Territorios remotos o bien zonas por las que ningún país se interesa se convierten en escenarios de micronaciones efímeras, que exponen peculiaridades de la geopolítica.
NotMid 30/01/2025
Estilo de vida
El mundo, en su mayoría, está distribuido entre países que delimitan sus fronterasa través de acuerdos, conflictos o herencias históricas. Pero existen tres casos que son la excepción: se trata de regiones que no pertenecen a ninguna nación ni están reclamadas por gobierno alguno, conocidas como terras nullius. A diferencia de los territorios en disputa, estas zonas carecen de interés geopolítico y permanecen en un limbo legal.
La Tierra de Marie Byrd: el pedazo de hielo más lejano
La Tierra de Marie Byrd, localizada en la Antártida, es una de las áreas más inaccesibles del planeta. A pesar de que Estados Unidos llegó a izar una bandera en la región, nunca reclamó formalmente su soberanía. Este vasto territorio helado, bautizado en 1929 por el almirante estadounidense Richard Byrd en honor a su esposa, permanece sin dueño debido a su aislamiento y falta de recursos estratégicos.
Algunas personas han “fundado” micronaciones no reconocidas en la tierra de Marie Byrd, signo de su carácter único en el derecho internacional (Crédito: Flickr)
La zona también ha sido el escenario de iniciativas curiosas: aprovechando la falta de regulación algunas personas han creado micronaciones no reconocidas internacionalmente. Por ejemplo, en 1979, un adolescente estadounidense fundó el Reino de Talossa, proclamando su soberanía sobre parte de esta tierra inhóspita. En años posteriores surgieron el Gran Ducado de Westarctica y el País de la Tierra de María Byrd, ambos creados desde las habitaciones de sus “gobernantes”
Aunque estas iniciativas no superan lo anecdótico, ponen en evidencia los vacíos legales que pueden surgir en regiones no reclamadas. Mientras tanto, la Tierra de Marie Byrd sigue siendo una extensión deshabitada, dejada de lado por su complejidad geográfica y su escasa relevancia económica.
Bir Tawil: una tierra que nadie quiere
En la frontera entre Egipto y Sudán se encuentra Bir Tawil, un pequeño territorio desértico de unos 2.060 km² que ambos países evitan adjudicarse. Este desinterés surge de una disputa mayor por el Triángulo de Hala’ib, una región cercana más grande y estratégicamente valiosa. Egipto afirma que Bir Tawil pertenece a Sudán, mientras que Sudán argumenta lo contrario, dejando a esta porción de tierra en un limbo legal.
En 2014, el ciudadano estadounidense Jeremiah Heaton viajó hasta Bir Tawil y plantó una bandera que él mismo diseñó, proclamando la creación del Reino de Sudán del Norte. Según Heaton, esta micronación sería un ejemplo de desarrollo sostenible, pero tanto Egipto como Sudán ignoraron su declaración. Bir Tawil continúa siendo un territorio desierto y vacío, relegado por su insignificancia geopolítica.
En 2014, Jeremiah Heaton proclamó el Reino de Sudán del Norte en Bir Tawil, un microestado no reconocido (Crédito: Flickr)
El caso de Bir Tawil refleja cómo las disputas por territorios más codiciados pueden dejar zonas marginales fuera de las prioridades nacionales. A pesar de las iniciativas individuales, el área sigue siendo una de las pocas terras nullius en el mundo.
Liberland: el experimento político en Europa
Liberland, en Europa, es una micronación que ocupa una zona sin claridad soberana entre Croacia y Serbia
En el corazón de Europa, entre Serbia y Croacia, se encuentra Liberland, la más mediática de las terras nullius. Esta región surgió como consecuencia de un conflicto fronterizo: ambos países trazan sus límites a lo largo del río Danubio, pero existen áreas cuya soberanía no está claramente definida. Entre ellas se encuentra la región de Siga, de apenas 7 km², que ninguno de los dos países ha reclamado oficialmente.
En 2015, el ciudadano checo Vít Jedlicka proclamó la creación de Liberland, al que definió como un país con una Constitución y su propia moneda. A través de una campaña de promoción, Jedlicka atrajo la atención de medios internacionales y aseguró que Liberland ya cuenta con más de 200.000 solicitudes de ciudadanía, aunque solo ha sido reconocido por Somalilandia (país del Cuerno de África que tampoco cuenta con reconocimiento internacional)
El proyecto Liberland cuenta con más de 200.000 solicitudes de ciudadanía, pero solo Somalilandia lo reconoce hasta ahora
Agencias