El imperio de la ley que sobre el poder político establece la Constitución se nos muere, infectado por las larvas zapasanchistas y pumpidianas
NotMid 02/02/2025
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
En los pantanos de Luisiana, calor y hedor, vive lo que en Aragón y Chile llamamos mosco, también moscardón, cuyas gruesas larvas se han convertido en estrellas de YouTube por su habilidad para meterse y crecer dentro de los humanos y, sobre todo, en gatos, perros y ardillas, mascotas ideales, a las que colonizan atrozmente. Extraídas las larvas, que tienen dos dientes de dibujos animados, el humano besuquea al animal aliviado, como si el mosco no fuera animal, y todos a comer hierba, no van a ser perdices.
También el cuerpo antaño de león, hoy entre perro y gato, de España, monarquía parlamentaria según la Constitución votada en 1978 por la gran mayoría de los españoles, está infectado, camino de poseído, por la larva dentada y cleptocrática de la república del mosco Zapatero. Los humanos, con bultos y rojeces, se rascan y viven, pero los animalitos van quedándose feísimos, inválidos, hasta que, devorados por las larvas, mueren. La nación española, incapaz de extraer de su interior la larva zapasanchista, ve cómo la monarquía parlamentaria, que es el Estado legítimo, languidece poseída por esa larva que es el Gobierno, con sus dos dientes que son como dos feroces comisiones de negocios sucios, los propios de países BRICS.
El problema no es que España sea una monarquía parlamentaria o, si la votaran un día los españoles, esa república plurinacional, antiespañola, antiliberal y antidemocrática que reclama Pablenin a Sánchez invocando a Zapatero, su creador y comisionista. Es que una república corrompida por el propio Gobierno y sus negocios deja de ser un Estado de Derecho. Cuando medio Gobierno, empezando por el presidente y siguiendo por su fiscal general del Estado, presume de borrar sus móviles para ocultar a la Justicia sus más que presuntos delitos, está claro que, como los etarras y los narcos, no reconoce más ley que la del tiro en la nuca o el millón a cuenta, el «plata o plomo» de Pablo Escobar.
La princesa de Asturias tiene más canales de fans en You Tube que los moscos de Luisiana, pero las larvas carcomen la arboladura en la que guarda la vela el símbolo gentil de la Corona. La monarquía parlamentaria, el Estado legítimo, el imperio de la ley que, sobre el poder político, establece la Constitución, se nos muere, infectado por las larvas zapasanchistas y pumpidianas. Asquerosas.