NotMid 07/08/2022
EDITORIAL
A día de hoy, la mayoría de españolas en edad fértil tiene un solo hijo, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Con una población cada vez de mayor edad, la primera consecuencia de la falta de relevo generacional es la consolidación de desajustes en una sociedad del bienestar diseñada para que la riqueza que aportan las nuevas generaciones garantice los servicios sociales que se prestan al resto, como es el caso del abultado déficit del sistema de pensiones.
La razón de esta problemática no es, como algunos infieren, un rechazo a la natalidad. EL MUNDO y Yo Dona venimos publicamos El tiempo de las mujeres, reportajes que retratan la realidad de la mujer en la sociedad de hoy. Y en lo relativo a la natalidad, tal como documentamos en nuestras páginas este domingo, se constata cómo les condicionan sobre todo los efectos de la precariedad laboral y la falta de políticas de apoyo a la maternidad que permitan una conciliación real.
Desde la incertidumbre y con la amenaza más que cierta de un despido a la vuelta del permiso maternal, plantearse el nacimiento de un hijo se vislumbra complicado. Urgen políticas de Estado que permitan a las mujeres ejercer como madres si lo desean sin truncar su futuro laboral y social.