El veterano diplomático comenzó este lunes una gira por varios países de Europa para presentar el plan de paz de China
NotMid 16/05/2023
ASIA
Li Hui arrastra vínculos con Moscú desde la cuna: nació en Heilongjiang, un enorme territorio al norte de China que comparte una frontera de casi 3.000 kilómetros con Rusia. Los colonos rusos, entrado el siglo XX, allí fundaron la capital provincial, Harbin, que hoy presenta un telón de fondo arquitectónico de estilo zarista, lleno de iglesias ortodoxas rusas y edificios neoclásicos.
Fue durante la Guerra Fría, periodo en el que China y Rusia no eran precisamente amigas -las relaciones estaban tan heladas como el viento siberiano que golpea por las noches en su frontera-, cuando un joven Li, atraído por la cultura del vecino que había mamado desde pequeño, aprendió ruso y comenzó una carrera diplomática en el departamento del Ministerio de Exteriores de Pekín que analizaba todos los movimientos de la Unión Soviética.
El primer salto a Moscú lo dio en 1981, como segundo secretario de la embajada china, donde acabaría siendo nombrado embajador casi treinta años después. Li es un rostro muy familiar para el presidente Vladimir Putin. Ambos han departido, en público y en privado, numerosas veces. Fue el propio Putin quien otorgó hace cuatro años a Li la Orden de la Amistad, una alta condecoración que concede el Kremlin a emisarios de países extranjeros que contribuyen significativamente a estrechar las relaciones con Rusia. Li fue uno de los principales artífices de que se cerraran las heridas del pasado y de que Pekín y Moscú avanzaran hacia una nueva y sólida asociación estratégica.
El pasado 26 de abril, durante la primera charla desde que comenzó la invasión rusa en Ucrania entre el presidente Xi Jinping y su homólogo Volodimir Zelenski, el chino dio un inesperado golpe diplomático comprometiéndose a enviar a Ucrania a un representante especial para “encontrar una solución política a la crisis y mantener conversaciones con todas las partes destinadas a lograr un alto el fuego lo antes posible”.
Al frente de esa misión, Pekín ha puesto a un viejo conocido en Moscú, el ex embajador Li Hui, quien este lunes comenzó su “viaje de paz” con paradas en Ucrania, Polonia, Francia, Alemania y Rusia. Será el funcionario chino de mayor rango en visitar Kiev desde que el ejército ruso lanzó su ataque a gran escala en febrero de 2022. Su gira por Ucrania y Rusia podría coincidir con la esperada contraofensiva por parte de las tropas ucranianas para recuperar el territorio ocupado.
Este veterano diplomático de 70 años desempeña ahora mismo el cargo de viceministro del Ministerio de Relaciones Exteriores. También es el responsable del departamento de Asuntos Euroasiáticos, que gestiona las relaciones diplomáticas en un amplio área que incluye a Rusia, Europa del Este y Asia Central.
“Enviando un representante es otra forma de que China demuestre su compromiso y esfuerzos para promover las conversaciones de paz”, defendió hace unos días Wang Wenbin, portavoz de la cancillería china. Li es el “representante especial del Gobierno”, como lo presentó Xi durante su conversación con Zelenski, elegido para ejecutar una mediación que Pekín llevaba promocionando, con la boca pequeña, muchos meses.
TRATO ESPECIAL CON LAVROV
En el gigante asiático defienden que no hay nadie mejor para dirigir una delegación con una misión tan importante que alguien que se conoce como su casa las entrañas del Kremlin. Pero el perfil de Li como viejo amigo de Moscú inquieta a la corriente crítica con el régimen chino, que no termina de estar convencida del ambiguo plan de paz que propone Xi: respeto a la soberanía de todos los países y respaldo a las preocupaciones de seguridad que alega Putin, con quien el líder chino ha conversado cinco veces desde que comenzó la guerra en Ucrania, y ambos se reunieron cara a cara en marzo en Moscú.
Todos los actores trascendentes que giran alrededor de la invasión rusa están expectantes por cuáles serán los siguientes pasos que dará esa delegación china dirigida por Li. El diplomático habla ruso con fluidez y guarda un trato especialmente cercano con el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, con quien ha compartido mantel varias veces en Moscú durante la década (de 2009 a 2019) en la que el chino fue embajador.
Li, que también fue jefe de la misión diplomática de Pekín en la ex república soviética de Kazajistán, dejó por escrito sus memorias de su etapa al frente de la embajada china en Moscú en un libro que publicó el año pasado, en el que presume de que las relaciones bilaterales entre antiguos adversarios en la Guerra Fría se han ido estrechando hasta atravesar actualmente el mejor momento de toda su historia. Parte de ese “mérito”, se lo atribuye a él mismo. Por ello, los medios oficiales chinos alguna vez lo han descrito como la “mano de Pekín en Moscú”
Agencias