EEUU se está desvinculando de la seguridad europea y su presidente está mucho más interesado en exhibir su talla que en negociar duro con Moscú.
NotMid 14/02/2025
USA en español
Europa no quería un acuerdo sin Ucrania, y Donald Trump de dispone a hacer las paces con Rusia sin contar con Ucrania ni con Europa: tal y como deseaba Putin, que ha declarado públicamente más de una vez que está dispuesto a negociar sobre Ucrania sólo con Estados Unidos, ya que no considera ni a Ucrania ni a sus aliados europeos entidades independientes. Según Bloomberg, desde que Trump asumió el cargo el 20 de enero, los contactos entre la Administración estadounidense y los aliados europeos han disminuido significativamente.
Estados Unidos se está desvinculando de la seguridad europea y el inquilino de la Casa Blanca está mucho más interesado en exhibir su talla que en negociar duro con Moscú. No está claro si podrá alcanzar un acuerdo de paz, porque mientras Trump mostraba sus cartas antes de sentarse, Putin todavía ha sugerido ni un solo compromiso. De entrada, el líder ruso es rescatado del aislamiento y logra el reconocimiento como un igual por parte de EEUU.
Cuando empiece la negociación, Moscú exigirá conservar los territorios que ya ha ocupado y también los que se ha anexionado formalmente pero que aún no ha logrado tomar. La constitución rusa, en una de sus recientes reformas al calor del expansionismo putinista, prohíbe las cesiones de territorio ruso. Esto implica que Ucrania debe ser expulsada de Kursk o persuadida de abandonar ese territorio ruso.
El objetivo más importante para Moscú es la neutralidad permanente de Ucrania, reconocida formalmente de una vez por todas, y la reducción drástica de su ejército. Para Kiev supone arriesgarse a dejar de ser un país y convertirse en una sucursal del autoritarismo con sus propias mazmorras, como es Bielorrusia. Por eso un grave desencuentro en la “negociación” que Moscú escenificó en 2022 en Estambul fue la falta de garantías reales de seguridad para Ucrania. Algunos ucranianos están dispuestos a ceder territorio, pero nadie quiere irse a vivir allí; el futuro, en cambio, concierne a todos.
Moscú pujará por garantías falsas, que no puedan invocarse efectivamente si Ucrania vuelve a ser objeto de un ataque ruso. Tropas europeas sin cobertura de la OTAN es una manera de formularlo. Varios observadores coinciden en que gran parte de la negociación se centrará en cómo de sólidas serán esas garantías.
Pero sobre la mesa está el gran cambio histórico, que no pasa desapercibido en Moscú. EEUU no quiere participar en la tranquilidad de Europa, sólo en sus negocios. Estados Unidos se está desvinculando de la seguridad europea.
Hay algunos flecos que a Trump difícilmente pueden importarle y que estarán en el órdago de Putin. Por ejemplo, exigir la cabeza de Volodimir Zelenski. Aunque sea judío, para Moscú es el epítome del ‘nazismo’: porque en el vocabulario de Putin, nazi es el que desafía a Moscú en lo que el Kremlin considera que son sus territorios históricos, y Ucrania lo es.
También se espera que Moscú, sobre todo ahora con las expectativas disparadas por culpa de Trump, vuelva a sacar de su saca las leyes sobre el idioma ucraniano y la memoria histórica: el ruso ha de ser oficial y la Segunda Guerra Mundial debe asumirse y contarse tal y como la imagina el historiador en jefe de Rusia: Vladimir Putin. La medida es importante más allá del simbolismo, porque forzando la identidad y la manera de pensar de la Ucrania actual impide que gobierne un líder vinculado con el electorado local, y favorece la permanencia de un títere enrocado frente a la sociedad. El caso bielorruso es el mejor ejemplo.
Para Moscú es importante, o más bien urgente, un alivio de las sanciones. Trump negociará este capítulo, tal vez uno de los pocos donde choca con Putin: el republicano siempre quiso una Europa conectada al gas de EEUU y de espaldas a las ‘gangas’ de los hidrocarburos rusos. En todo caso, este resorte económico que anhela Rusia está sobre todo en manos europeas. Manos que tiemblan ante dos emperadores.
Agencias