Se niega a negociar los Presupuestos, pero rechaza la moción de censura – “No hay una voluntad real de romper del todo”, consideran fuentes de Junts
NotMid 18/01/2025
ESPAÑA
Carles Puigdemont no sólo ha decidido retirar el apoyo de Junts al Gobierno en negociaciones tan relevantes como las de los Presupuestos, según adelantó ayer en Bruselas, sino que amenaza con exigir al presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que convoque elecciones si no cumple con los pactos de investidura. Fuentes de la formación independentista así lo confirman, y exponen que la reunión extraordinaria que el ex president quiere activar en Suiza con el PSOE será clave para decidir cuál será su posición.
Si los socialistas muestran una predisposición real para empezar a cumplir estas medidas y el mediador, el salvadoreño Fernando Galindo, es capaz de encontrar un punto intermedio que satisfaga a ambas partes, Junts está dispuesto a seguir dando oxígeno al Gobierno. Pero, en caso contrario, la formación de Puigdemont dejará de ser un socio del Ejecutivo, sólo se interesaría por medidas que supusiesen una mejora económica directa para los catalanes y pasará a exigirle que convoque elecciones anticipadas.
«Ante la pérdida de la mayoría, le instaríamos a que convoque elecciones. Perpetuarse en el poder en minoría es antidemocrático. El PSOE no puede ir arrastrando los pies», explican desde la formación, que inciden en que lo habitual en Europa es que el presidente presente su renuncia cuando se producen este tipo de situaciones. Y es más, aunque Junts sigue rechazando apoyar al Partido Popular en una posible moción de censura -después de que esta semana se abrieran a ese escenario tanto Alberto Núñez Feijóo como el líder de Vox, Santiago Abascal– e incluso niega que se hayan producido contactos más allá de los habituales en el Congreso, sí que existe un cierto cambio en el tono.
En público es un no rotundo. «Los términos en los que se ha planteado es cambiar un Gobierno por otro», apuntan, a lo que añaden que en ningún caso pactarán con Vox. Pero en privado señalan que si el apoyo a esa moción fuese notorio y con más formaciones, podrían reconsiderar su postura, lo que sin duda supone un cambio significativo. El «riesgo de ruptura», en cualquier caso, es cierto, según afirmó ayer el propio Puigdemont en la rueda de prensa que ofreció en la capital comunitaria. «Va en serio», subrayó.
Pero por ahora, el político fugado de la Justicia confía en que no se llegará a ese punto. Su prioridad es que el Gobierno rectifique, como ya consideran que ha hecho al no rechazar su petición para que Sánchez se someta a una cuestión de confianza, y retome lo que llaman los pactos de Bruselas. Y eso incluye no sólo la Ley de Amnistía, sino «la ampliación de la participación directa de Cataluña en las instituciones europeas y demás organismos y entidades internacionales»; revisar el modelo de financiación autonómica en el que Junts quiere «la cesión del 100% de los impuestos» que se abonan en Cataluña; o «promover el regreso a Cataluña de la sede social de las empresas que cambiaron su ubicación a otros territorios en los últimos años».
Diversas fuentes de Junts consultadas por este diario coinciden en que Puigdemont no alberga una voluntad real de «romper del todo con Sánchez», «porque la única esperanza para una amnistía efectiva es que Sánchez siga vivo y tener al Tribunal Constitucional y a la Abogacía del Estado sensibles a la Ley de Amnistía».
«Los Presupuestos Generales del Estado no los íbamos a negociar en ningún caso. Eso ya estaba decidido. Hasta hoy no hemos cobrado nada por avanzado, tampoco el aumento del techo de gasto para las Comunidades Autónomas ni recuperar las inversiones no ejecutadas», añaden las mismas voces, para señalar que Puigdemont está interesado en apretar sin ahogar y que amenaza con la paralización de unas negociaciones que todavía no se habían llegado a poner en marcha.
Ya ayer, el presidente de Junts introdujo matices relevantes en su anuncio de la suspensión de las relaciones con el PSOE para evitar escenificar una ruptura total que perjudicaría a sus intereses, pues la principal formación secesionista catalana pretende y necesita continuar promocionándose como la única que logra réditos para Cataluña, incluso por delante del PSC de Salvador Illa, al que suele acusar de no querer incomodar a Sánchez exigiendo mejoras para la comunidad.
Por ello, subrayó ayer Puigdemont que continuarán abiertas negociaciones en los asuntos que interesa impulsar al partido neoconvergente, esto es, en el traspaso «integral» de las competencias en inmigración o en lo referente a la oficialidad del catalán en Europa.
«Si hay una proposición de ley que da diez millones a cada catalán, evidentemente la negociaremos», ironizó el líder de Junts con el afán de aclarar que su partido seguirá abordando «las cuestiones que le interesen a Cataluña» y pasará a boicotear el resto para paralizar la acción del Gobierno y empujarle a avanzar en el cumplimiento del pacto de investidura.
«No estamos en el no a todo, pero que no nos inviten a negociar a cuestiones que les interesan al Gobierno y no a Cataluña: hablamos de Presupuestos o de decretos que ayudaban al Gobierno a salir del paso», insistió un Puigdemont amenazante pero reacio a asestar el golpe definitivo a Sánchez.
Agencias