La milicia yemení, aliada de Irán, Hamas y Hizbulá, lleva décadas levantada contra el poder central y hace alarde de una retórica antiestadounidense. Ha abierto un nuevo frente en el Mar Rojo en la guerra de Israel en Gaza
NotMid 21/12/2023
MUNDO
En el verano de 2014, una ola de protestas en Yemen en el contexto de las llamadas Primaveras Árabes desembocó en un golpe sorpresivo. Una milicia casi desconocida en Occidente, los hutíes, tomó la capital, Saná, el 21 de septiembre y forzó la dimisión del presidente Abdelrabbo Mansur Hadi en enero de 2015. La comunidad internacional apenas prestó atención al movimiento y desdeñó a sus miembros como rudimentarios guerrilleros tribales en chilaba y chancletas. Hoy, aquellos milicianos con daga al cinto están armados con drones Shahab y misiles balísticos Toophan y sus ataques a los barcos mercantes que cruzan el Golfo de Adén amenazan la estabilidad y la seguridad mundial al mismo tiempo que paralizan el comercio global.
¿CUÁL ES EL ORIGEN DE LOS HUTÍES?
Los hutíes (en árabe, huziyun) toman su nombre de la tribu de su su líder, Husein Badredin al Huzi, que destacó como dirigente político que se opuso al presidente, Ali Abdulá Saleh. Saleh gobernó Yemen entre 1990 y 2012 y se convirtió en uno de los dictadores del Mundo Árabe más longevos que cayó por el impulso de las Primaveras Árabes, el tsunami revolucionario que estalló en Túnez a finales de 2010 y barrió toda la región. Husein al Huzi era descendiente de un linaje que se remonta al profeta Mahoma y su padre era un importante teólogo. Perdió su escaño de diputado en 1999 y a partir de entonces se dedicó a revitalizar la identidad zaidí frente a los agravios de la dictadura, que privilegiaba a otras facciones y sumió en el abandono y la pobreza a regiones enteras de Yemen.
¿QUIÉNES SON LOS ZAIDÍES?
Se trata de una rama del islam chií que eligió como guía espiritual al quinto imam, Zayd ibn Ali ibn Abu Talib, en contraposición a los chiíes duodecimanos, que erigieron al duodécimo imam. Zayd ibn Ali condujo una rebelión fracasada contra el califato omeya en el siglo VIII. En sus tiempos, el zaidismo tenía predicamento en amplias zonas de Irán, pero su influencia arraigó en Yemen, donde han sido dominantes desde el siglo IX. Los zaidíes guardan importantes diferencias doctrinales y canónicas con la rama principal del chiísmo, reinante en el Irán actual, y una de sus principales ideas políticas es que está justificado derrocar a gobernantes injustos. Los zaidíes son hoy mayoría en el movimiento hutí.
¿CUÁNDO EMPEZÓ LA REBELIÓN HUTÍ?
Los expertos sitúan el inicio de la insurgencia hutí en el 18 de junio de 2004, en lo que también se conoce como primera guerra de Saada (la región yemení en la que tienen su bastión). Entonces, tropas yemeníes lanzaron una operación para capturar a Husein Badredin al Huzi, destacado líder de la comunidad zaidí y dirigente del grupo espiritual Ash Shabab al Mu’min (Juventud Creyente, en árabe). Al Huzi y sus seguidores empezaron a socavar la autoridad del presidente Saleh, quien también era zaidí aunque descendiente de una familia de poca monta. El desafío político y la agitación en las calles que promocionaban los hutíes cada vez debilitaba más a Saleh, que les acusó de querer destruir el Estado y se enfrentó a ellos. El contexto internacional enrareció también el ambiente en Yemen: tras los atentados del 11-S, Estados Unidos invadió Afganistán e Irak para luchar contra Al Qaeda, fuertemente implantada también en la Península Arábiga. El régimen de Saleh apoyó a EEUU. Los hutíes eran manifiestamente antiestadounidenses, anti wahabistas (la doctrina suní reinante en Arabia Saudí) y anti salafistas (la ideología islamista de Al Qaeda). La guerra estaba servida pero cuando Husein al Huzi murió en combate, en septiembre de 2004, el movimiento lejos de debilitarse, cobró más fuerza. Entre ese año y 2010, los combatientes hutíes crecieron de los apenas 2.000 hombres a los 100.000. Aunque no hay cifras actualizadas de sus efectivos hoy día, podrían rondar los 120.000. Su liderazgo ha movilizado a miles de hombres ante un posible enfrentamiento directo con Israel en los últimos días.
¿CÓMO EVOLUCIONÓ EL CONFLICTO EN YEMEN?
El conflicto siguió tomando forma desde aquel primer estallido hace ahora casi dos décadas. Saleh fue expulsado del poder en 2012 y entonces se alineó con los hutíes. Su alianza se rompió a finales de 2017, los hutíes acusaron a Saleh de traición y acabó asesinado el 4 de diciembre de ese año en una confrontación con la milicia. En 2014, las fuerzas hutíes conquistaron Saná, tomaron el palacio presidencial y las instalaciones militares básicas e instauraron un “gobierno revolucionario” en enero. Para contrarrestar la creciente influencia hutí y restaurar la autoridad de Mansur Hadi, Arabia Saudí lideró una intervención militar desde marzo de 2015. Tras una sangrienta campaña de bombardeos que sumieron al país en la peor catástrofe humanitaria del planeta, Riad logró restaurar el gobierno de Mansur Hadi, pero no derrotar a los hutíes, que prevalecen en el norte de Yemen, donde han instaurado un protoestado represivo. Se estima que entre 2015 y 2022 más de 377.000 personas han muerto en el conflicto, el 60% por hambre o falta de atención médica. En abril de 2022, Mansur Hadi dimitió dando paso a un Consejo presidencial de siete miembros presidido por Rashad al Alimi, una figura pro saudí. La guerra, pese a los intentos de negociar una paz, sigue latente. El ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre y la ofensiva israelí sobre Gaza han reactivado los ataques de la milicia y vuelto a poner en el mapa el conflicto yemení.
¿CUÁL ES LA RELACIÓN CON IRÁN?
Los hutíes, cuyo nombre oficial es Ansar Alá (Partisanos de Dios), confluyen ideológicamente con los intereses de Irán en Oriente Próximo y con su confrontación contra Estados Unidos. Su eslogan “Dios es Grande. Muerte a América. Muerte a Israel. Abajo los judíos. Victoria para el islam”, coincide en términos con las consignas históricas de la República Islámica. No en vano Husein al Huzi tomó como “modelos de resistencia al ayatolá Jomeini y Hizbulá”, recuerdan Francisco Veiga, Leyla Hamad Zahonero e Ignacio Gutiérrez de Terán en su libro Yemen, la clave olvidada del Mundo Árabe (Alianza Editorial). La guerra desatada desde los primeros 2000, arrastró a las potencias regionales rivales -Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos versus Irán- a una guerra por poderes que dejó de ser soterrada a partir de 2015. La milicia hutí es parte del Eje de la Resistencia que alinea a los grupos armados proiraníes de la región, con Hizbulá en el Líbano, Hamas en Gaza y las milicias chiíes de Irak.
¿DE QUÉ ARMAMENTO DISPONEN?
Se atribuye a los hutíes una transformación en una sofisticada milicia con un vasto arsenal. Poseen drones de largo alcance (hasta 2.000 km), capaces de alcanzar objetivos en Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Incluso se han lanzado contra Eilat, en Israel, aunque fueron interceptados. También se les atribuyen misiles de crucero Sayyad y Sejjil y balísticos de rango medio, algunos de ellos con alcance de hasta 1000 km. Han desplegado botes kamikaze para atacar barcos en el mar de Arabia y disponen de minas marinas. Según informes, algunos de los sistemas que usan estas armas son traidos de contrabando desde Irán, pero la mayoría de los componentes son manufacturados en tierra yemení. Aquellos guerrilleros zarrapastrosos son ahora ingenieros que ensamblan sus propios drones y construyen sus propios misiles, tras recibir formación de los Guardianes de la Revolución en Irán o Líbano.
¿QUÉ CAPACIDAD TIENEN PARA AMENAZAR EL MAR ROJO?
Los hutíes tienen capacidad para llevar a cabo múltiples ataques con misiles y drones y han llegado a alcanzar con ellos el aeropuerto de Riad, instalaciones de la petrolera Aramco en el este de Arabia Saudí o incluso el circuito de Fórmula Uno. Según un balance de Arabia Saudí, desde 2015 hasta 2022, la milicia de Ansar Alá había lanzado 430 misiles balísticos y 851 drones suicidas contra el reino. También han desarrollado tácticas para combatir en el mar, al principio ataques poco sofisticados con RPG, pero ahora son capaces de abordar y secuestrar barcos como el llevado a cabo el 19 de noviembre contra el Galaxy Leader, cuyo dueño es un israelí. El buque y su tripulación se encuentran retenidos en el puerto de Hodeida. Utilizan patrulleras de 10 metros de eslora donadas por Emiratos a la guardia costera yemení en 2010. En 2017 atacaron con una de ellas a la fragata saudí Al Madina. Por lo tanto, la amenaza es real. Desde el 7-O hasta la fecha, los hutíes han lanzado una veintena de misiles crucero contra Israel, interceptados en su gran mayoría por barcos de EEUU, y atacado 12 mercantes provocando que grandes compañías navieras, incluyendo Maersk, hayan redirigido sus rutas para evitar el Golfo de Adén y el canal de Suez, la vía más corta entre Europa y Asia. La inseguridad ha disparado los precios por contenedor entre China y el Mediterráneo un 44% este diciembre. El Canal de Suez concentra el 12% del flujo comercial y el 30% del tráfico mundial de contenedores.
¿POR QUÉ ATACAN LOS HUTÍES LOS BARCOS EN EL ESTRECHO DE BAB EL MANDAB?
Como parte del llamado Eje de la Resistencia, los hutíes juegan en el ajedrez de Oriente Próximo como una fuerza disruptiva a tener en cuenta en la ofensiva israelí contra sus aliados de Hamas. Según Ansar Alá, sus ataques sólo se detendrán cuando Israel deje entrar la ayuda humanitaria en Gaza. Pero la intención puede ir más allá: infligir daños económicos a Israel y sus aliados mientras dure la ofensiva en Gaza. Al mismo tiempo, abanderar la causa palestina granjearía popularidad en casa al movimiento y les ofrece notoriedad en su subregión frente a sus enemigos. Con el Mar Rojo convertido en un nuevo frente de la guerra entre Israel y Hamas, Estados Unidos anunció el martes que liderará una flotilla, en la que participará España, para asegurar la navegación por el enclave. Ayer, el líder hutí, Abdel Malek al Huzi, advirtió que su milicia “no se quedará de brazos cruzados” si EEUU ataca Yemen. “No nos arrodillaremos ante los americanos”, añadió.
Agencias