El mal tiempo no frena una participación histórica en Portugal, que se dispara sobre los datos de 2022
NotMid 10/03/2024
EUROPA
Portugal parece haber girado a la derecha con contundencia en las elecciones legislativas de este domingo. Las urnas acaban de cerrarse en todo el país a las 20.00 horas (21.00 hora peninsular en España) y Alternativa Democrática (AD), la coalición de centroderecha aparece cono clara ganadora con entre 77 y 91 escaños (ahora tiene 77).
El Partido Socialista se derrumbaría, según esos primeros sondeos, y perdería hasta 50 diputados. Se hundiría de sus actuales 120 escaños hasta 68-80 asientos en la Asamblea de la República.
El candidato de AD, Luís Montenegro, se perfila de esta manera como el próximo primer ministro de Portugal. La derecha radical de Chega confirma su imparable ascenso y pasaría de sus actuales 12 actas a unas horquillas de entre 40 y 54 escaños.
PARTICIPACIÓN HISTÓRICA
Los ciudadanos del país luso han acudido en masa a los colegios electorales. Con datos oficiales de las 16.00 horas, la participación electoral ascendía ya al 51,96%, seis puntos más que a la misma hora de los comicios anteriores en 2022.
El mal tiempo en gran parte del país, con lluvias y fuerte viento, no ha frenado a los votantes portugueses, que en ocasiones tuvo que esperar largas colas para votar. A las 16.00 horas, ya habían votado más ciudadanos que en toda la jornada electoral de hace dos años, aunque las urnas han cerrado a las 19.00 horas en la península (una hora más tarde en Azores y Madeira, por el cambio de horario).
Nadie quería aventurar a quién va a beneficiar la alta participación. Pero fuentes de los distintos cuarteles generales de los partidos portugueses avanzan a EL MUNDO que creen que esta noche los portugueses pueden votar “cambio” tras ocho años de gobiernos socialistas.
Los principales líderes políticos hicieron llamamientos a la participación cuando han votado por la mañana. El todavía primer ministro, el socialista António Costa, que votó en Benfica, ha bromeado con su salida de la primera línea: “Salgo de jugar en el campo, para irme a la grada como un aficionado más”. Su candidato, el ex ministro y ahora líder del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos, ha pedido a todos los portugueses que voten “en un día de mucha esperanza, para continuar avanzando sin dar pasos atrás”, en referencia a un posible Gobierno conservador, al que apuntan las encuestas.
El candidato de Alianza Democrática (AD), Luís Montenegro, ha votado en Espinho (Norte) y se ha mostrado “muy tranquilo”, pero también “muy optimista”. Por último, el populista André Ventura, líder de la formación radical Chega, que puede dar la sorpresa este domingo, ha pedido que “nadie se quede en casa”. El diputado de la derecha dura ha enfatizado que éste es “un día en el que todos, en pie de igualdad, tienen la fuerza y el derecho de cambiar el país”.
LA DIMISIÓN DE COSTA
Portugal concluye con las elecciones de este 10 de marzo una larga campaña electoral que se abrió en noviembre tras la dimisión del primer ministro, el socialista António Costa, por un caso de corrupción que finalmente ha sido desinflado por los jueces. En noviembre y tras su renuncia, Costa propuso al presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, que nombrara a otro primer ministro del Partido Socialista (PS), ya que tenía mayoría absoluta en la Asamblea de la República. Pero el jefe del Estado prefirió convocar elecciones anticipadas.
Las dos últimas semanas de la campaña electoral han sido especialmente duras para el Partido Socialista, que ha pasado en pocos meses de la mayoría absoluta de 2022 a una repentina dimisión del primer ministro y a cambiar de forma inesperada de líder. Pedro Nuno Santos (47 años) fue elegido secretario general y candidato en enero y, desde entonces, se ha recorrido el país sin tiempo para hacerse con el partido.
Aún así, fuentes socialistas aseguran que el empuje y la movilización de las bases ha sido incluso mayor que en las elecciones de 2022, especialmente por la situación de emergencia y por la posible pérdida del poder a la que se enfrentan los socialistas.
Pedro Nuno Santos ha querido sacar pecho de los logros económicos de los que presume su partido, que ha estado al frente del Gobierno de Portugal desde 2015: la deuda pública ha pasado de ser un quebradero de cabeza para Europa a reducirse por debajo del 100% del PIB, la inflación está controlada en el entorno del 2,5% y los índices de paro están por debajo del 7%.
La inversión en sanidad y educación ha sido importante, pero ambos servicios públicos arrastran importantes déficits que han hecho que la percepción ciudadana de los mismos sea hoy peor que la de hace unos años. El mensaje de la campaña ha sido que hay que votar al PS para “avanzar” y “no dar pasos atrás”, frenando así la llegada de la derecha, que los socialistas alertan de que puede venir acompañada en el Gobierno de Lisboa por la “extrema derecha” de Chega.
A pesar de todo ello, la inestabilidad del último Gobierno con mayoría absoluta, que se materializó en la dimisión de dos ministros y 11 secretarios de Estado, y la del propio Costa en noviembre han lastrado la campaña de un candidato que es visto por amplios sectores como demasiado impetuoso e impulsivo.
Santos ha arrastrado durante estos meses los problemas de imagen que ya tuvo como ministro antes de su dimisión en 2022. Su gestión impulsiva de la importante cartera de Infraestructuras le generó muchos problemas internos con su jefe, António Costa, que se trasladaron a la opinión pública.
De hecho, Costa -con el que no mantiene buena relación-, le llegó a desautorizar públicamente cuando el entonces ministro anunció de forma unilateral y sin consultarlo con su jefe el nuevo emplazamiento del aeropuerto de Lisboa. El primer ministro le corrigió y le mantuvo en su puesto, pero le obligó a guardar su proyecto en un cajón. Finalmente, Santos terminó dimitiendo por condecer a través de un mensaje de Whatsapp una indemnización a una empresa para que saliera del accionariado de la aerolínea pública TAP.
En esta campaña electoral, Santos -que siempre fue considerado el representante del ala izquierda del PS- ha girado de forma patente hacia el centro para dejar atrás su imagen de izquierdista impulsivo. Hizo buenos debates -ganó el cara a cara con Luís Montenegro- y ha demostrado una buena preparación en el área económica.
En el otro lado, el candidato de AD, Luís Montenegro líder del centroderecha, ha hecho una campaña centrada en pocos pero claros mensajes que ha mantenido durante todos estos meses en busca del voto útil y de la mayoría absoluta que al final no ha llegado.
Los problemas de Alianza Democrática han venido de la mano de otros pesos pesados del partido, no del candidato.
Especialmente, hubo tres intervenciones muy polémicas en la campaña que alejaron a AD del centro que Montenegro ha buscado. En primer lugar, Pedro Passos Coelho, primer ministro de los tiempos de la troika, protagonizó una polémica intervención en un mitin a mitad de campaña en la que vinculó inmigración y seguridad, entrando de lleno en el discurso de Chega.
Otro de los cabezas de lista de AD dudó en una intervención pública del cambio climático. Y, por último, el número cuatro de la lista de Lisboa planteó en otro mitin realizar un referéndum sobre la reforma de la Ley del Aborto, un asunto que Montenegro da por superado con la última reforma legal del Gobierno socialista en 2015.
Montenegro terminó en los tres casos interviniendo para rectificar el discurso del partido en estas materias. Pero hay quien piensa que todo pudo ser una estrategia para arañar votos a Chega, que hasta los últimos días de esta semana, era el partido emergente de la campaña.
La jornada electoral en Portugal ha transcurrido con relativa normalidad, aunque durante muchos minutos bajo los intensos aguaceros repentinos que llevan sacudiendo al país desde el jueves. Aún así, el tiempo revuelto no amilanó a los portugueses, que votaron más que hace dos años. La lluvia asusta menos que el coronavirus.
En total 6.280 colegios electorales abrieron en todo Portugal desde las 8:00 de la mañana y hasta las 19:00 horas para que pudieran votar los 10.819.122 portugueses censados. De ellos, 203.000 electores ya habían ejercido su derecho de forma anticipada. Los residentes en Portugal eligen este domingo a 226 de los 230 diputados de la Asamblea de la República. Los otros cuatro los eligen directamente el llamado Círculo de Europa (dos)y el Círculo del Resto del Mundo (otros dos)
Son 18 las fuerzas políticas se han presentado a estas elecciones. Pero sólo ocho de ellas tenían posibilidades reales de conseguir representación: Alianza Democrática (AD), el Partido Socialista (PS), Chega (la derecha radical), Iniciativa Liberal (IL), el Bloque de Izquierdas (BE), Coalición Democrática Unitaria (CDU, los comunistas), el Partido Animalista (PAN) y Livre (los ecologistas)
Agencias