Huyeron para evadir las cárceles de Maduro. Desde Madrid, trabajan por su país y tienen sus esperanzas puestas en el cambio que encarnan María Corina Machado y Edmundo González
NotMid 11/01/2025
EUROPA
Los seis crecieron bajo la revolución bolivariana. Si en su infancia o juventud quisieron conocer a otros presidentes que no fueran Hugo Chávez o Nicolás Maduro, tuvieron que acudir a los libros de historia. Leonel, Mariana, Justo, Jesús, Edmaly y Andrés representan a una generación de jóvenes que vieron sus sueños frustrados por el chavismo. Pero también encarnan a una generación que no se quedó de brazos cruzados y que decidió involucrarse en la política con el anhelo de incluir nuevos nombres en los libros de historia de Venezuela.
Cuando Chávez llegó al poder, ellos tenían entre cinco y 10 años. Cuando comenzaron a plantearse qué querían ser de mayores, Chávez seguía gobernando. Leonel deseaba ser diputado, Justo quería ser periodista, Jesús y Andrés soñaban con ser abogados. Mariana y Edmaly no lo tuvieron tan claro al principio, pero encontraron su vocación en la carrera de Ciencias Políticas. Los seis se visualizaban triunfando en Venezuela y los seis fueron forzados a abandonarlo. Ahora viven en Madrid y este jueves 9 de enero quisieran estar protestando en las calles de su país.
Desde pequeños, presenciaron las injusticias. Leonel Colina es de Caracas y tiene 35 años. A temprana edad vivenció cómo los líderes chavistas movían los hilos de las instituciones a su antojo. “Compartí colegio con Nicolás Maduro hijo”, cuenta. “Él tenía un muy bajo promedio de notas… Recuerdo que le dijo a una profesora ‘yo voy a pasar’, y ella le respondió, ‘si no pasas el examen, no’. Lo obligaron a repetir el examen varias veces y luego prohibieron [desde el Ministerio de Educación] que los muchachos repitieran. Nicolás Maduro Guerra fue y le dijo a la profesora ‘¿vio, profe, que yo iba a pasar?”.
El cierre del primer medio de comunicación
Todos coinciden en que hubo un punto de quiebre en el que comenzaron a notar que las cosas en su país no iban bien. En 2007, Chávez cerró Radio Caracas Televisión (RCTV) por ser un canal que siempre se mostró crítico con su gobierno. Ese hecho marcó la vida de los seis, en especial a Leonel porque su padre y su tía trabajaban allí. “Lo vivimos terriblemente. Yo recuerdo estar en la puerta de RCTV pidiendo que no lo cerraran”. Ese hecho impulsó a este joven a involucrarse en la política. Lo mismo le ocurrió al resto.
“A mí me afectó muchísimo”, coincide Andrés Villavicencio, de 31 años. Aun siendo menor de edad, quiso militar en un partido, pero tuvo que esperar a cumplir los 18 para apuntarse a Primero Justicia. Allí comprendió que la realidad venezolana era más complicada de lo que imaginaba. “Pasaron cosas que llevaron a conversaciones incómodas… Comienza a haber presos políticos o gente de mi generación que es perseguida y se tiene que ir del país“. Este último escenario lo vivió él hace cinco meses, cuando tuvo que huir por haber cuidado las actas del 28-J y ser amenazado con una detención.
Justo Navarro, de los Altos Mirandinos (estado Miranda), hoy tiene 30 años, pero cuando cerraron RCTV tenía 12. Para él también supuso un golpe muy duro el fin del canal, ya que soñaba con ser reportero de su noticiero, El observador. Aunado a eso, vivió con su familia el daño que la forma más extrema de chavismo podía ocasionar. Su tío Diógenes López era fiel defensor de la revolución y coordinaba la okupación de edificios en Caracas. “Chávez llamaba a mi tío San Lázaro en su programa Aló presidente“. A través de ese familiar, Justo comenzó a interesarse por lo que ocurría en el país. “Yo decía ‘¿esto es política?’ y me avergonzaba un poco de lo que él hacía”.
Quiero hacer política para construir y dejarle al resto, para dignificar la niñez y la juventud que yo no tuve en libertadJusto Navarro, periodista venezolano y miembro de Vente Venezuela.
“Siempre vi con resquemor el chavismo, no me gustaba. Pero tampoco me gustaba la oposición, no me conectaba ni me movía”, explica Justo. Hasta que apareció María Corina Machado en su vida: ella supo de su trabajo como periodista y le propuso trabajar con ella en Vente Venezuela. Justo no aceptó de primeras, pero sí lo hizo cuando conoció más a la líder. “Supe que es una mujer que escucha y sabe de quién rodearse”, argumenta. “Me gusta nuestra forma de hacer política. Estoy plenamente orgulloso de estar con la espalda erguida, hablando con la verdad, con mucha firmeza y coraje”.
“He asumido que para que la política cambie, yo tengo que hacer política”, razona Justo, quien no ve la política como algo “sucio”, sino como “la fuente que moviliza todas las sociedades… Mi generación ha sido lesionada con daños irreversibles en nuestra infancia, en nuestra juventud y en nuestra adultez”.
Leonel, por su parte, empezó haciendo política en su comunidad con el fin de ayudar a sus vecinos y alcanzar la diputación. Más adelante, formó parte del partido Un nuevo tiempo. “Era gracioso porque yo no me identificaba ideológicamente con el partido”, reconoce. Pero entonces conoció a Machado, “y no lo puedo negar: fue un flechazo”.
Leonel empezó a estudiar Medicina, pero no acabó la carrera. Por el contrario, se enfocó en el tango, que era su pasión. El último cargo que ocupó en Vente Venezuela fue de responsable cultural a nivel nacional. Lleva cuatro meses en Madrid. Se fue porque corría el riesgo de ser apresado. Desde aquí, sigue trabajando por la causa. “Siempre digo que con el baile y con mi trabajo político he salvado más vidas de las que hubiese salvado siendo médico”.
Siempre digo que con el baile y con mi trabajo político he salvado más vidas de las que hubiese salvado siendo médicoLeonel Colina, bailarín y miembro de Vente Venezuela.
Este joven bailarín también quiere rescatar la reputación de la política. “No podemos dejar que se desvirtúe este ejercicio tan noble”, indica. Él y Mariana argumentan que “hay médicos que fallan, que roban los insumos de los hospitales. Hay curas que hacen otras cosas que no deberían hacer, y no todos son malos. En cada en cada ejercicio de profesión hay gente que se desvía del camino“.
El primer acercamiento de Jesús Alemán, de 32 años y de Acarigua (estado Portuguesa), con la política fue dado por su necesidad de ayudar. Se entristeció cuando supo que sus compañeros de un plan vacacional en el que estuvo eran huérfanos. “Eso cambió mi perspectiva y dije ‘cuando sea grande voy a tener un orfanato y voy a trabajar por ellos'”. En su adolescencia, empatizó con las necesidades de los demás, aunque él no tuviera ninguna, y apoyaba protestas en su colegio y en su universidad.
Más adelante, Jesús se apuntó a Voluntad Popular -el partido que lidera Leopoldo López-, y el clamor por un cambio de gobierno ya era su necesidad. Él desea que Venezuela vuelva a ser ese “país de oportunidades” al que emigró su abuelo italiano tras la Segunda Guerra Mundial. Por eso hace política y por eso tragó el humo de bombas lacrimógenas en las manifestaciones. Por participar en ellas, fue detenido en dos ocasiones. La segunda, la peor. Fue torturado y, tras varios meses, fue liberado bajo la condición de que abandonara el país.
Quiero que Venezuela vuelva a ser ese país de oportunidades al que emigró mi abuelo italiano tras la Segunda Guerra MundialJesús Alemán, abogado, ex preso político y activista venezolano.
Mariana Suárez, caraqueña de 33 años, también conoció las cárceles de Maduro. Aunque la familia de esta joven fue “apolítica”, su abuela le inculcó el valor de la generosidad. La llevaba a ayudar en fundaciones y en albergues desde pequeña. En la universidad se adentró en la política. Primero, en el movimiento estudiantil y luego como militante de Voluntad Popular. El sueño, todavía vigente, de Mariana es ser gobernadora del estado Miranda.
En la misma universidad y en la misma carrera fue donde Mariana conoció a Edmaly Maucó, otra caraqueña de 32 años. Fue ahí donde ella se interesó en la política. No militó en ningún partido hasta que Vente Venezuela captó su atención. “María Corina era ese factor disruptivo en política. Sabía que podía llegar muy lejos con esos ideales que ha defendido. La veía como algo diferente, veía que ella no estaba manchada de esa política de antes, de ese bipartidismo que habíamos visto en la política”, comparte Edmaly.
Ellos demuestran que se puede estar en la política y no estar “manchado” por la corrupción. Para evitar tentaciones, Justo da un consejo: “A las personas que les guste la política, les quiero decir que se aseguren un futuro fuera de ella, que se aseguren su mercado por fuera de la política. Así, cuando les toque tomar decisiones, no lo hagan pensando en la alacena de su casa, sino que lo hagan bajo la premisa del honor y de los valores que nos representan como país”.
La periodista venezolana Carla Angola le preguntó a María Corina Machado en una entrevista que, si pudiese hacer algo diferente, qué sería. “Hubiese empezado a involucrarme en la política mucho antes en mi vida. Siento que es la manera en la que uno puede tocar vidas para bien. Es algo que nosotros como generación no lo entendimos de chiquitos porque la política y los políticos eran algo que se veía algo así como oscuro. Y qué distinto es si los mejores ciudadanos se dedican a servir“, contestó la líder.
Estos seis venezolanos siguen sirviendo a su país. Aunque a veces sienten culpa por no estar en allí, se esfuerzan por seguir apoyando desde el exterior. “La principal meta era no dejar de ser útil y creo que bueno muchas veces tenemos que cambiar el rol ya no estás en Venezuela, pero creo que puedes seguir haciendo cosas por los venezolanos”, comenta Jesús. Él y Mariana, por ejemplo, están enfocados en ayudar a los presos políticos y a sus familiares. Por su parte, Edmaly, Leonel y Justo continúan apoyando en Vente Venezuela. Ninguno de los seis se pierde ni una sola concentración de venezolanos ni ningún evento para reivindicar la libertad.
El 10 de enero
Sin ir más lejos, acudirán este jueves 9 de enero a la Puerta del Sol en Madrid para apoyar a su gente. “Antes del 10 está el 9. Nosotros somos las voces de todos los que están allá, pero ellos serán nuestros pies el 9 de enero. Va a ser el día en que se va a romper la pared del miedo“, dice Mariana y agrega que para ella el 10 de enero “representa, a nivel internacional, de qué lado están los países democráticos”.
Justo, que forma parte del equipo cercano a María Corina, señala que “se está haciendo todo” para que Edmundo González se juramente mañana como presidente de Venezuela. “Sabemos que hay posibilidades de que esto no suceda”, matiza y vaticina que “si Maduro se quiere quedar por la fuerza, será insostenible para él”. “No tenemos una bola de cristal para saber qué pasará, pero estamos haciendo todo para deponerlo y tomar el poder. Sabemos que no son demócratas, que son criminales, y se les está dando la oportunidad”.
Nosotros somos las voces de todos los que están allá, pero ellos serán nuestros pies el 9 de eneroMariana Suárez, politóloga, activista y miembro de Voluntad Popular.
Edmaly advierte que el 10 de enero será “una fecha y una etapa”. “No podemos verlo como una fecha límite en la que va a terminar o comenzar todo”. Esta venezolana insta a sus paisanos a salir a la calle. “María Corina es una de las personas que más me inspira. Es impresionante lo que ella ha tenido que dejar atrás para quedarse allí y obsesionarse con la libertad de Venezuela. No es justo para ella dejarla sola”.
“Creo que el 9 y el 10 van a ser días históricos que vamos a vivir y que, en mucho tiempo, nos vamos a dar cuenta de lo histórico que fue. Nuestra generación vivió torturas incluso peores que las que sufrieron los venezolanos en otros procesos. Una parte de mí cree y una parte de mí quiere que el 9 y el 10 sea el fin de eso”, opina Leonel, quien se considera un “optimista crónico”. Otro optimista es Andrés, quien sabe que tomará un vuelo a Venezuela apenas caiga el régimen. “No he desempacado la maleta… Cuando se dé la noticia, no quiero perder ni siquiera la media hora que me tome hacer la maleta”.
Ellos son víctimas no sólo de Chávez o Maduro, sino también de las decisiones de los venezolanos de antaño. El padre de Edmaly, por ejemplo, votó por Chávez en su primera candidatura, así como el padre de Mariana. Ellas rompieron con esa influencia y cambiaron el pensamiento de sus padres. Los seis empezaron a adentrarse en la política viéndola como un tema social y comunitario. Pero ahora, desde cualquier partido, comparten el mismo objetivo. “Nos mueve un sólo norte, que es reconstruir a Venezuela en su mejor versión”, en palabras de Justo.
Eso sí. Han aprendido de los errores de las generaciones pasadas y tienen claro que, cuando caiga el régimen, no dejarán de participar en la política. “Mientras Dios me dé vida, espero seguir haciendo cosas por mi país”, asegura Edmaly y Justo la secunda: “Quiero estar en la hora cero, quiero construir y dejarle al resto… Lo haré para dignificar a la familia y para dignificar la niñez y la juventud que yo no tuve en libertad“
Agencias