NotMid 23/12/2023
EDITORIAL
El fallo del Tribunal de Justicia de la UE a favor de la Superliga supone un profundo revés para el modelo federativo del fútbol, al sentenciar que la UEFA y la FIFA no debieron vetar este proyecto de competición alternativa fundado por 12 grandes clubes europeos -entre ellos, el Real Madrid y el Barça-. El fallo obliga a un cambio de conducta por parte de ambas federaciones, pues aplicaron criterios arbitrarios y abusaron de su posición dominante, y concuerda con la defensa de la libre competencia en la UE y con la lucha contra los monopolios en cualquier actividad mercantil.
La sentencia da la razón a la Superliga, de la que sin embargo se han desvinculado ya ocho de los 12 clubes que la fundaron. Su apuesta -organizar competiciones regulares entre los equipos más fuertes- revolucionaría el modelo del fútbol en detrimento de las competiciones nacionales y, por tanto, de los equipos más modestos, que corren el riesgo evidente de verse eclipsados y de perder negocio a causa de ese nuevo torneo de élite. El fútbol es hoy mucho más que una actividad económica, en muy buena medida porque las competiciones nacionales le dotan de un importantísimo papel en la integración social y territorial, así como en el impulso a las industrias locales. Dos valores esenciales que no deberían abandonarse.