NotMid 26/09/2023
OPINIÓN
RAÚL DEL POZO
La Constitución reconoce las nacionalidades históricas pero no la empanada mental y la confusión de la España plurinacional, que ahora llaman multinivel. Han sido los políticos de Madrid los que, en esta ocasión, impulsaron la España plurinacional, la nación de naciones, el nuevo caciquismo neocarlista. Lo decía Pablo Iglesias: «Pedro Sánchez ha entendido que la España moderna es plurinacional». Tan moderna como los viejos fueros, las leyes viejas. Los dos, de Vallecas y Cuatro Caminos, querían contar con los independentistas, que creen que Cataluña y España son tan diferentes como Dinamarca y el Magreb. En Cataluña, los políticos soberanistas lo que piden es directamente la independencia. Han visto al Gobierno con los pantalones bajados y exigen, además de amnistía y referéndum, un dineral que ahogará no solo a las otras autonomías sino las cuentas del Estado.
El dinero ha sentado ladrones en los parlamentos y Junts, que tiene el poder para elegir gobierno, reclama 450.000 millones de euros, la deuda de 33 años por infrafinanciación. Son las cuentas del Gran Capitán: entre picos palas y azadones, 450.000 millones. Es la deuda histórica del Estado que, según los secesionistas, sigue robando a Cataluña. Nos pasan la factura para justificar lo que se han gastado en embajadas y en mangancia patriótica.
Según la Generalitat, el déficit fiscal de Cataluña -la supuesta diferencia entre lo que da y lo que recibe- asciende a 40.000 millones en 2020 y 2021, casi el 10% del PIB catalán, uno de los precios de la investidura. Exigen además recaudar todos los impuestos, el 20% de los fondos europeos, un sistema propio de pensiones, hasta borrar la mangancia de la familia Pujol, y la biblia en verso. Como también dicen los separatistas, «me da igual que me lo pagues ahora que dentro de cinco minutos». Díaz Ayuso declara que la pasta que quiere Puigdemont es un destrozo para Madrid y lo será para todas las CCAA, que no se van a dejar estafar.
Es imposible darles el dinero que piden aunque en esto de los impuestos siempre ocurrió lo mismo. Recordemos una vez más a Quevedo: En Navarra y Aragón/ no hay quien tribute un real/ Cataluña y Portugal son de la misma opinión. Ahora van a choricear, si se dejan, a las autonomías leales y abusando de los ciudadanos, aunque ya se sabe que cuando el delito se multiplica hay muchos que no quieren verlo, mientras llega el caos.