Los servicio secreto de Kiev interroga al militar ruso e incorpora el aparato a su ejército
NotMid 24/08/2023
MUNDO
Este pasado miércoles, un grupo de Telegram de la Fuerza Aérea rusa publicaba lo siguiente: un helicóptero de combate ruso MI 8 matrícula RF-04428 había tomado un rumbo hacia el interior de Ucrania por un fallo técnico con la señal GPS. A su vez, otras fuentes ucranianas aseguraban que un MI 8 había realizado un vuelo extraño. Las teorías iban desde «un piloto desorientado» a «un navegador hackeado» para hacerlo aterrizar tras las líneas enemigas. Pero la historia, que incluye espionaje, traición y dinero, es algo más compleja.
El MI 8 salió de la zona ocupada por el régimen de Moscú en el norte de Ucrania y a los pocos minutos penetró en el espacio aéreo controlado por Kiev. Para sorpresa de todos, el aparato no fue derribado por las defensas antiaéreas de Ucrania en ningún momento, pese a que un aparato de ese tamaño no pasa inadvertido a los radares.
Cuando había recorrido 100 kilómetros, el helicóptero tomó tierra en la región de Poltava, en medio de un claro de un bosque. Los miembros armados del SBU, el servicio secreto ucraniano, les estaban esperando, por lo que no parece una localización elegida al azar. De los tres tripulantes, murieron dos de ellos y quedó vivo el piloto. Hasta ahí, los hechos conocidos en los primeros minutos del incidente. ¿Quién mató a los dos tripulantes? ¿Fueron los ucranianos o el piloto ruso desertor? Esa es una de las preguntas que aún no tiene respuesta.
Conforme van pasando las horas, emergen nuevos detalles de una operación planificada con tiempo, quizá con varios meses. «El SBU ya está trabajando con el piloto», ha declarado el servicio secreto ucraniano. Se trata de una deserción por parte del piloto ruso al ejército enemigo, así como una entrega del propio helicóptero, que «ya ha pasado a formar parte de las Fuerzas Aéreas de Ucrania», ha declarado el SBU.
Para evitar represalias, algunas fuentes apuntan que la familia del desertor ya se encuentra segura en Ucrania gracias a unos pasaportes falsos facilitados por el SBU. El helicóptero llevaba en su panza repuestos para cazabombarderos rusos SU27 y SU30 que jamás llegarán a su destino.
No es la primera vez que Ucrania contacta de forma secreta con pilotos rusos para hacerlos desertar con sus propios aparatos. El medio Bellingcat publicó hace unos meses una investigación en la que desvelaba una operación ucraniana destinada a convencer a pilotos rusos de entregarse con su propio aparato, con garantías de no ser derribados y de sacar a sus familias de Rusia, además de la entrega de una buena cantidad de dinero.
Lo que pretendía Ucrania en ese momento es engrosar su arsenal aéreo con unos cuantos SU34, aparatos mucho más modernos y poderosos que los MiG29 que pilotan desde el principio de la invasión e incluso algún Tupolev 22M3, un bombardero estratégico. El servicio secreto ruso (FSB, heredero del KGB) descubrió el complot, pero permitió que siguiera el juego para poder identificar a sus propios pilotos capaces de cometer traición y entregarse a los ucranianos. Hasta tres aviadores rusos recibieron ofertas de un millón de dólares por cada uno de los tres aparatos que consiguieran aterrizar en el interior de Ucrania y medio millón en el caso de helicópteros.
Como primer paso del trato, estos militares debían compartir imágenes de las cabinas de sus aviones, con lo que supone eso de revelación de información suculenta, por unos cuantos miles de dólares pagados a través de transferencias de criptomonedas. El acuerdo final incluía pasaportes falsos y una nueva vida en algún país occidental a su elección. Uno de ellos estuvo muy cerca de dar el paso el pasado verano, según revela la publicación, pero no se atrevió a aterrizar cerca de Járkiv, una ciudad que estaba sitiada por los rusos en aquel momento.
ESPÍAS ESPIÁNDOSE
Tras meses de negociación, Ucrania también detectó que el FSB estaba escuchando esas mismas conversaciones y detuvo la operación. Uno de los pilotos rusos llegó a decir: «No quiero tener el mismo final que Skripal», en referencia al espía ruso que se refugió en occidente y que fue envenenado, aunque consiguió salvar la vida.
En una investigación impecable, el portal Yahoo puso nombre a esos tres pilotos rusos: «Igor Tveritin, Roman Nosenko y Andrei Maslov». Todos ellos son militares muy experimentados. Ahora, con este episodio del helicóptero MI 8, Ucrania consigue al fin su propósito de capturar un aparato enemigo y a su piloto.
Este tipo de estrategia ya fue usada en plena Guerra Fría por el piloto soviético Viktor Belenko, que huyó con su MiG25 hasta territorio japonés, donde acabó desertando.
Por desgracia para las tropas de la Z, en las últimas horas se ha multiplicado el número de uniformados que se entrega sin luchar a los soldados ucranianos en el frente, especialmente en la zona de Zaporiyia. Cada día los miembros del ejército de Kiev publican vídeos tras asaltar trincheras enemigas en las que los rusos, reclutas sin formación en su mayoría, no presentan resistencia y muestran una bandera blanca.
Agencias