El regulador del fútbol europeo y la asociación de clubes hacen frente común sobre las reformas que consideran prioritarias para el sistema. Por lo pronto, trabajan en una financiación de 7.000 millones para mitigar el impacto de la pandemia.
NotMid 06/09/2021
La pandemia forja extrañas alianzas, y una se ha visto hoy en el corazón del fútbol europeo. Aleksander Ceferin, presidente de la Uefa, junto a Nasser Al-Khelaifi, presidente de la Asociación Europea de Clubes (ECA), pero también del Paris Saint-Germain (PSG). Paradójico si se tiene en cuenta que le ha tocado hacer una férrea defensa del fair play financiero que en su día incumplió y que en los últimos meses ha esquivado por defectos de forma.
Era la asamblea general y hoy las amenazas son otras. La concisión y contundencia han ido dirigidas al rechazo frontal de la Superliga, calificada por ambos de “fábula”, “desgracia” o “proyecto fallido”, así como a la idea del Mundial de Fútbol cada dos años. Más tibio el dirigente catarí, más claro el responsable del fútbol continental: “Nuestros jugadores no necesitan pasar más veranos consumiendo torneos en lugar de pasarlos relajados”, ha criticado.
En opinión de Ceferin, “la joya de la Copa del Mundo tiene valor precisamente por su rareza y sostenerla cada dos años conducirá a una mayor aleatorización, menos legitimidad y, lamentablemente, diluirá la propia Copa del Mundo”. Ello, pese a que la única solución hallada ahora para reformar la Champions League sea añadir partidos.
En lo que ambos sí se han mostrado de acuerdo, aunque sin entrar en detalles, es la necesidad de reformar el fair play financiero. Como ya expresó semanas atrás en un estudio sobre las finanzas del fútbol europeo, el dirigente esloveno considera que deben “avanzar hacia un sistema más fuerte que permita el control directo y la responsabilidad financiera”.
Actualmente, las regulaciones de Uefa establecen la permisividad de sufrir unas pérdidas de 30 millones de euros anuales, siempre y cuando sean compensadas por los accionistas y haya un plan para compensarlas en los ejercicios posteriores. Un criterio que, en la práctica, ha permitido que muchos clubes compitieran a pérdidas en la Champions League.
Ese control directo al que alude Ceferin podría conducir hacia una supervisión previa como la que aplica LaLiga, de modo que existen más y mejores mecanismos para evitar que haya clubes gastando por encima de lo que realmente general o algunas entidades pongan en riesgo su viabilidad para competir a alto nivel.
Ceferin no ha dado pistas sobre las reformas que plantea, aunque de su intervención se desprende la voluntad de permitir gastar por encima de los ingresos a aquellos clubes con capacidad para absorber el exceso de gasto a través de sus accionistas. Aunque ha indicado que “los clubes deben gastar sabiamente y entender que su estrategia financiera puede afectar al resto”, también ha recordado que “control de costes y equilibrio competitivo son dos cosas distintas”.
Uefa siempre ha defendido que la principal amenaza de este equilibrio entre grandes y pequeños no son las acciones individuales de algunos clubes, sino las distorsiones que provocan los ingresos audiovisuales en función del tamaño de cada mercado. En este sentido, ha querido separar la reforma del fair play financiero de la búsqueda de mecanismos que fomenten la competitividad.
Al-Khelaïfi, cuyo club ha estado en el ojo del huracán por el uso de patrocinios inflados de Qatar para alcanzar la élite, se ha limitado a comentar que desde ECA propondrán “nuevas regulaciones de juego limpio financiero para que el fútbol de clubes europeo permanezca en la cima del deporte y el entretenimiento, pero al mismo tiempo garantice una pirámide de fútbol estable, sostenible, inclusiva y competitiva”. En este punto, ha confirmado que se trabaja en una financiación de 7.000 millones de euros para mitigar el impacto de la Covid en el sistema.
Tras un verano en el que el conjunto parisino ha vuelto a agitar el mercado con la llegada de Sergio Ramos y Leo Messi y la retención de Kylian Mbappé, Ceferin también ha abogado por una reforma del sistema de traspasos. “No creo que el viejo sistema sea el correcto”, ha aseverado, en referencia a la espiral de gasto -acelerada con el fichaje de Neymar- y la fuerte inflación salarial.
Un estudio de la Uefa al que ha accedido 2Playbook revela que las pérdidas operativas acumuladas entre 2019-2020 y 2020-2021 oscilarán entre 5.300 millones y 6.200 millones de euros. Ello, tras un 2018-2019 en el que ya se perdió la senda de la rentabilidad, pasando de un beneficio antes de impuestos de 140 millones a unos números rojos de 125 millones de euros.
La Uefa anticipa un nuevo ‘fair play’ financiero para limitar el gasto en plantilla
El regulador considera que sus reglas de control económico deben “poner un foco más fuerte en el presente y futuro, en lugar de mirar al pasado”. Desde hace meses negocia usar un modelo como el de LaLiga para imponer techos salariales según los ingresos.
La Uefa abre la puerta a la que puede ser la mayor transformación de la supervisión de las finanzas del fútbol europeo. El regulador siempre optó desde 2012 por un criterio basado en analizar las cuentas una vez cerrado el ejercicio, lo que al final se acababa traduciendo en clubes con elevadísimas pérdidas, sanciones e incluso expulsiones de las competiciones. Ahora, por primera vez, abre la puerta a establecer un control a priori como el de LaLiga.
“Nuestras reglas deberán tener un enfoque mucho más fuerte en el presente y el futuro, en lugar de mirar al pasado, ya que este último no proporciona una representación fiel y justa de la situación financiera actual”, sostiene el regulador presidido por Aleksander Ceferin, al que se ha criticado en muchas ocasiones por no atar más en corto a los clubes de la Premier League o la Serie A.
El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ya anticipó semanas atrás que la opción de un control económico como el español a nivel europeo estaba más cerca de ser una realidad. “Se ha demostrado que el control que funciona es a priori”, destacó entonces, en referencia a un modelo en el que se establece un límite de gasto en plantilla deportiva en función de los ingresos asegurados por cada club.
Y ahí es donde incide la Uefa tras hacer público su informe sobre las finanzas del fútbol europeo, que revela que los números rojos ya volvieron a aflorar en 2018-2019 y se han disparado a causa de la pandemia. “Los salarios y los precios de los traspasos, que están intrínsecamente conectados, representan la mayoría de los costes de los clubes de fútbol; deben reducirse a niveles aceptables”, asevera.
Actualmente, las regulaciones de Uefa establecen la permisividad de sufrir unas pérdidas de 30 millones de euros anuales, siempre y cuando sean compensadas por los accionistas y haya un plan para compensarlas en los ejercicios posteriores. Un criterio que, en la práctica, ha permitido que muchos clubes compitieran a pérdidas en la Champions League.
El organismo defiende que “la regla de equilibrio se diseñó para abordar el gasto excesivo y limitar los picos inflacionarios”, pero asume que “hoy los desafíos son diferentes y la crisis está acelerando tendencias que habían comenzado a surgir en los últimos años”. “Actualmente, muchos clubes luchan por sobrevivir; no se trata solo de gastar en exceso, sino de una crisis de ingresos que requiere con urgencia controlar los costes”.
En 2018-2019 se batió el récord de facturación con 23.000 millones de euros, prácticamente doblando el negocio en sólo una década. Sin embargo, el ritmo de gasto creció a un ritmo superior y sólo las nóminas de los futbolistas consumieron 11.300 millones de euros, equivalente al 49% de los ingresos ordinarios.
El organismo considera que la revolución que deja entrever responde a que “las partes interesadas son unánimes al afirmar que las regulaciones financieras son necesarias y urgentes”. Ahora bien, el acuerdo en torno a cómo deben ser esas normas no será nada sencillo: “Las soluciones son complejas y deben evaluarse cuidadosamente, teniendo también en cuenta la gran variedad de marcos legales y financieros existentes en las diversas asociaciones nacionales”.
Es decir, asume que no siempre será sencillo que la Premier League, por ejemplo, acepte este tipo de imposiciones, siempre y cuando los accionistas de sus clubes estén dispuestos a seguir financiando las pérdidas, que en 2019-2020 superaron los 1.000 millones de euros, frente a los 19,9 millones que se perdió en LaLiga. “Una cosa es segura: es hora de actuar; las situaciones severas requieren fuerza y rapidez”, concluye
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