NotMid 20/09/2023
OPINIÓN
RAÚL DEL POZO
Las bolas y la política, y hasta la Historia, fueron siempre de la mano. Plutarco acusó a Herodoto de ser el padre de las mentiras. Los políticos suelen mentir, aunque nunca como ahora en la posverdad, un vicio de nuestra época, cuando los farsantes e impostores manipulan y distorsionan la realidad. Siguen el consejo del Conde Lucanor: «Decid antes mentiras que parezcan verdades que verdades que parezcan mentiras». Lo malo de sus trolas es que ahora quedan grabadas. Pero los electores olvidan.
Me temo que Pedro Sánchez y Puigdemont están de acuerdo en pasar por la piedra a sus adversarios a base de falsas promesas. Y tienen ya preparada la milonga que nos van a contar. El primero para seguir en el Palacio de la Moncloa; el segundo porque, según Agustí Colomines, tiene la pillería de la gente del norte de Cataluña y es capaz de alcanzar lo que se propone. Es muy posible que renuncie, de momento, a la unilateralidad, aunque adorne la concesión con retórica. No creo que, como prometían los suyos, vaya a hacer sudar sangre al Gobierno y, aunque acuse de traición a ERC, él vaya a hacer lo mismo que les critica. Lo que es seguro es que los dos están preparando la pirula y no les va a temblar el pulso al firmarla.
Nunca han tenido los secesionistas esta gran oportunidad para domar a un Gobierno. No van a dejar pasar la mejor ocasión que vieron los siglos. Temen ambos que en una repetición electoral puede ganar la derecha, aunque ahora se haya perdido en el laberinto. Les han dicho los juristas que la amnistía será un golpe a la democracia, a la Constitución y a la autoridad del Estado. Rompe la igualdad ante la ley y premia a los que se la saltan.
La coalición de perdedores y pinganillos no sabe cómo colar su chantaje que no cabe en el Estado de derecho y, para colarla, centran la imagen en la unilateralidad, que la dejarán para las calendas. Dan por acordada la amnistía y ahora lo que piden es dinero y patada a las leyes para limpiar el golpe y olvidar los delitos de 1.432 personas. La independencia, más tarde; la volverán a proclamar de otra manera y sin peligro de trena. Aunque no exista para ellos el derecho de autodeterminación, lo intentarán nuevamente cuando el que debiera pedir ese derecho son los que quieren seguir siendo españoles, que no les dejan ni hablar.