David Alaba, defensa del Real Madrid, debutó en ‘El Clásico’ y lo hizo con gol. El zaguero austriaco se convirtió en el tercer jugador de su país en marcar en un enfrentamiento entre el Barcelona y los Merengues.
NotMid 24/10/2021
El tiempo del Barça está aún por llegar. El del Madrid anda más cerca porque todavía están en muy buen uso algunas de sus referencias (la troika de su centro del campo y Benzema), porque Vinicius parece más hecho que los escolares azulgranas y porque Alaba fue una mejor elección de mercado que las de Laporta. El austriaco, que siempre le ha ganado al Barça, fue por fin el mariscal que buscaba el Madrid. Ofreció su mejor cara en el mejor escenario posible. Al Barça, en cambio, le fallaron los tutores de su transición, Frenkie de Jong y Memphis.
El Clásico fue clásico: 4-3-3 contra 4-3-3. En el Barça, porque Laporta estuvo tentado de meterlo en esos estatutos sometidos al oleaje de la asamblea del sábado por si a Koeman o el que venga se le ocurre profanar el libro sagrado del cruyffismo. En el Madrid, por eliminación: la semana en que Ancelotti se salió de ese carril y cometió alineación indebida el equipo terminó dando tres vueltas de campana. Así empezó el Clásico, en el que el técnico italiano, para ser un teórico del miedo, anduvo más valiente que el holandés: él puso un extremo de lateral (Lucas Vázquez) en zona sísmica (la que sacudían Jordi Alba y Memphis) y su colega repitió con un lateral de extremo (Dest), por si convenía durante el pleito pasar a un 5-3-2 por el camino.
Y si clásicos fueron los formatos, también lo fue el inicio. El Barça avanzó su línea defensiva casi al centro del campo. Es la primera parte de su plan. La segunda, reducir la superficie útil, forzar la salida del rival por las bandas y emboscarle allí, en esa ratonera que es su primera presion. Sabe que todo lo bueno sucede en campo contrario y todo lo malo en el propio, sobre todo si un rival como el Madrid suelta sus galgos. También es el culto a un estilo en el que el cómo importa tanto como el qué, en el que se valora más el buen pie que la pierna dura de un central. Ese extremismo no siempre está justificado. Para todo hay remedio. También para esto: la pericia en la salida de la pelota (y ahí Kroos tiene la llave maestra) y la precisión del juego en largo, porque el andamio del Barça se viene abajo ante la profunidad ajena.
Vinicius rompe la baraja
No tuvo antídoto el primer Madrid, que cumplió la peor de las previsiones, la pérdida rápida y la ausencia de escapatorias para Rodrygo y Vinicius, su patrulla águila. Para el segundo reservó Koeman una guardia doble: Mingueza más Dest. Fracasaron ambos.
Fue una angustia efímera la del Madrid. Lo que tardaron Modric y Kroos en ver por dónde iba la mano y en darle carrete a Vinicius, que llegó al partido con ese echarle cara a esto que le ha hecho pasar del meme a peligro público. Por él se rompió el partido. Bailó claqué entre Mingueza, Dest y Eric y el primero le tocó en el área. Una jugada de gris profundo, de medio penalti. Si se pita, cuela. Si no, también. Sánchez Martínez y el VAR votaron por lo segundo. Y de inmediato, una ocasión inmejorable de Dest, casi en área pequeña, sin oposición. Mandó el balón a la Diagonal. Le salió el defensa que lleva dentro.
El contragolpe
Mal asunto perdonarle así al Madrid y aún peor dejarle correr. Porque en una contra hizo música. Dos balones cruzados, de Vinicius. previo recorte, y Rodrygo, acabaron dejando a Alaba frente a Ter Stegen. Su izquierda no es la derecha de Dest y su alma tampoco es la de un defensa. El trallazo cruzado resultó imparable.
El partido tenía ya todas las puertas abiertas, sobre todo las de la defensa azulgrana. Lo más notable del Barça antes del descanso fue un cabezazo cruzado de Piqué en un córner mientras Vinicius le buscaba siempre la espalda a Mingueza, lateral atormentado. En el intermedio acabó Koeman con su sufrimiento, para meter a Coutinho y retrasar a Dest. No se hizo el Barça para correr hacia atrás. También le dio un aire más natural a su ataque: Ansu a la izquierda, Memphis en la punta.
Coutinho, el despertador
Le fue mejor al Barça, que por momentos quebró la estabilidad del Madrid a base de empuje, nervio y una mayor presencia de Ansu Fati. También se vio atenuada la influencia de Vinicius, que se durmió ante un regalo de Dest, su nuevo centinela. Ese cierto cambio de tendencia no tuvo, en principio, grandes efectos prácticos. A lo más que llegó el Barça en esos primeros instantes fue a un remate sencillo de Ansu Fati a las manos de Courtois, aunque Coutinho, uno de los malditos, le dio un mejor aire a su juego. El Madrid, aun más encogido, estuvo más cerca del gol, en un disparo alto de Rodrygo y una volea sin colocación de Benzema en asistencia de fantasía de Modric.
A esas alturas concluyó Ancelotti que el Madrid necesitaba un partido más sosegado: la hora de Valverde, jugador con piernas y sacrificio. Tuvo el gol nada más llegar, pero le faltó ángulo.
Con él durmió a medias el partido el Madrid (no es lo suyo y menos con Ancelotti, que es más de rock que de baladas) sin que fuese capaz de despertarlo el Barça, que tiró de Agüero como último recurso e incluso de Luuk de Jong, el ejército del aire. De esa solución paliativa salió pocas veces vivo el equipo azulgrana, por falta de vocación y de costumbre. Una segunda contra, de Asensio, cuyo disparo rechazó Ter Stegen para que apuntillara Lucas Vázquez, bajó el telón. El gol de Agüero quedó en anécdota. Koeman ya sabe que lo peor aún no había pasado y Ancelotti, que lo mejor, con o sin Mbappé, está por venir.
Alaba debuta en ‘El Clásico’ con gol y se une al club de Ronaldo, Van Nistelrooy y Varane
Alaba es el primer jugador del Madrid de origen austriaco que marca en la historia de los clásicos, tras Udo Steinberg (que marcó el primer gol en la historia de este enfrentamiento en 1902) y Hans Krankl (que marcó en 2 clásicos en 1979) quienes jugaron para el Barcelona.
De igual forma, Alaba se unió a Óscar Mingueza, defensa del Barcelona, como el segundo zaguero en lo que va del año en debutar con anotación en ‘El Clásico’, ya que el defensor español marcó en el duelo que se llevó a cabo el pasado 10 de abril de 2021, mismo que significó su debut.
El último jugador del Real Madrid que marcó un gol en su debut en ‘El Clásico’ fue Jesé, quien lo hizo el 26 de octubre de 2013. Desde entonces, ningún elemento merengue había marcado en su primer duelo ante el Barcelona.
Otros jugadores que marcaron en su debut en lo que va del siglo XXI fueron Ronaldo Nazario en 2003, Ruud van Nistelrooy en 2006, Raphael Varane en 2013, misma situación que Jesé en dicho año, por lo que Alaba fue el quinto jugador en marcar en su debut desde el año 2000.
En tanto, el gol de Alaba, con el que el Real Madrid tomó ventaja, significó el tercer tanto de contragolpe en lo que va de la campaña. Además, el récord de los madrileños en lo que va de la temporada cuando anotan primero es benéfico, con cinco victorias y un empate.
Mientras que al Barcelona le cuesta remontar, ya que cuando le marcaron primero en lo que va de la campaña, suma una victoria, una derrota y dos empates.