El Ministerio de Defensa considera colaborar más estrechamente con la alianza militar y aumentar las reuniones de alto nivel sin necesariamente unirse como miembro, lo que igualmente rompería su histórica tradición
NotMid 16/05/2022
RESTO DE EUROPA
El histórico estatus de neutralidad de Suiza está a punto de enfrentarse a su mayor prueba en décadas, después de que su Ministerio de Defensa haya decidido acercarse a las potencias militares occidentales en respuesta a la invasión rusa de Ucrania.
El Ministerio de Defensa suizo está elaborando un informe sobre diversas opciones en materia de seguridad, que incluyen ejercicios militares conjuntos con los países de la OTAN y la reposición de municiones a aliados, dijo a Reuters Paelvi Pulli, jefa de la política de seguridad del ministerio.
No se ha informado previamente de los detalles de las opciones políticas que se están debatiendo en el Gobierno suizo.
“En última instancia, podría haber cambios en la forma de interpretar la neutralidad”, dijo Pulli en una entrevista celebrada la semana pasada. En un viaje a Washington esta semana, la ministra de Defensa suiza, Viola Amherd, dijo que Suiza debería colaborar más estrechamente con la alianza militar liderada por Estados Unidos, pero no unirse a ella, según informaron medios de comunicación suizos.
La neutralidad, que mantuvo a Suiza fuera de las dos guerras mundiales durante el siglo XX, no es un objetivo en sí mismo, sino que el Gobierno pretende aumentar la seguridad del país, dijo Pulli.
Otras opciones son las reuniones periódicas de alto nivel entre mandos y políticos suizos y de la OTAN, dijo.
Paelvi Pulli, responsable de la política de seguridad del Ministerio de Defensa de Suiza (Reuters)
El acercamiento a la Alianza supondría una ruptura con la tradición de no tomar partido que, según quienes la apoyan, ayudó a Suiza a prosperar pacíficamente y a mantener un papel especial como intermediario internacional, incluido durante el enfrentamiento de Occidente con la Unión Soviética.
Se ha debatido la idea de entrar de lleno en la OTAN, pero mientras que Suecia y Finlandia -países que también tienen una historia de neutralidad- están a punto de entrar, Pulli dijo que era poco probable que el informe recomendara a Suiza dar ese paso.
El informe debe estar terminado a finales de septiembre, cuando se someterá a la consideración del gabinete suizo. Se presentará al Parlamento suizo para su debate y servirá de base para posibles decisiones sobre la futura orientación de la política de seguridad del país. El informe en sí no se someterá a votación.
El Ministerio de Defensa suizo también contribuirá a un estudio más amplio que está preparando el Ministerio de Asuntos Exteriores. Ese proyecto examinará la adopción de sanciones, las armas, la exportación de municiones y la relación con la OTAN desde la perspectiva de la neutralidad, dijo el ministerio de Asuntos Exteriores.
UCRANIA REAVIVA EL DEBATE SOBRE LA NEUTRALIDAD
Suiza no ha luchado en una guerra internacional desde 1815, cuando adoptó la neutralidad en el Congreso de Viena que puso fin a las Guerras revolucionarias francesas.
La Convención de La Haya de 1907 establece que Suiza no participará en conflictos armados internacionales, ni favorecerá a las partes beligerantes con tropas o armamento, ni pondrá su territorio a disposición de los bandos enfrentados.
La neutralidad, consagrada en la Constitución suiza, permite a Suiza el derecho a la autodefensa y un margen de maniobra para interpretar los aspectos políticos del concepto no cubiertos por su definición legal.
El teniente general Thomas Süssli, Jefe de las Fuerzas Armadas suizas (REUTERS/Denis Balibouse)
El concepto se actualizó por última vez a principios de la década de 1990, tras el colapso de la Unión Soviética, para permitir una política exterior basada en la cooperación con otros países en áreas como la ayuda humanitaria y la ayuda en caso de catástrofe.
El conflicto ucraniano ha reavivado el debate, centrado ahora en las decisiones del Gobierno suizo de imponer sanciones a Rusia, pero sin permitir la reexportación de municiones de fabricación suiza a Ucrania. “Hay mucho malestar por el hecho de que Suiza no pueda contribuir más a ayudar a Ucrania”, dijo Pulli.
El suministro de municiones a otros países para reemplazar las que envían a Ucrania es otra medida potencial, dijo Pulli, en un cambio de la política mantenida por su Gobierno hasta ahora, aunque el suministro directo es probablemente un paso que iría demasiado lejos.
El presidente suizo, Ignazio Cassis, ha descartado el suministro de armas a terceros países en apoyo de Ucrania, pero, mostrando posiblemente una visión más amplia de la cuestión, también ha dicho que la neutralidad no es un “dogma” y que no responder con sanciones “habría favorecido al agresor.”
CRECIENTE APOYO A LA OTAN
Suiza, que ya tiene algunos lazos con la OTAN, decidió comprar el año pasado varios cazas F-35A de Lockheed Martin, que ya están siendo adquiridos o utilizados por algunos miembros de la OTAN.
Suiza “no puede unirse a ninguna alianza debido a su neutralidad. Pero podemos trabajar juntos y los sistemas que estamos comprando son una buena base para ello”, dijo la ministra de Defensa Amherd a la emisora SRF.
Las medidas que se están estudiando supondrían un importante acercamiento para un país que no entró en las Naciones Unidas hasta 2002 y que produce muchas de sus propias armas.
Vladimir Khokhlov, portavoz de la embajada rusa en Berna, dijo que tales medidas supondrían un cambio radical de política para Suiza. Moscú “no podría ignorar” una eventual renuncia a la neutralidad de Suiza, que tendría consecuencias, dijo Khokhlov. No dio más detalles.
Los militares suizos están a favor de una mayor cooperación con la OTAN como forma de reforzar la defensa estatal, mientras que la opinión pública ha experimentado un cambio radical desde la invasión de Ucrania.
Más de la mitad de los encuestados –el 56%- apoya el aumento de los vínculos con la OTAN, según una encuesta reciente, muy por encima de la media del 37% de los últimos años.
El apoyo a la adhesión a la OTAN sigue siendo minoritario, pero ha aumentado considerablemente. El sondeo realizado en abril por Sotomo mostró que el 33% de los suizos apoyaba la adhesión a la alianza, por encima de la opinión del 21% a largo plazo en otro estudio realizado por la universidad ETH de Zúrich.
“Está claro que la invasión rusa de Ucrania ha hecho cambiar de opinión a muchos. Se considera un ataque a nuestros valores democráticos occidentales”, dijo Michael Hermann, de Sotomo.
Thierry Burkart, líder del Partido Liberal Radical suizo, de centro-derecha, que forma parte de la coalición de gobierno del país, describió un “cambio sísmico” en la opinión de la gente sobre la neutralidad. La neutralidad “tiene que ser flexible”, dijo a Reuters.
“Antes de Ucrania, algunos pensaban que nunca habría otra guerra convencional en Europa”, dijo, añadiendo que algunos habían abogado por la disolución del ejército. “El conflicto de Ucrania demuestra que no podemos ser complacientes”.
Burkart dijo que apoya un mayor gasto militar y una relación más estrecha con la OTAN, pero no la plena adhesión.
Sin embargo, Peter Keller, secretario general del Partido Popular Suizo (SVP, por sus siglas en alemán), de extrema derecha, dijo a Reuters que una relación más estrecha con la OTAN es incompatible con la neutralidad.
La SVP también forma parte de la coalición de gobierno y es el partido más grande de la Cámara Baja suiza. “No hay ninguna razón para cambiar esta exitosa máxima de la política exterior. Ha traído paz y prosperidad al pueblo”, dijo Keller.
El Ministerio de Defensa suizo no está de acuerdo. Durante su visita a Washington, Amherd dijo que el marco de la ley de neutralidad “nos permite trabajar más estrechamente con la OTAN y también con nuestros socios europeos”, según informó el periódico Tagesanzeiger.
Agencias