EEUU tiene una desigualdad extrema consecuencia de una política fiscal al servicio de los ricos que ha roto el país por la mitad
NotMid 21/05/2023
OPINIÓN
JOSE IGNACIO TORREBLANCA
Un elemento central de la política estadounidense hoy es el nacionalismo económico. Une a demócratas, que con Hillary Clinton comenzaron a cuestionar los acuerdos de liberalización comercial por considerarlos perjudiciales para la clase trabajadora y, por supuesto, a Trump, que en nombre de la supuesta “carnicería” (sic) que la globalización habría provocado en EEUU, suspendió los acuerdos comerciales con Europa y el Pacífico e impuso aranceles tanto a productos europeos como chinos.
Lejos de rectificar esa visión, Biden ha ahondado en esa brecha. Su llamada “política exterior para la clase media”, expuesta por su Consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, en un reciente discurso en la Brookings Institution, diseña una política de industrialización basada en ingentes subsidios que aspira a situar EEUU al frente tanto de la producción de energías renovables como de elementos críticos para la revolución tecnológica, a costa de discriminar a los productos europeos y de terceros países.
Detrás de este nacionalismo económico, que privilegia el Made in USA y que aspira a contener el auge de China late la visión, equivocada, de que la globalización ha perjudicado a EEUU, siendo responsable del aumento de la pobreza y de la desigualdad que ha polarizado, dividido y debilitado el país. ¡No, hombre, no! EEUU se ha beneficiado enormemente de la globalización. Lo que ocurre es que su sistema político, capturado por los intereses de los más ricos y las empresas más poderosas, ha fallado a su ciudadanía. Toda apertura comercial genera ganadores y perdedores, pero ahí es donde entra el Estado para con sus políticas fiscales redistribuir y compensar.
Es algo que hemos visto en España y en toda Europa, pero es algo que no ha ocurrido en EEUU, donde, además, se mantiene un gasto en defensa anual de 877.000 millones de dólares (mayor que el gasto combinado de los siguientes diez países que más gastan), al que se suman los 2,2 billones de dólares gastados en las guerras de Afganistán e Irak. EEUU tiene las empresas más grandes, innovadoras y competitivas del mundo, el ejército más grande del mundo y una desigualdad extrema consecuencia de una política fiscal al servicio de los ricos que ha roto el país por la mitad. No le echen la culpa a la globalización.