Defiende la dura reacción a la insidia del ministro Puente y valora las relaciones con el Gobierno de Sánchez. Sobre el doble viaje de Milei a España, inminente, abre la puerta a Felipe VI, pero descarta a Moncloa
NotMid 06/05/2024
IberoAmérica
Todos los días, de lunes a viernes, Manuel Adorni pone la cara ante los medios y la sociedad para explicar lo que hace o deja de hacer el presidente Javier Milei. Economista de profesión y con años en el mundo del periodismo, Adorni es un consumado experto en redes sociales que, a los 44 años, ejerce de portavoz del presidente argentino. Sus ruedas de prensa marcan parte de la agenda del día, en especial cuando se produce una crisis. Una crisis el pasado viernes entre los gobiernos de España y Argentina, por ejemplo. «No ameritaba una reacción diferente», confirma Adorni durante una entrevista ante la pregunta de si la Casa Rosada fue demasiado lejos en su respuesta a los descalificatorios comentarios del ministro español de Transporte, Óscar Puente. Y Adorni guardó silencio cuando se le pregunta si Buenos Aires podría llegar a retirar a su embajador en España, Roberto Bosch.
La entrevista, realizada en dos etapas, antes y después del estallido de la crisis diplomática, deja clara también la diferencia que hace Milei entre Sánchez y el Rey, con el que mantuvo una animada conversación en diciembre en Argentina, poco antes de asumir la presidencia de la tercera economía de América Latina.
P – Está claro que el presidente Milei recibió un ataque insólito de un ministro del gobierno español. Pero la respuesta del gobierno argentino escaló la situación, de alguna manera diluyó lo hecho por Puente. ¿Se evaluó la posibilidad de reaccionar con más mesura?
Se ha insinuado que el presidente ingiere «sustancias». No ameritaba una reacción diferente.El presidente ha estado viajando mucho por premios, conferencias o afinidades políticas. A Israel e Italia sí acudió a nivel de gobierno o Estado. Pero ha ido ya dos veces a Estados Unidos sin reunirse con las autoridades locales. En España, donde estará el 18-19 de este mes y después en junio,
P – ¿Tiene previsto reunirse con autoridades españolas?
En junio se ve con autoridades españolas. En mayo, la verdad es que no lo sé. Pero siempre que se da la oportunidad de tener alguna reunión bilateral, se tiene.
P – Descartado Pedro Sánchez, ¿esa reunión podría ser con otras autoridades o figuras políticas?
Entiendo que en junio, sí. Pero en mayo no lo sé.
P – ¿Tiene previsto algún tipo de contacto o saludo como gentileza con el Rey Felipe, con el que mantuvo una muy buena reunión en diciembre en Buenos Aires?
Las agendas no están cerradas aún, es posible que eso ocurra.
P – Pero es extraño que un jefe de Estado, ni hablar de un jefe de Estado de Argentina, vaya a España dos veces en dos meses y no tenga contacto con las autoridades, ¿no?
No tengo mucho para decir. Eso va a gusto del presidente. Se va coordinando el viaje.
P – El presidente Milei participará en mayo en el mitin de campaña de Vox para las elecciones europeas y en junio recibirá el premio Juan de Mariana. ¿Qué más hará?
Entiendo que en mayo también va a haber una presentación del libro de él. Yo confirmo las cosas cuando efectivamente las tengo confirmadas, porque siempre van cambiando cosas.
P – Sus ruedas de prensa diarias son una novedad en la política argentina. ¿Está conforme con lo hecho?
Sí, aunque hay una tendencia de algunos periodistas de la sala a preguntar cosas que son muy específicas. Es difícil tener en la cabeza toda la información, aunque estoy más o menos al tanto de lo que pasa de punta a punta del Estado.
P – Le han preguntado en dos ocasiones por el asunto de los perros del presidente, y no le gustó la pregunta.
No, no. No es que no me gustase. A mí me pueden preguntar cualquier cosa, que yo siempre voy a responder de la mejor manera que encuentre. Puntualmente, esa pregunta tuvo una cierta animosidad cuando plantean que el presidente… habla solo, digamos, o habla con cosas que no existen. Que ve cosas que no existen. Entonces me pareció una falta de respeto a la investidura presidencial, una falta de respeto a mí y una falta de respeto a los que estaban escuchando. Nada tiene que ver con que puedan preguntar lo que quieran, pero no sugiriendo cuestiones que atentan contra la investidura presidencial. Jamás lo voy a permitir. Para mí, el tema de las cuestiones personales del presidente está terminado. Si realmente el único problema que hay en el país es si el presidente tiene cuatro o cinco perros, bueno, o sos muy mal periodista o las cosas están bárbaras, ¿no? Me parece que pasaron un límite con la pregunta, sugiriendo lo que no es.
P – La semana que viene debería tratarse en el Senado la Ley Bases, con la que Milei quiere convertir Argentina en uno de los países más liberales del mundo. ¿Qué va a significar para el gobierno y para el país que esta ley se apruebe, si ese es el caso?
Para el Gobierno va a ser seguramente un punto de satisfacción enorme. Y con respecto a los argentinos, la ley es fabulosa, marca un cambio en la Argentina en un montón de cosas. Es mucho más profunda incluso que la reforma de (Carlos) Menem en los 90, sumado a que nosotros tenemos todavía mucho por hacer. Lo que queremos es dinamitar el Estado, el Estado este que se metía en todos los aspectos de tu vida y te decía qué hacer y qué no, qué vender, qué no vender y a qué precio. Es un gran paso en la libertad de la gente, del comerciante, del empresario. Estamos confiados en que se apruebe, tal como ocurrió en la Cámara de Diputados.
P – Dada la hiperminoría parlamentaria del gobierno de Milei, sería un éxito político. ¿Coincide?
No pensamos en triunfos políticos o no. Nuestros triunfos son básicamente tres ejes: el económico, el de la seguridad y el cultural.
P – ¿Lo que llaman «batalla cultural»?
La batalla cultural es, para nosotros, el debate de la libertad, de lo que pueda significar la desregulación del Estado, de la economía y la bajada de impuestos. Normalizar este país. Esos son nuestros triunfos políticos. Y creo que lo vamos a hacer, creo que vamos a tener un gran resultado.
P – ¿Qué pueden esperar las empresas españolas esta vez en comparación con las privatizaciones de Menem hace más de 30 años?
Lo que te da la ley es la posibilidad de privatizar, no te indica que privatices todo de un día para el otro. Hay empresas que no se pueden privatizar per se, que antes hay que sanearlas o transformarlas en sociedades anónimas. Por definición, estamos en contra de que el Estado tenga empresas públicas, así que todas son posibles de privatizar hoy, o más adelante, estén o no estén en la ley. Conceptualmente, entendemos que en un país pobre, los pobres no pueden seguir sosteniendo empresas deficitarias del Estado. No es razonable.
P – ¿Y si esa empresa diera ganancias?
Por definición, si es pública es ineficiente. El Estado por definición es ineficiente. Y hay que ver lo irracional que es, ¿no? Con Aerolíneas Argentinas, ¿qué sentido tiene que una mitad de un país pobre, que probablemente nunca haya tenido la suerte de viajar en avión, pague el pasaje o parte del pasaje o parte del sueldo a alguien que efectivamente no lo necesita? Es el tercer eje, el de la «batalla cultural»: entender que todo lo paga alguien, también quien no puede poner un plato de comida en la mesa. Queremos acabar con esa lógica.
P – Días atrás hubo un contrapunto fuerte entre el presidente y la ex presidenta Cristina Kirchner. ¿Es Cristina, para ustedes, la gran rival aún? ¿O está acabada como también se escucha en filas del gobierno?
Entendemos que Cristina fue parte de estas décadas de decadencia argentina. Y entendemos que el discurso que tiene atrasa, es un discurso carente de conocimientos técnicos y que enaltece cuestiones que han destruido a la Argentina, como el déficit fiscal.Toda la política tiene que entender que la Argentina cambió, y cambió por lo que quiso la gente en el cuarto oscuro. Hubo un hartazgo hacia la política populista que hizo que la gente no quiera más el pasado.
P – En la justicia se acusa a Cristina, entre otras cosas, de defraudación al Estado. ¿Qué opina el gobierno?
Dejamos actuar en la justicia y somos respetuosos. Tenemos deseos de que la justicia gane celeridad y siempre apelamos a una justicia independiente. Hasta que esté condenada, o no. Ahí haremos la declaración que tengamos que hacer.
P – Se habla mucho del poder de Karina Millei, la hermana del presidente. El propio presidente habla de ella como «el jefe». ¿Es cierto que tiene más poder que el presidente incluso?
Es muy divertido porque convivo con ellos, los veo todos los días. El presidente de la Nación es el presidente de la Nación. Karina Milei es la secretaria general de la presidencia, con todo lo que ello implica. Y, por supuesto, los une una relación de hermandad. Entonces, hay temas que supongo que se hablarán como los hablás con tu hermano. Él es el presidente. Él define. Y, en tal caso, ella acompaña, sugiere y maneja lo que le corresponde en virtud de su cargo. Les tengo un cariño y un aprecio personal. Y doy fe de que se respetan, se adoran. El presidente es él. Y la secretaria general de la presidencia es ella. Punto.
P – Es una historia interesante…Bueno, ella es la primera secretaria general de la presidencia mujer en la historia de la Argentina. Son cosas distintas que empiezan a pasar, ¿no? Ni hablar de la relación de hermandad, de la relación de hermanos, que también es extraño, ¿no?
P – La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se refirió al presidente como «pobre jamoncito», como si estuviera aprisionado entre ella y su hermana. ¿Es no le molestó al presidente?
Esa entrevista fue de noche, y al otro día yo desayuné con el presidente y nos reímos porque la frase se viralizó. El jamoncito se viralizó.El presidente habló más de una vez de su ambición de futuro, y plantea una Argentina en 35 años que sea Irlanda. Y lo plantea después de ser Alemania.
P – ¿Por qué Irlanda es mejor que Alemania para el gobierno de Milei?
Porque él toma los índices de libertad económica. Irlanda tiene muchos mejores índices de libertad económica que Alemania. Nosotros tenemos claro lo que puede dar una economía de libre mercado.
Agencias