Bajo nivel en el bloque del debate que requiere pactos de Estado y que más interesa a los inversores
NotMid 11/07/2023
OPINIÓN
CARLOS SEGOVIA
El bloque económico del debate, justo el que más podía interesar a inversores nacionales e internacionales, fue de bajo nivel y medias verdades de difícil seguimiento por una ametralladora de interrupciones que inició desde el primer momento Pedro Sánchez. Su primera intervención fue la única que se pudo escuchar con nitidez, porque Alberto Núñez Feijóo la respetó. Después afloró un candidato socialista pendenciero y un contrincante del PP que empezó a interrumpir también en un debate bronco e insufrible precisamente en un bloque que requiere de pactos de Estado para evitar un temible frenazo en el segundo semestre y para lograr por fin una ejecución eficaz de los fondos europeos.
Aunque hubo novedades. En un nuevo giro de su campaña electoral, el líder socialista abandonó por completo su gran eslogan desde el pasado 5 de junio: «La economía española va como una moto». Señaló que los datos positivos de la economía «no significan que las cosas van bien o que estemos perfectamente». Pareció así consciente de que al electorado no le puede colocar los buenos datos macroeconómicos de los últimos meses cuando en lo micro hay una caída del consumo doméstico notable por la dureza de la inflación y de las hipotecas. Aun así, Feijóo le afeó su metáfora de la moto y la calificó de «falta de respeto a los españoles».
Sánchez, maltrecho, reivindicó con razón datos recientes de que la inflación general española es más baja que en otros países europeos y que el crecimiento intertrimestral es más alto. Pero también Feijóo pudo atacarle con fundamento por la lentitud de la economía española en recuperar los niveles prepandemia en comparación con el resto y la presión fiscal. El líder socialista que tanto había pedido este debate no pudo imponerse en el área en la que quería lucir.
Unas palabras de Feijóo asegurando que el llamado mecanismo ibérico “será derogado por la Unión Europea” fueron negadas por Sánchez y generaron escándalo en las filas socialistas, pero lo cierto es que la Bruselas ha rechazado la propuesta española de prorrogar este tope durante todo 2024 y sólo lo ha aceptado hasta final de año y con ajuste de los precios solicitados por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.
Sánchez embarró al afear a Feijóo la quiebra de las cajas gallegas o el incremento de la deuda de Xunta, cuando ha sido, según la propia Hacienda, un ejemplo de control del déficit. Feijóo dio también un feo golpe bajo a Sánchez al resaltar que había sido consejero de Caja Madrid, cuando ocupó un cargo menor e irrelevante. Ninguno de los dos aclaró cómo va a cuadrar de verdad el sistema de pensiones y cómo va a contener la deuda, que esa sí que va como una moto.