NotMid 13/09/2023
EDITORIAL
La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Navarra que rebaja de 15 a 14 años la pena impuesta por el Tribunal Supremo a uno de los cinco condenados de La Manada revela los graves efectos de legislar al calor de un acontecimiento. Tras la indignación social generada en 2016 por la violación grupal de una joven en Pamplona, el Gobierno promovió la ley del sí es sí para endurecer el castigo a los agresores sexuales. Pues bien, la norma, jurídicamente mala y dominada por el dogmatismo, ha acabado por generar el efecto contrario. Gracias a ella se ha excarcelado a 117 agresores y se han rebajado 1.155 condenas, terminando por la que afecta al simbólico caso que motivó esta norma. Nada de todo ello ha llevado a Irene Montero a asumir su responsabilidad por un populismo legislativo del que los socialistas son corresponsables. En su lugar, la ministra volvió a cargar contra los jueces.
El sí es sí es un fiasco que retrata al Gobierno y que Moncloa solo se avino a cambiar por interés electoral. En contra del criterio de Podemos, el PSOE aceptó volver a graduar las penas en función de la existencia o no de violencia o intimidación. La reforma se aprobó gracias al auxilio del PP, que no pidió nada a cambio. Por eso, a la vista de las reacciones de ayer, sorprende que los dirigentes populares no reivindiquen lo que fue un acto de responsabilidad.