de la productora brasileña encargada de grabar el documental (Conspiraçao) se movían como si de otros periodistas más se tratase. Sólo sus cámaras, algo más aparatosas que las del resto, les delataban. Acompañaba un sonidista, también de la productora, con un micrófono siempre cerca del jugador del Real Madrid.
Tres ovaciones: una con las lágrimas; otra, más imprevista, a mitad de su declaración, sin motivo aparente más allá de su bien armado discurso; y una última con el final de las preguntas. Nada más acabar, muchos de los periodistas presentes se acercaron a Vinicius. Mientras que algunos le pedían un selfie, otros grababan la escena. Incluso hubo quien se animó a rogarle un autógrafo. Una situación más propia de un meet and greet para fans que de una sala de prensa.
Se espera que este martes, dependiendo siempre del resultado final, Vinicius vuelva a hablar en la zona mixta del Santiago Bernabéu. Antes recibirá el apoyo de los aficionados del Real Madrid y de todo aquel que se acerque al coliseo blanco. Los primeros gestos de respeto y cariño llegaron en Valdebebas, donde Vinicius, una vez más, mostró que la lucha contra el racismo es mucho más que una pose para él.
Agencias / Jorge C. Picón / Relevo