Sánchez oculta su incapacidad para gobernar y la brecha con sus aliados con golpes de efecto en política exterior
NotMid 22/05/2024
EDITORIAL
La debilidad de un Gobierno de coalición partido y sustentado en una también fragmentada mayoría parlamentaria está detrás de la conducta de Pedro Sánchez a la hora de usar el Estado al servicio de sus intereses. El presidente había agitado hasta ahora la batalla ideológica con maniobras populistas como la de su amago de dimisión o azuzando el choque con la oposición. Ahora incluso maneja la política exterior -una cuestión de Estado en la que deberían primar la prudencia y el consenso- con golpes de efecto que desnudan la fragilidad del Ejecutivo. En este contexto hay que enmarcar la escalada del conflicto con Argentina. El presidente oculta su escaso margen para gobernar con una sobreactuación que causa estupor en el seno de la diplomacia española.
Las inaceptables invectivas proferidas por Javier Milei exigen una rectificación por su parte. Sin embargo, la retirada de la embajadora española en Buenos Aires constituye una decisión desproporcionada e irresponsable que Exteriores no ha adoptado ni siquiera con un país como Rusia, que se halla en guerra con Europa y sobre el que hay sospechas fundadas de haber cometido atentados en nuestro territorio. El hecho de que la Embajada en un país en el que residen medio millón de españoles se vea sometida al cálculo del Ejecutivo tiene efectos lesivos para ellos y para las 117 empresas españolas que operan en Argentina.
Este clima de tensión es indisociable de los síntomas de descomposición del Gobierno. El presidente comparece hoy en el Congreso para, entre otras cuestiones, materializar el reconocimiento del Estado de Palestina -otro golpe de efecto cuyas consecuencias están por ver en Washington y Tel Aviv- y abordar el posible conflicto de intereses que afecta a Begoña Gómez. Su intervención, en la víspera del arranque de la campaña de las europeas, llega después de que el Gobierno se haya agrietado en sede parlamentaria. Ni Sumar ni los aliados del «bloque plurinacional» respaldaron la proposición de ley del PSOE para abolir la prostitución, mientras ERC, Junts y Podemos presentarán mañana enmiendas a la totalidad a la Ley del Suelo, que será la primera norma del Gobierno contra la que votará Yolanda Díaz. Los socialistas dependen del PP para sacar adelante ambas leyes, por lo que resulta inaudito que, en lugar de activar el diálogo con esta formación, el Ejecutivo ahonde en el frentismo.
El fracaso de la norma en materia de suelo es especialmente relevante. Además de constatar la brecha en la coalición, deja en evidencia el afán del Ejecutivo en extender la crisis con Buenos Aires a modo de señuelo para esconder su inconsistencia. Tras renunciar a los Presupuestos, y a la espera de la Ley de Amnistía, un Gabinete que en seis meses apenas ha aprobado dos decretos leyes y la reforma constitucional referida a las personas discapacitadas, gracias al PP, no puede considerarse más que como un Gobierno incapaz de gobernar.