NotMid 07/02/2025
EDITORIAL
La dimisión de David Sánchez de su puesto en la Diputación de Badajoz dio ayer pie al Gobierno a erigirse de nuevo en abogado defensor de la familia del presidente. Según Félix Bolaños y Pilar Alegría, el hermano de Pedro Sánchez ha renunciado por la «cacería» y la «persecución» de la «jauría ultraderechista». Es el mismo discurso falaz -y dañino para la Justicia- que el Ejecutivo utiliza al presentar a Begoña Gómez como víctima de oscuras maquinaciones por ser la mujer del presidente. La realidad es que tanto David Sánchez como ella están siendo investigados por sus actividades profesionales, y que ninguno de los dos sigue ya en el puesto que ocupaba.
La jueza de Badajoz afirma que «todo parece indicar» que el puesto del músico «se creó para serle asignado», y que era «innecesario». Tras su inconsistente declaración, y dejando desierta la licitación de su proyecto estrella (Ópera joven), este miércoles David Sánchez presentó su renuncia. Inmediatamente después, la Diputación -presidida por Miguel Ángel Gallardo, también imputado- anunció que sacará a concurso la plaza, lo que reforzaría la idea de que el extraño puesto de jefe de la Oficina de Artes Escénicas está plenamente justificado. Se trate o no de una estrategia defensiva, la dimisión del hermano de Sánchez acrecienta la sospecha razonable de que todo fue un trato de favor. Lo dictaminará, en su caso, la Justicia; no el Gobierno.