NotMid 28/10/2023
EDITORIAL
El estado de agotamiento en el que la maquinaria discursiva afín al Gobierno ha sumido a la opinión pública hace que hechos incontrovertibles pasen desapercibidos como si no existiesen. Mientras el PSOE negocia con Junts una amnistía inconstitucional y políticamente inmoral, presentándola como una oportunidad para la convivencia en Cataluña, Carles Puigdemont volvió a insistir ayer en que «nunca» renunciará a la vía unilateral para consumar la secesión. «La mantenemos viva para cuando el independentismo en su conjunto sepa reunirse en una sola estrategia», advirtió.
El president fugado publicó este tuit en un claro desprecio al Cercle d’Economia, que un día antes había respaldado la amnistía, aunque con la condición, o el deseo, de que los partidos independentistas renuncien a la unilateralidad. El Cercle debería reflexionar si, tras la actitud mostrada por Puigdemont, es adecuado que siga apoyando la medida de gracia.
Retorcer las intenciones declaradas de Junts -y también de ERC- y actuar como si sus dirigentes estuvieran regresando al marco constitucional, lo cual resulta ostensiblemente falso, es mentir a la ciudadanía. El engaño fundacional de la amnistía que se negocia es que obedece a un afán de concordia, cuando solo responde a la necesidad del presidente del Gobierno de contar con siete votos en el Congreso de los Diputados.