La prensa europea ve con estupor que China retransmita la guerra «enganchado» a las tropas rusas
NotMid 09/03/2022
España
La prensa europea ha mostrado su estupor por el hecho de que el canal de televisión público chino Ifeng (del grupo Phoenix Television) haya retransmitido la invasión de Rusia a Ucrania «incrustado» en un convoy ruso. Este servicio se ha interpretado como una forma del Gobierno chino de exhibir su alianza con el Kremlin y se ha criticado su escasa objetividad a la hora de cubrir la guerra en Ucrania. Se trata de un hecho insólito desde el estallido de la guerra, al alcance de pocos medios y que, en España, logró TV3. En su caso, mediante el acoplamiento a una milicia prorrusa de la zona del Donbás guiada por un responsable del ministerio de Defensa de Donetsk.
El periodista italiano Jacobo Iacoboni, autor del libro Oligarchi. Come gli amici di Putin stanno comprando l’Italia (Oligarcas. Cómo los amigos de Putin están comprando Italia), así como el editor de The OSINT Bunker Podcast, medio especializado en defensa y asuntos militares, han destacado este hecho a través de sus redes sociales como parte del interés de Vladimir Putin para que su relato del conflicto logre convencer a una parte de la opinión pública internacional.
Como informamos, también periodistas italianos denunciaron el vídeo de propaganda del Kremlin que buscaba convencer a los menores de que la guerra está legitimada. Y ante esta ofensiva de Putin para inocular su mensaje en el ámbito internacional, la Comisión Europea optó por suspender las emisiones de Russia Today y la agencia Sputnik al considerar que eran aparatos del Kremlin que funcionan como «instrumentos de desinformación».
TV3, desde Donetsk
En paralelo, en Cataluña se produjeron también algunos comentarios críticos por la retransmisión de TV3 de la invasión rusa. La polémica se quedó en la esfera de las redes sociales sin que se abriera un debate público sobre las razones de fondo para que tropas filorrusas dejaran a la cadena pública catalana acceder a su convoy.
Pese a que el corresponsal catalán informó con objetividad y no se ahorró críticas al Kremlin por rebajar a «intervención quirúrgica» lo que eran ataques a la población, las suspicacias que generó su servicio se centraban en el hecho de que se le permitiera cubrir desde Donetsk el conflicto bélico y con tropas que estaban «avanzando más allá de su autoproclamada república». A diferencia de China, además, TV3 es un medio de un país miembro de la OTAN.
Milicia prorrusa
Según ha podido confirmar este medio, el servicio informativo de TV3 no ha sido habitual para los medios de países vecinos ni tampoco para Televisión Española. Por esta razón, hay quien ve detrás de ello la simpatías entre una parte del independentismo catalán con las regiones ucranianas de mayoría rusa. Este martes, además, el Parlamento Europeo ha aprobado investigar los lazos del Kremlin con el procés, con el voto en contra de Izquierda Unida y los independentistas.
No hay que olvidar que el hecho de que los principales cabecillas del movimiento independentista hayan buscado alianzas con el Kremlin en los años más álgidos del procés adquiere ahora una nueva dimensión y cualquier ‘privilegio’ de la cadena genera ciertos recelos entre una parte de la población catalana que no comulga con las tesis independentistas. En los últimos años, la labor de TV3 ha sido cuestionada por los partidos de la oposición, con el PSC al frente, que pidió reformular sus contenidos para que refleje la pluralidad de la sociedad catalana.
Si bien es cierto que el Gobierno de Pere Aragonès no ha vacilado a la hora de mostrar su apoyo a Ucrania y su integridad territorial, sectores de la órbita de Carles Puigdemont se han mostrado mucho más ambiguos. Solo la escalada de la violencia les ha obligado a mostrar mayor determinación contra la invasión rusa. Un ejemplo de ello es la ANC, que ha pasado de defender alianzas con Putin a manifestarse junto a la comunidad ucraniana en Barcelona.
En el servicio de TV3, del pasado 27 de febrero, el corresponsal acompaña a «milicianos prorrussos de la autoproclamada república de Donetsk hasta Nikola-ékfa», una población pequeña del sur, a medio camino entre Donetsk y Mariupol, «en un trayecto ganado hoy mismo al Ejército de Ucrania». En la descripción del vídeo aseguran que, «pese a que la posición de los prorrusos parecía garantizada, han sufrido un ataque de las tropas ucranianas en retirada».
Si se observa el vídeo más allá de esta descripción de la web, el corresponsal Manel Alías explica que «les permiten engancharse a su convoy, guiados por un responsable del ministerio de Defensa de Donetsk». Su servicio no ha sido sujeto de debate, sino el hecho de que tuviera acceso a viajar con milicias filorrusas y en unas fechas en el que el centro del interés informativo no estaba en esa zona. El periodista se ha caracterizado por dar una cobertura más amplia y ha recibido elogios por ello. Y, finalmente, TV3, como el resto de medios occidentales, ha retirado temporalmente a sus periodistas de Moscú ante el riesgo de encarcelamiento.
Mediaset, filme prorruso
La cobertura de la guerra ha revelado algunas debilidades y lagunas por el tratamiento que han dado algunos medios. Como informó este medio, Mediaset emitió a finales de enero un film bélico de propaganda prorrusa. En medio del choque entre Moscú y la OTAN, Cuatro ofreció Héroes de guerra (Balkan line) sobre la guerra de Kosovo de 1999. El largometraje dirigido por Andrey Volgin y grabado en 2019 se transmitió a las seis de la tarde y retrata a un grupo ruso de fuerzas armadas que recibe la orden de tomar el control del aeropuerto de Slatina, en Kosovo, y de retenerlo hasta que lleguen refuerzos. El filme describe los bombardeos de la OTAN sobre Belgrado y enmarca la operación militar rusa en una respuesta, la primera después de la caída del muro, contra Occidente.
En la misma línea, la cobertura ofrecida por algunas enviadas especiales a la frontera de Polonia también suscitaron la indignación de muchos espectadores, tal y como se reflejó en las redes. En el programa En el punto de mira, del pasado 25 de febrero, la periodista enviada a la frontera pedía a un refugiado todavía en shock abrir su mochila para ver los enseres que se había llevado consigo. Este tratamiento fue muy criticado por algunos usuarios por tratar «como monos de feria» a los refugiados o por «atosigar a las familias que escapan de la guerra».
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