NotMid 21/12/2021
OPINIÓN
La sexta ola de la pandemia, que registra en España una de las incidencias más altas de los últimos meses, no ha llevado a nuestros gobernantes a aplicar a la ciudadanía mayores restricciones que la implantación del pasaporte covid para acceder a la hostelería y a determinados eventos. Nos referimos a las autonomías, porque del Gobierno central, como evidenció Pedro Sánchez el domingo en su incomprensible declaración institucional, no parece que quepa esperar ningún plan. Sobre la decisión de delegar en las autonomías toda la responsabilidad de la gestión pandémica se pronunciarán en su momento los españoles en las urnas.
Así las cosas, a tres días de Navidad, con la presión hospitalaria controlada aunque en paulatino aumento y un ritmo de vacunación óptimo, la mayor parte de las comunidades han decidido no intervenir sobre los masivos festejos y reuniones familiares típicos de la época. El único mensaje que se ha lanzado, y no desde todas las administraciones, es el de la precaución, invitando a reducir el número de comensales en las cenas y comidas y a someterse a tests, que ya se han agotado en infinidad de farmacias. Lo cierto es que aunque no se debe caer en el alarmismo, es recomendable extremar la prudencia. Los ciudadanos lo saben pese al triunfalismo prematuro del que hace gala el Gobierno, porque la pandemia no está superada. Y por eso ellos sí harán un esfuerzo, como muestra el último sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO.
Según la encuesta, un 57% ya canceló días atrás sus cenas con compañeros de trabajo, un 55% ha decidido reducir el número de invitados con los que celebrará las fiestas por culpa del covid y una gran mayoría cenará solo con su familia cercana: padres, hermanos, pareja e hijos. Hay mucha toma de conciencia sobre el momento delicado que suponen estas fechas, y por eso cabe celebrar este ejercicio de responsabilidad individual destinado a que tras las fiestas navideñas podamos seguir instalados en una cierta normalidad.
Sin embargo, conviene señalar un elemento negativo de los resultados del sondeo: el 65% de los encuestados ha respondido que no se hará un test de antígenos antes de Navidad. Es responsabilidad de las administraciones poner en marcha campañas de detección del virus que a veces están brillando por su ausencia. No es preciso insistir en la gran importancia que tiene el cribado para evitar una mayor transmisión.
ElMundo