NotMid 22/02/2024
OPINIÓN
JESÚS MÍNGUEZ
Los que no se acostaron y los que madrugaron pudieron disfrutar de un KO que se verá en bucle. Una derecha al mentón en el segundo asalto con la que Ilia Topuria tumbó a uno de los más grandes de la UFC. A Alexander Volkanovski se le hizo de noche en Anaheim mientras amanecía en España. Un amanecer para las Artes Marciales Mixtas, que con su victoria adquieren una nueva dimensión de la mano de otro pionero, el primer campeón del mundo español en la UFC. Un cinturón conquistado no frente a un cualquiera, sino al luchador que reinaba en el pluma desde diciembre del 2019, que había realizado cinco defensas con éxito, uno de los mejores libra por libra. Topuria, que tiene algo de ‘pequeño Ali’ cuando se pone a profetizar, anunció un KO y lo logró. Pronosticó un cambio de guardia en la división y en la compañía y lo ha conseguido. Su mérito es colosal.
“Yo lo soñé”, se le escuchaba mascullar mientras salía a la jaula, sonriente y tranquilo con la determinación de los locos más cuerdos, al son de El Mariachi que cantó Antonio Banderas, otro que de la nada subió a la cima en Estados Unidos. Topuria tiene esa increíble capacidad de hacer los sueños realidad. Y ahora lo que ronda en su cabeza es traer la UFC a España. Se lo recordó en caliente a Dana White, el capo de la compañía, todavía sobre el tapiz. Volkanovski se ofreció enseguida para una revancha. Pero para Ilia el australiano ya es pasado. En la cabeza de alguien que sueña en grande sólo caben apuestas gigantescas. Y la próxima pasa por Conor McGregor, el irlandés que llevó la UFC a sus cuotas más altas de audiencia. McGregor y en España. Y con un KO que puede abrir hasta las puertas del Santiago Bernabéu.