NotMid 20/12/2022
OPINIÓN
SILVIA ROMÁN
“El Kremlin está intentando buscar nuevas salidas para conseguir la victoria” (Oleksii Reznikov, ministro de Defensa de Ucrania). “No tengo la menor duda de que Putin volverá a atacar Kiev” (Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas).
Son las declaraciones más recientes del brazo militar de Volodimir Zelenski. Los estrategas que están marcando las reglas de un juego que por ahora está ganando -contra todo pronóstico inicial- Ucrania. El hielo y la nieve están paralizando el frente, pero las grandes batallas renacerán con el primer aniversario de la guerra: el 24 de febrero. Esa fecha será una de las más relevantes en el año que arranca dentro de dos semanas.
Kiev hará todo lo posible para que Occidente no caiga bajo la “fatiga ucraniana”, para seguir recibiendo armas, para ir a por Crimea, a por todo el Donbás, a ganar la guerra, a doblar el pulso a Putin y a que la imagen de éste en Rusia siga deteriorándose hasta causarle problemas irreversibles. El fin es doblegarle, tumbarle, que no tenga nada que celebrar el 9 de mayo de 2023, el famoso Día de la Victoria.
La gran incógnita es cómo reaccionará un Putin debilitado. Seguimos temiendo el uso de armas nucleares o químicas. A su vez, puede que busque una salida o tercera vía utilizando a Turquía o China. Pekín apoya a Moscú, pero de una manera no intervencionista. De hecho, es más un socio que un aliado. El año próximo comprobaremos cuán fuertes son los lazos entre el zar y el emperador.
En todo caso, son malos tiempos para China, en pleno fin de su estrategia Covid cero, con 1.400 millones de personas que empezarán a exponerse por primera vez -a pulmones abiertos- al coronavirus. Se esperan hospitales desbordados, elevadísimas cifras de fallecidos, escasez de medicamentos… De ahí que Xi no estará para atender los males de Putin. Es más, si al final el presidente chino logra capear el temporal, mirará mucho más hacia Taiwan que a Mariupol o Zaporiyia.
Sobre esta conexión Rusia-China seguirá vigilante y en máxima alerta Estados Unidos. Por mucho que cueste entender con una guerra en Europa, la Casa Blanca insiste en que el enemigo número uno no es Vladimir Putin, sino Xi Jinping. Lo de Moscú es tratado desde Washington casi como una prolongación de la Guerra Fría, un problema con el que convivir mientras se machaca al Kremlin. El gigante asiático es más preocupante para los estadounidenses, tanto a medio como a largo plazo.
EEUU se sumerge en unos meses decisivos en plena segunda mitad del mandato del demócrata Joe Biden. Mientras, los políticos republicanos afilan sus espadas de cara a quién será el candidato del partido en las elecciones de 2024: ¿repetirá Donald Trump o se impondrá el gran triunfador de las recientes elecciones al Congreso de noviembre: Ron DeSantis?
Antes de este desenlace americano, otros ciudadanos pasarán por las urnas: 100 millones de nigerianos lo harán el 25 de febrero, mientras que el 18 de junio lo harán los votantes turcos y el 29 de octubre los argentinos.
Estos dos últimos comicios son realmente interesantes. En lo que respecta a Ankara, el horizonte futuro de Recep Tayyip Erdogan aparecía lleno de nubarrones hace escasos meses, con un pueblo asfixiado y enervado por una inflación descontrolada. Ahora bien, Erdogan ha utilizado una vez más los problemas externos para proyectarse como una figura potente internacional (el gran mediador entre rusos y ucranianos), lo que le puede salvar in extremis.
En relación a Buenos Aires, la expectación y el show están asegurados, con una Cristina Fernández de Kirchner que nos tendrá en vilo y dará muchos títulos con las palabras “peronismo”, “cárcel” y “presidenta”. En la misma región, otro país acaparará nuestra atención con un déjà vu: el de Lula da Silva como presidente de Brasil.
Al otro lado del Atlántico, en el Viejo Continente, España será la encargada de llevar las riendas de la Presidencia de la Unión Europea a lo largo del segundo semestre. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se volcará en este cometido desde el 1 de julio al 31 de diciembre. De hecho, su jefe de la diplomacia, José Manuel Albares, y todo su equipo de Exteriores están trabajando cien por cien en ello desde que acabó la Cumbre de la OTAN en Madrid a finales de junio. Su objetivo es lograr el mismo éxito que cosecharon con el histórico encuentro celebrado en la capital española, que deja el listón muy alto a Lituania, anfitriona de la próxima gran cita de líderes de la Alianza Atlántica. Será el 11 y 12 de julio, en Vilna, a sólo 220 kilómetros de territorio ruso.
Ante tal acumulación de eventos de alta intensidad, agradará a muchos seguir una ceremonia de gran boato y solemnidad: la coronación del rey Carlos III en la Abadía de Westminster, en Londres, el 6 de mayo. A día de hoy, se sabe que frente a las tres horas que duró el acto de su fallecida madre, Isabel II, éste no llegará a la hora. Y que entre los ilustres invitados se encuentran los reyes de España.
Monarcas, zares, emperadores, presidentes, elecciones, cumbres, crisis… De todo habrá en este 2023 que acariciamos ya en los estertores de un 2022 que empezó con una guerra. Brindemos por que éste traiga la paz.