NotMid 18/06/2024
EDITORIAL
El órdago de Macron, que ha adelantado las elecciones legislativas tras su debacle en las europeas, ha tensado las costuras democráticas de Francia y puesto en alerta a Europa ante el riesgo de que la ultraderecha llegue al poder en uno de sus motores políticos y económicos. La arriesgada apuesta del presidente para reagrupar el voto moderado ha chocado con un frentismo que ha fracturado el espacio político en dos bloques en los extremos. A la derecha, Le Pen, a quien los sondeos otorgan una mayoría susceptible de obligar a Macron a una cohabitación que trabaría su agenda legislativa.
A la izquierda, un frente popular compuesto de socialistas, comunistas, insumisos de Mélenchon y verdes que han pactado un programa de máximos poco sólido dadas las diferencias que los separan. A esa polarización se suma la implosión del centroderecha gaullista, herido de gravedad tras la rebelión de los barones contra su líder, Eric Ciotti, por intentar pactar con la extrema derecha.
La crisis, que ha disparado la prima de riesgo francesa, amenaza también el proceso de construcción europea del que Macron ha sido puntal. Una victoria de Le Pen, partidaria de la Rusia de Putin, reforzaría a las fuerzas populistas que intentan destruir desde dentro el proyecto comunitario y revertir los valores sobre los que fue fundado. Y todo ello con una guerra en la frontera.