Pese a los reclamos internacionales, las fuerzas de Putin atacaron casas y comercios en la localidad de Nikopol, a 10 kilómetros de las instalaciones atómicas
NotMid 22/08/2022
MUNDO
Solo unas horas después de las últimas súplicas internacionales para evitar ataques en el área alrededor de la principal planta nuclear de Ucrania, este lunes hubo nuevos reportes de bombardeos rusos cerca de las instalaciones de Zaporizhzhia.
La localidad de Nikopol, en la orilla opuesta del río Dniéper y a unos 10 kilómetros (6 millas) río abajo de la planta, fue atacada tres veces durante la noche con cohetes y morteros que cayeron sobre casas, un jardín de infantes, la estación de autobuses y tiendas, dijo el gobernador Valentyn Reznichenko. La prensa ucraniana reportó que hubo cuatro personas heridas.
Los informes de bombardeos sostenidos alrededor de la planta de energía nuclear más grande de Europa destacaron aún más los peligros de una guerra que cumplirá seis meses el 26 de agosto.
La planta, que es la más grande de Europa y actualmente está ocupada por los rusos, se encuentra operativa, pero “viola las normas de seguridad contra incendios y radiación”, informó este lunes la empresa estatal Enegoatom.
Un militar con una bandera rusa en su uniforme monta guardia cerca de la central nuclear (Reuters)
El regulador nuclear de Ucrania indicó en un comunicado que “desde las 8:00 (hora local) del 22 de agosto de 2022, la central nuclear de Zaporizhzhia (ZNPP) continúa operando con el riesgo de violar las normas de seguridad contra incendios y radiación”.
El “bombardeo periódico de la ZNPP por parte de las tropas rusas con misiles antiaéreos causó un grave riesgo para el funcionamiento de forma segura de la central”, dice el comunicado, según las agencias locales.
Energoatom señala que el 5 de agosto, como resultado de un ataque del ejército ruso a la central, se activó la protección de emergencia de una de las plantas de energía, por lo que desde entonces se ha desconectado una de las tres unidades en funcionamiento. Durante ese ataque, la estación de nitrógeno y oxígeno y el edificio auxiliar combinado sufrieron graves daños, agrega. Todavía existen riesgos de fuga de hidrógeno y pulverización de sustancias radiactivas, y el riesgo de incendio también sigue siendo alto, precisa la empresa estatal ucraniana.
Indica además que el pasado 6 de agosto, “como resultado del bombardeo de los invasores, se dañaron tres sensores de monitoreo de radiación en las instalaciones de ZNPP”. Y el 11 de agosto, “los ocupantes dispararon contra el edificio del cuerpo de bomberos, ubicado fuera del perímetro de la ZNPP, diseñado para protegerlo de incendios y extinguirlos en caso de situaciones de emergencia”.
Dos días más tarde también resultó dañada la celda abierta de 750 kilovativos y el pasado día 20 de agosto, como consecuencia de otro bombardeo, una de las galerías por donde transita el personal de los edificios especiales a las unidades de potencia (paso elevado) también sufrió daños y los cristales del edificio quedaron destrozados.
Nikopol ya ha sido objeto de bombardeos rusos en este mes (State Emergency Service of Ukraine/Handout via REUTERS)
Presiones internacionales
Después de que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, instó nuevamente a tener precaución durante una visita a Ucrania la semana pasada, el presidente estadounidense, Joe Biden, habló el domingo sobre el tema con los líderes de Francia, Alemania y Reino Unido.
Los cuatro líderes enfatizaron la necesidad de evitar operaciones militares en la región para prevenir la posibilidad de un accidente nuclear potencialmente devastador y pidieron que la agencia de energía atómica de la ONU pueda visitar las instalaciones lo antes posible.
Sin embargo, nada parecía seguro en una guerra que ha sembrado el miedo y el malestar mucho más allá de las líneas del frente en el este y el sur de Ucrania y también en la península de Crimea —anexionada por Rusia en 2014— y tan lejos como Moscú, donde el sábado por la noche la explosión de un automóvil mató a la hija de un influyente teórico político ruso a menudo denominado “el cerebro de Putin”.
El lunes, las autoridades rusas buscaban más pistas sobre quién podría estar detrás del incidente, luego de que las autoridades dijeron que la información preliminar indicaba que la comentarista de televisión de 29 años Daria Dugina murió por un explosivo colocado en la camioneta que conducía.
Un ex legislador de la oposición rusa, Ilya Ponomarev, dijo que un grupo ruso desconocido, el Ejército Nacional Republicano, se atribuyó la responsabilidad del atentado. The Associated Press no pudo verificar la existencia del grupo. Ponomarev, quien abandonó Rusia después de votar en contra de la anexión de Crimea en 2014, hizo la declaración a la televisión ucraniana.
Las autoridades de Ucrania niegan estar involucrados.
Agencias