El nacionalismo aspira a colonizar todos los espacios de la sociedad y el deporte es uno de ellos, especialmente eficaz
NotMid 27/10/2022
EDITORIAL
El Gobierno ha sentado un peligroso precedente con su cesión al PNV sobre las selecciones deportivas vascas. El nacionalismo aspira a colonizar todos los espacios de la sociedad y el deporte es uno de ellos. Y uno especialmente eficaz, porque las emociones que despiertan las competiciones deportivas son un vehículo clave para la exaltación de los sentimientos nacionales por oposición a otros. De ahí que la batalla por contar con selecciones «nacionales» que equiparen al País Vasco (y a Cataluña) con España sea una reclamación constante del PNV y también de EH Bildu desde hace años.
No se trata de un asunto menor. Hasta fechas recientes el PSOE se había mostrado firme en su rechazo a estas pretensiones, incluidos los propios socialistas vascos en la etapa de Patxi López como lehendakari (2009-2012). El giro se produjo, al menos sobre el papel, cuando Pedro Sánchez incluyó esta cuestión en el pacto con el cual en diciembre de 2019 se aseguró los votos del PNV para su investidura.
Ese compromiso se lleva ahora a la práctica con la aprobación de una enmienda a la nueva Ley del Deporte, que reconoce por primera vez la participación de selecciones autonómicas en competiciones internacionales «en el caso de modalidades o especialidades con arraigo histórico y social». En principio solo afecta a las federaciones de pelota vasca y de surf, pero la redacción es lo suficientemente abierta como para que se abran las puertas a deportes de masas como el fútbol, una reivindicación histórica del nacionalismo vasco que hasta ahora se ha encontrado con el portazo de la UEFA y la FIFA. Por otro lado, si bien la norma indica que el Consejo de Deportes deberá validar cualquier decisión, poca autonomía puede esperarse de un organismo que depende del Gobierno y que ahora preside el socialista José Manuel Franco.
Al margen de esta nueva cesión al nacionalismo, otros aspectos de la nueva ley del deporte sí deben aplaudirse. Entre ellos figura el artículo introducido para que, a partir de la promulgación de la norma, los deportistas en activo no puedan llevar a cabo negocios relacionados con las competiciones en las que participan. Se trata de un cambio necesario en la ley que el PP ha impulsado en respuesta al escándalo protagonizado por Gerard Piqué, pues no es de recibo que el futbolista se enriqueciera a través de trabajos facturados a Arabia Saudí para celebrar allí la Supercopa de España mientras se sentaba en el banquillo del Barça.