Mientras no haya un presidente en el Legislativo, la primera potencia mundial está, literalmente, en el limbo al no poder constituirse el hemiciclo
NotMid 04/01/2023
USA en español
Estados Unidos sigue sin tener Legislativo. Eso es así porque, hasta que no se vote el presidente (llamado en inglés ‘speaker’) de la Cámara de Representantes, los congresistas electos no pueden tomar posesión del cargo. Así que la primera potencia mundial está, literalmente, en el limbo. Tiene Poder Ejecutivo (presidencia) y Poder Judicial. Pero no tiene Poder Legislativo, ése que se encarga nada menos que de hacer las leyes. Y no lo tendrá hasta que 19 congresistas ultraconservadores republicanos voten por Kevin McCarthy, el candidato al cargo de ese partido. Por ahora, la Cámara se ha reunido de nuevo, para seguir votando, después de que McCarthy fuera derrotado tres veces ayer, algo que no se veía desde hacía exactamente cien años. En la cuarta votación, que ha comenzado a las 18.00 hora española, tampoco ha reunido los votos necesarios (218).
Esta nueva debacle llega pese a que un inesperado personaje ha entrado en liza: el ex presidente, y candidato de nuevo a la Casa Blanca en 2024, Donald Trump. En un mensaje en su red social Truth Social, Trump lanzó poco antes de la votación una arenga a su partido: “Republicanos, no dejéis que un gran triunfo se convierta en una derrota gigante y embarazosa”, proclamó. “Es momento de celebración. Kevin McCarthy hará un buen trabajo, tal vez incluso un gran trabajo, ¡estad atentos!”, dice Trump.
La posición del ex presidente, que todavía mantiene una gran popularidad entre las bases republicanas, representaba a priori un cambio total, puesto que ayer martes por la noche Trump todavía se negaba a dar su apoyo a McCarthy. De hecho, ambos políticos han tenido una relación fría. Trump siempre ha dicho que “probablemente” apoyaría a McCarthy en el caso de que los republicanos ganaran la Cámara, pero no ha ocultado su desprecio por el representante de California, cuya lealtad le parece – con razón- más que dudosa. McCarthy, por su parte, ha tratado de acercarse al máximo a Trump. Pero su principal problema es su falta de ideología. Es público y notorio que la ambición de poder es su principal motivación – hasta a la hora de cambiar de despacho antes de tiempo o de gritar “me merezco” el cargo de speaker -, y Trump solo quiere de su lado personas de fidelidad absoluta.
Pero, por eso mismo, la toma de posición del ex presidente es importante. Al respaldar a McCarthy Trump se está alineando con el ‘establishment’ republicano, al que ha insultado de todas las maneras posibles, incluyendo epítetos racistas, y está dejando en la estacada al ‘caucus de la Libertad’, sus fieles más fieles, que son los que rechazan a McCarthy. Puede ser su manera de tratar de congraciarse con el sector más poderoso del partido, ahora que su estrella electoral parece estar declinando.
También puede ser una vía de ganar esta batalla al gobernador de Florida Ron DeSantis, su principal rival por la nominación republicana en 2024. DeSantis es el gran favorito del ‘establishment’ republicano, pero no ha abierto la boca en la controversia sobre McCarthy. En Florida muchos esperaban que hiciera algún tipo de pronunciamiento al respecto el martes, cuando tomó posesión del cargo. Pero DeSantis es un pésimo improvisador -al contrario que Trump- que jamás se sale del guión y tarda mucho en reaccionar, aunque cuando lo hace tiene una enorme efectividad.
UNA MAYORÍA SIN PAZ INTERIOR
Los republicanos tienen mayoría en la Cámara, así que matemáticamente tienen los votos precisos. Lo que no tienen es paz de espíritu como para ponerse de acuerdo. Tres votaciones ayer martes acabaron con McCarthy derrotado y desquiciado, acusando a sus rivales de poner sus intereses personales por encima de los del partido y la nación, y con uno de los revoltosos -el siempre provocador y controvertido Matt Gaetz, de Florida- acusando formalmente ante las autoridades del Congreso al candidato de ‘okupa’ por haber trasladado sus enseres personales a primera hora de mañana a la oficina del presidente.
El debate acerca de si Kevin McCarthy piensa que el Capitolio es Barcelona y, por tanto, un lugar proclive a la okupación de locales – en este caso, de despachos – revela el grado de enfrentamiento feroz, personal, entre los dos bandos. Gaetz, que en sí mismo es un personaje atrabiliario, con un historial de investigaciones sobre presunto uso de prostitución con menores de edad, dirigió su reclamo nada menos que al jefe del equipo de arquitectos del Capitolio, que es el edificio en el que se encuentra la Cámara de Representantes, para inquirir por “la base legal, el reglamento de la Cámara, o el precedente que permite que una persona que ha quedado en segunda posición en tres votaciones consecutivas para la elección del presidente ocupe la Oficina del Presidente de la Cámara”, y “cuánto tiempo permanecerá en ella antes de ser considerado un ocupante ilegal”
Agencias