La oficina del secretario general, Antonio Guterres, resaltó que “todos tienen derecho a la libertad de expresión, incluyendo el derecho a tener opiniones sin interferencia, así como a la reunión pacífica”
NotMid 08/01/2025
USA en español
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó este miércoles su preocupación por la situación en Venezuela donde, en el marco de la investidura fraudulenta de Nicolás Maduro, se activó una ola de represión y persecución que dejó a decenas de opositores detenidos en las últimas horas.
Por medio de su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres manifestó su “profunda preocupación” por los reportes de “detenciones arbitrarias y persecución” contra la disidencia en Venezuela, así como de la desaparición del activista Carlos Correa y el secuestro del yerno de Edmundo González Urrutia, Rafael Tudares.
“El Secretario General hace un llamamiento a respetar las reglas y los estándares internacionales en Venezuela. Nadie debería ser objeto de arresto o detención arbitraria y todos tienen derecho a la libertad de expresión, incluyendo el derecho a tener opiniones sin interferencia, así como a la reunión pacífica”, sostuvo Dujarric.
La ONU pidió el cese inmediato de esta ola de persecución y el pleno respeto de los derechos humanos en Venezuela
A la par, la oficina de Guterres pidió el pleno respeto de los derechos humanos en Venezuela y el cese de estas prácticas, de forma inmediata.
La ONU espera que “no haya más represión en los días venideros, especialmente esta semana”, cuando debe asumir el próximo presidente venezolano.
Sobre esto, sin embargo, Naciones Unidas evitó manifestar su respaldo a Maduro o a González Urrutia y, en su lugar, insistió en su pedido por “un recuento completo” de las actas electorales. “No tenemos mandato para certificar la legitimidad o validez de los resultados en lo referente a quién representa a Venezuela en este edificio”, sumó Dujarric.
La ONU reiteró su pedido de un recuento transparente de los votos de las elecciones del 28 de julio (Europa Press)
Este viernes tendrá lugar en Caracas la investidura presidencial, disputada entre el chavismo, que respalda el fraude de Maduro en los comicios del 28 de julio, y González Urrutia, que expuso su triunfo con el apoyo de más de siete millones de venezolanos en las actas electorales.
En un intento por limitar a la disidencia y permanecer en el poder, el Palacio de Miraflores ordenó una intensa persecución contra políticos, voces críticas y colaboradores de la Plataforma Unitaria Democrática.
En menos de 24 horas, ONGs locales contabilizaron al menos 20 casos de detenciones y desapariciones forzadas, entre ellos Enrique Márquez, ex vicepresidente del Consejo Nacional Electoral, y el yerno del Presidente electo, Rafael Tudares.
Maduro, si bien no se refirió a estos casos, reconoció en las últimas horas que había activado una estructura que centraliza el poder político, las Fuerzas Armadas, la Milicia Nacional Bolivariana, los cuerpos policiales y los grupos comunitarios, en todo el país. Según el dictador, estos “órganos de dirección integral” operan con el objetivo de “defender la paz” y garantizar de manera integral la seguridad en los 355 municipios.
Este martes, Maduro ordenó la activación de una red militar para reprimir las protestas opositoras (REUTERS)
“Gracias a la perfecta integración y fusión popular-militar-policial, nuestra nación está organizada para defenderse de todas las amenazas”, dijo Orlando Romero, comandante general de la Milicia del régimen, a la par que Maduro prometió que “la activación de los ODIS garantizará la victoria ejemplar de la paz”.
Sin embargo, en la práctica, las operaciones de estas estructuras distan de ello y acaban siendo una suerte de mecanismo de control absoluto que somete a la población y sofoca cualquier expresión de disidencia.