Las declaraciones se producen en el arranque de la Administración 2.0 de Trump y con cinco escenarios posibles para la guerra
NotMid 20/01/2025
MUNDO
Todas las guerras acaban algún día y la invasión rusa de Ucrania no será una excepción. La Operación Militar Especial que iba a tomar Kiev en tres días está cercana a cumplir tres años y se acerca a su primer intento real y tangible de alto el fuego. Atrás quedaron las conversaciones de Bielorrusia y Turquía, que fueron un engaño de Moscú para maquillar su postura belicista. Hoy, la presión de Donald Trump puede ser decisiva para que, al menos, se produzca un diálogo en una mesa de negociaciones, salga lo que salga de él.
Pero ni siquiera Trump ha tenido que empezar a presionar, sino que horas antes de jurar el cargo el líder ruso, Vladimir Putin, ha felicitado al republicano y ha mostrado su disposición a retomar los “contactos directos” con la Casa Blanca, sobre una serie de cuestiones internacionales como las armas nucleares, la seguridad y el conflicto de Ucrania. “Escuchamos sus declaraciones sobre la necesidad de hacer todo lo posible para evitar una Tercera Guerra Mundial. Por supuesto, saludamos ese espíritu y felicitamos al presidente electo de EEUU por su toma de posesión”, ha dicho Putin.
La expectativa es grande y el contexto, importante. Estos son los escenarios que nos deja este conflicto para el recién nacido 2025.
1.- Paz negociada
Es hoy por hoy el escenario que tiene más posibilidades, aunque no sea inmediato ni sencillo de alcanzar. Ambos bandos realizan declaraciones maximalistas estos días para fijar un punto de partida negociador. El árbitro de esta contienda, el general Kellogg, enviado especial de Trump para ponerle fin al conflicto europeo más devastador desde la Segunda Guerra Mundial, tiene ya una idea de cómo debe quedar el acuerdo: congelación de la línea del frente donde está, compromiso por parte de Kiev de no unirse a la OTAN, pero con la posibilidad de que sus miembros, de forma individual, puedan armar a Ucrania como disuasión contra Rusia, entrada de Ucrania en la UE y compromiso de resolver la entrega de los territorios ocupados sólo de forma diplomática, no por las armas. Zelenski pretende hablar con Trump antes de que lo haga Putin para preparar el terreno de juego de cualquier negociación.
“Para lograr un alto el fuego será necesario tener una visión de cómo estabilizar el frente, agotar la ofensiva de Rusia y obligar a Moscú a negociar en términos más favorables. Ucrania también debe recibir claridad sobre qué garantías de seguridad y apoyo futuro puede esperar para disuadir otra guerra”, dice Michael Kofman, analista militar de Carnegie Endowment. El presidente ruso, Vladimir Putin, felicitó este lunes al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, horas antes de su investidura, afirmando que está “abierto al diálogo” sobre Ucrania para lograr una “paz duradera”, casi tres años después del inicio del conflicto.
“Nosotros también estamos abiertos al diálogo con la nueva administración estadounidense sobre el conflicto ucraniano”, dijo Putin en una reunión con ministros retransmitida por la televisión rusa. “El objetivo no debe ser una breve tregua (…) sino una paz duradera basada en el respeto de los intereses legítimos de todas las personas“, declaró Putin. Esa es, precisamente, la mayor preocupación de cada ciudadano ucraniano, las garantías de seguridad que ofrezca Rusia.
2.- La guerra se prolonga
Aunque ninguno de los dos bandos quiere mostrar sus cartas, ambos están muy desgastados tras casi tres años de guerra total, con las economías en estado preocupante y problemas demográficos para el futuro por la muerte de hombres jóvenes en el campo de batalla en dos países que ya tenían esta preocupación antes de la invasión por el descenso de la natalidad durante el colapso soviético.
Con unas bajas no vistas desde la Segunda Guerra Mundial (11.537 pérdidas sólo de blindados), Rusia ha conseguido avanzar unos 35 kilómetros en el frente de Pokrovsk, en el Donbás, poniendo decenas de miles de muertos para conquistar aldeas destruidas. Es un avance lento e insostenible que anticipa una situación de futuro estancamiento cuando todo ese material almacenado en la Guerra Fría se termine (y ya está acabándose). Rusia ya controlaba un 12% de Ucrania en 2014. Ahora controla un 20% y le ha llevado tres años de invasión a gran escala, un fracaso militar sin paliativos para una potencia nuclear de su tamaño y sus recursos.
Ucrania sufre una carencia de soldados en el frente para defender 800 kilómetros de trincheras, además de un incumplimiento constante en la entrega de material bélico de sus aliados. En estas circunstancias, la capacidad para sostener ofensivas, que se malgastaron en 2023, ya es escasa. Para el Instituto de Estudio de la Guerra, el escenario bélico más posible en 2025 es el estancamiento.
3.- La guerra escala a conflicto global
Uno de los clásicos más repetidos en la televisión pública rusa durante el conflicto ha sido mostrar en un mapa qué países de Europa serían atacados por Rusia en una escalada nuclear. Que Rusia se embarque en un conflicto en las fronteras de la Unión Europea y la OTAN ha sido una posibilidad desde el principio, aunque con el tiempo esta opción ha ido ganando fuerza paralelamente a las amenazas de Putin.
El endurecimiento de la guerra híbrida de Rusia frente a los socios europeos de Ucrania con sabotajes en varios países, incluyendo cables submarinos y ataques contra fábricas de armas, tiene el potencial de escalar hasta un conflicto europeo. También el hecho de contar en las filas rusas con miles de soldados norcoreanos supone una escalada evidente.
Aunque el mayor riesgo de todos es la economía rusa, funcionando en “modo guerra” desde hace mucho tiempo y absorbiendo enormes recursos del Estado. Si Putin decidiera ahora enfriar todo ese entramado militar, la economía podría colapsar en poco tiempo, así que mantener la industria de la guerra en marcha supone un incentivo para el autócrata ruso. “Rusia está acumulando fuerzas que superan las necesidades del actual conflicto en Ucrania”, advierte el mayor general Christian Freuding, jefe del grupo operativo militar alemán para la ayuda a Ucrania.
Países fronterizos con Rusia, como los bálticos, los escandinavos o Polonia, llevan tiempo advirtiendo sobre una provocación de esa magnitud, a tiro de ocupación en cualquier isla del Báltico o de cualquier ciudad de mayoría rusa, como Narva, en Estonia. Si la OTAN no reacciona entonces, la OTAN no servirá de nada. Aunque el ejército ruso está muy desgastado, para una operación así no necesita una fuerza demasiado grande.
4.- Victoria de Rusia
Es una posibilidad cada ve más remota. Kiev está demasiado lejos para que las fuerzas rusas intenten de nuevo una decapitación del estado, como el 24 de febrero de 2022. Además, las tropas de la Z ya no son las mismas que entraron por las fronteras hace casi tres años. Aquel era el ejército profesional ruso. Hoy es una fuerza compuesta por reclutas y voluntarios, con un ejército que no es capaz de reponer sus pérdidas a tiempo y que no puede terminar de echar a los ucranianos de Kursk, su propio territorio invadido. Rusia puede seguir combatiendo y avanzando metro a metro en el Donbás, pero Ucrania es demasiado grande para ya para conquistarla y ponerla de rodillas.
5.- Victoria de Ucrania
Tan improbable como la anterior. Putin no puede a estas alturas conseguir sus objetivos de volver a controlar el estado de Ucrania y Kiev no puede echar del territorio ocupado a los rusos, al margen de golpes de mano. La última contraofensiva exitosa fue en otoño de 2022 en Járkiv y Jersón y liberó miles de kilómetros, pero después Rusia cavó defensas en el resto del territorio que controla y los ucranianos se estrellaron contra sus trincheras en Zaporiyia durante el verano de 2023.
Hoy, la estrategia ucraniana pasa por seguir desgastando a Rusia, pero ya sin fuerzas (igual que le suceda a Moscú) para hacer grandes maniobras, lo que en realidad nos lleva al primer punto: la mesa de negociaciones para ambos.
Agencias