El presidente del Gobierno acalla las voces críticas desligándose del resultado y prometiendo revalidar mandato. Ni hay cambio de ciclo: «El Ejecutivo está sólido»
NotMid 21/06/2022
ESPAÑA
Hacía años que no volvían las ‘entradas’ a Ferraz, 70. Nubes de periodistas que esperaban a la llegada a los miembros de la Ejecutiva del PSOE para recoger sus opiniones sobre el batacazo andaluz. «¿Hay que hacer autocrítica?», preguntaban. «Claro que hay que hacerla. Y mucha», decía el vicepresidente primero del Congreso, el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis. Los demás tiraban de guion: «Siempre», respondía Patxi López. «A trabajar», añadía la ministra portavoz, Isabel Rodríguez. Pero la autocrítica brillaba por su ausencia en una reunión de la dirección federal a la que volvían las caras largas y las intervenciones a puerta cerrada. Más de tres años de silencio desde la llegada de Pedro Sánchez a Moncloa devolvían la voz al partido, pero no el ruido.
A puerta cerrada en la sala Ramón Rubial de Ferraz, todos secundaban el mensaje del presidente escudándose en una reflexión sin crítica alguna de los errores propios. Ni hay cambio de ciclo, ni cambio sociológico de las mayorías en Andalucía, ni siquiera trasvase de voto del PSOE al PP. La explicación inicial de los socialistas, a la espera de los estudios post electorales, es que la izquierda se ha quedado en casa. Punto. Una desmovilización aún mayor que la de hace tres años y medio que desvinculan absolutamente del desgaste del Gobierno de coalición y que atribuyen a la falta de pulso de las agrupaciones del partido.

Es decir, que la dirección del PSOE culpa al propio PSOE, a los alcaldes, bases y «cuadros medios» de un resultado que, a juicio del portavoz de la Ejecutiva, Felipe Sicilia, obligará a activar de nuevo a los órganos socialistas que han estado cerrados tras la pandemia, como las casas del pueblo. Como ya adelantó THE OBJECTIVE, Sicilia descartó la posibilidad de una crisis de Gobierno haciendo suyas las palabras de Pedro Sánchez en la reunión de la dirección: «El Gobierno está fuerte y sólido. Hay que trasladar que el Gobierno está ocupado en lo que preocupa a la ciudadanía. El resultado no es extrapolable a unas generales».
Un argumentario que siguió a pies juntillas desde Sevilla el derrotado candidato, Juan Espadas, quien también entonó la segunda negación socialista: «Yo creo que el voto progresista se ha quedado en casa. No creo que haya habido una transferencia sensible que se haya ido al PP». Una fuga de voto constatada y que supondría admitir la erosión nacional del PSOE y de la marca de Pedro Sánchez.
La lectura conservadora de Sánchez
Entre los más beligerantes portavoces de referencia que ejercieron este lunes de cortafuegos a los críticos se encuentra el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. El principal negociador parlamento del Ejecutivo marcaba el paso del grupo con esta declaración vía Twitter: «Venga ya. Menos ínfulas. Ni cambios de ciclo, ni feijoazos, ni lecturas nacionales golosas. La gente ha votado gobierno, como suele ocurrir en tiempos de zozobra. Y ahora, la dura realidad. Ellos siguen gobernando en Andaucía y nosotros seguimos gobernando en España».
Unas palabras con lectura entre líneas ya que encierran la lectura ‘conservadora’ que el presidente Pedro Sánchez y sus estrategas hacen del 19-J. Según fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE, «los andaluces han votado en clave conservadora, no en términos de derecha/izquierda sino de continuidad». Un patrón que se viene produciendo en España en todos los comicios celebrados tras la pandemia de la covid 19: «Todos los Gobiernos han revalidado mandato tras la pandemia: Ayuso en Madrid, Mañueco en Castilla y León… y ahora Juanma Moreno en Andalucía».
TheObjective