La ausencia de cambios estructurales en la política económica y el abuso en la implementación de medidas de ayuda cortoplacistas e indiscriminadas han acelerado en nuestro país el ritmo de caída generalizada que experimentan otros Estados de la UE
NotMid 26/10/2022
EDITORIAL
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) confirmó ayer que la economía española entrará en recesión técnica en el primer trimestre del próximo año. El organismo que asesora al Gobierno pronostica esta profundización de la crisis tras concretar que también en los tres primeros meses de 2023 los datos de la evolución del PIB serán negativos, encadenando así dos periodos en números rojos tras los malos resultados que se vaticinan para el último trimestre de este año.
Como hemos sostenido en este diario reiteradamente siguiendo el criterio de los principales especialistas macroeconómicos, la ausencia de cambios estructurales en la política económica del Gobierno -imprescindibles a pesar del desgaste en las urnas que ello pudiera acarrear- y su abuso en la implementación de medidas de ayuda cortoplacistas e indiscriminadas con alto impacto en el gasto público han acelerado en nuestro país el ritmo de caída generalizada que experimentan otros Estados de la Unión Europea, incluso desde antes del inicio de la guerra en Ucrania.
La AIReF no sólo aventura el inicio de un periodo de recesión -a pesar de que el Banco de España augura una reactivación a partir de la primavera– sino que su presidenta, Cristina Herrero, insistió ayer en las duras críticas que el organismo independiente viene dirigiendo contra la actividad presupuestaria del Gobierno y más concretamente contra el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE), sobre los que afirma que no son realistas en el cierre de 2022 y que la previsión de gastos nace viciada.
Prueba de esta calculada indefinición de las Cuentas públicas de 2023 es la ausencia de un apartado que recoja el relevante impacto de las medidas del paquete anticrisis, que finaliza en diciembre y cuya prórroga ya ha avanzado el Gobierno, que este mismo mes comprometió una movilización de 3.000 millones de euros adicionales de los PGE para amortiguar el impacto del conflicto bélico en la economía familiar.
Esta inexplicable omisión le resta valor a los PGE como herramienta de planificación y predicción sobre cómo evolucionará el déficit público. «Una notable carencia», subraya la AIReF, que calcula que la permanencia de tales medidas de ayuda mantendrá el desfase entre la recaudación y el gasto en el mismo nivel que este año, un 4,6% del PIB.
Los Presupuestos son un «mecanismo de control de la acción de los gobiernos», recuerda la AIReF. La falta de autenticidad del actual proyecto presupuestario convierte en impracticable esta labor fiscalizadora. Serán, pues, las formaciones políticas que los avalen quienes se conviertan en corresponsables de unas Cuentas que no van a cumplir con su función dinamizadora de la economía real. En esta situación de crisis, es más injustificable que nunca el trueque de prebendas autonómicas a cambio del apoyo a unos Presupuestos redactados al margen de la realidad.