La movilización frente a Ferraz volvió a ser numerosa -7.000 personas, casi el doble que el lunes-, pero acabó monopolizada por un grupo de radicales que provocó las cargas de la Policía Nacional
NotMid 08/11/2023
ESPAÑA
Mientras la investidura no llega, el ánimo de la calle se sigue caldeando. Miles de personas volvieron a protagonizar ayer manifestaciones contra la amnistía frente a sedes del PSOE en toda España, con especial incidencia en Madrid. La movilización frente a Ferraz volvió a ser numerosa -7.000 personas según la delegación del Gobierno, casi el doble que el lunes-, pero acabó monopolizada por un grupo de radicales que provocó las cargas de la Policía Nacional, esta vez repeliendo el lanzamiento de vallas y otros objetos que recibieron al filo de las diez de la noche. En paralelo, las protestas escalaron un grado con una segunda marea de gente que comenzó a desplazarse por el centro de Madrid cortando la Gran Vía, el Paseo del Prado y llegando cerca del Congreso.
El ánimo de las manifestaciones ha evolucionado notablemente desde las primeras concentraciones frente a sedes del PSOE el pasado viernes. Ya entonces, además de contra los socialistas, hubo gritos pidiendo a la Policía Nacional que se «uniera» a las protestas. Esas proclamas se repitieron ayer con más intensidad: «Policía, únete», «esas lecheras, a la frontera». Y culminaron con el ataque directo y el lanzamiento de objetos a los antidisturbios por parte de radicales, que se enfrentaron incluso a los propios manifestantes que trataban de neutralizarlos sin éxito.
Las movilizaciones fueron canalizadas en los primeros días por el colectivo juvenil Revuelta, cercano a Vox pero sin vinculación oficial con el partido, pero ya este martes otros grupos, de estética abiertamente ultra, coparon la primera fila de la marcha frente a Ferraz, desplazando a los manifestantes pacíficos que les recriminaron una actitud que acabó provocando las cargas y la posterior batalla campal por el centro de Madrid. Del mismo modo, la presencia política en la marcha fue mucho más reducida. Mientras el lunes acudieron a la concentración tanto el líder de Vox Santiago Abascal como el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, ayer la representación institucional no se dejó ver en las primeras filas, que quedaron copadas desde primera hora.
El Partido Popular, más allá de las críticas a la desproporción policial del lunes por la noche, no ha querido vincularse de ningún modo con las manifestaciones frente a la sede del PSOE en Ferraz y llama a las suyas propias el próximo domingo a mediodía en todas las capitales de provincia. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, asistirá a la que se celebrará en la Puerta del Sol de Madrid. Además, el partido también apoyará la manifestación convocada por la sociedad civil en Cibeles el 18 de noviembre.
«El malestar social es responsabilidad de Pedro Sánchez, pero las protestas deben partir del respeto y ejemplaridad que faltó siempre al PSOE y sus socios», escribió en X -antes Twitter- Alberto Núñez Feijóo después de los disturbios del martes. «No somos como ellos. Ni como la minoría que actúa igual», dijo el líder del PP, que llamó a los críticos con la amnistía a sumarse a las manifestaciones impulsadas por su partido: «Nos vemos el domingo 12 a las 12 en las plazas de toda España». No hubo una condena explícita tras la violencia de las dos últimas noches.
El Gobierno, por su parte, defendió la actuación policial del lunes alegando que los agentes se desempeñaron con «criterios operativos» y con «proporcionalidad», al tiempo que culpaba a PP y Vox de estar alentando esas movilizaciones callejeras contra el pacto de la amnistía, que no termina de concretarse. «No es un ataque al PSOE. No es un ataque a Pedro Sánchez. Es un ataque a la democracia», publicó en redes sociales la cuenta oficial del partido. «No esperamos nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas. Su silencio les retrata. El avance social y la convivencia merecen la pena. No quebrarán al PSOE», escribió por su parte el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, minutos después de las cargas policiales.
En cualquier caso, y tras las críticas por la actuación policial del lunes, Interior ordenó ayer un despliegue policial de casi 320 agentes antidisturbios -ocho grupos, frente a los tres que operaron el lunes-, que aumentaron notablemente el perímetro de protección alrededor de Ferraz y aguantaron la línea frente a algunos grupos que intentaron tumbar la barrera policial. Al mismo tiempo, otros agentes trataron de controlar a la marcha que se desplazaba por la Gran Vía hacia los alrededores del Congreso cortando el tráfico. No hubo cargas en esos desplazamientos, y los agentes caminaron al frente de los manifestantes para evitar más afectaciones al tráfico de una marea que se desplazó por el centro de Madrid durante más de una hora.
La indignación tras las cargas y el lanzamiento de gases para disolver la manifestación del lunes había trasladado durante el día el malestar de la calle a la arena política. Vox anunció acciones legales contra el ministro Fernando Grande-Marlaska y el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín Aguirre. «Estamos al lado de la legalidad», defendió Santiago Abascal en una comparecencia ante los medios en la que afirmó que se acabará sabiendo «quién ha dado las órdenes ilegales, en qué momento se dieron y por qué sin ningún aviso previo y cuando no había violencia por medio se actuó de la manera más contundente, en la que solo se actúa ante manifestaciones violentísimas». El Partido Popular, por su parte, reprochó al ministerio del Interior que ordenase cargar contra los manifestantes el lunes «como si fueran CDR». «Parece que los CDR son gente de paz y los jubilados, peligrosos terroristas», abundó en esa línea la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Ayer, la Policía Nacional pareció contemporizar más, lo que le valió en esta ocasión las críticas de la izquierda de Podemos. «Grande, Marlaska», escribió de forma irónica el ex vicepresidente Pablo Iglesias, acompañando su mensaje de un vídeo de la marcha por Gran Vía, permitida por los agentes. «¿Alguna vez habías visto a la Policía encabezando una manifestación? Pues ya lo has visto», remató Pablo Echenique.
Agencias