El presidente Herzog agita el uso de drones iraníes en Ucrania para reclamar a Biden que no negocie un acuerdo nuclear con Teherán
NotMid 28/10/2022
USA en español
El presidente de Israel, Isaac Herzog, se reunía este miércoles con Joe Biden y con los líderes del Congreso de Estados Unidos en un encuentro cuidadosamente coreografiado para reafirmar la preocupación de Tel Aviv con Irán y evitar cualquier referencia al sistemático rechazo de ese país a dar ayuda al Gobierno de Ucrania.
La visita ha estado marcada por la celebración de las relaciones entre los dos países, la invitación a Herzog para que se dirija al Congreso el año que viene con motivo del 75º aniversario del Estado de Israel, y la insistencia de Tel Aviv a Washington para que no negocie un acuerdo nuclear con Irán que haga que ese país abandone su programa de construcción de bombas atómicas a cambio del levantamiento de gran parte de las sanciones económicas en su contra.
Herzog ha usado en su visita a Washington de manera recurrente el uso de drones iraní por las fuerzas rusas en Ucrania para pedir más ayuda de Estados Unidos y reclamar que Washington deje de negociar un acuerdo nuclear con Teherán a pesar de que, paradójicamente, la semana pasada el Gobierno israelí volvió a denegar explícitamente la entrega de su sistema de defensa antimisiles Iron Dome (Cúpula de Hierro) a Kiev para que los ucranianos puedan defenderse de esos mismos drones iraníes. El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, es hebrero, al igual que el primer ministro del país, Denis Shmyhal. Eso lo convierte en la única nación del mundo, aparte de Israel, en la que el jefe del Estado y el del Gobierno son judíos.
La firme oposición israelí a apoyar a Ucrania no va a poner en cuestión los lazos entre Washington y Tel-Aviv, cuyo mejor símbolo son los 3.800 millones de dólares que EEUU da cada año en ayuda a Israel, una cifra superior a la que la Unión Soviética entregaba a Cuba durante la Guerra Fría. La naturaleza de la alianza entre los dos países queda aún más clara cuando se examina esas cifras y se constata que el 99,78% de esa ayuda es militar. La principal organización del lobby proisraelí, AIPAC (el Comité de Asuntos Públicos Estadounidense-Israelí, por sus siglas en inglés) es el segundo grupo de presión más influyente en EEUU, después de la AARP, que es el lobby de los pensionistas, según la revista de análisis político National Journal.
El principal argumento que esgrimen los defensores de Israel es que la presencia de soldados rusos en Siria imposibilita que el Estado hebreo apoye a Ucrania. Rusia, junto con los milicianos libaneses de Hezbolá y los soldados de la Guardia Revolucionaria de Irán constituyen la columna vertebral que sostiene en el poder al dictador sirio Bashir Asad. Según esa tesis, si Israel apoya militarmente a Ucrania, Moscú podría dejar que Hezbolá u otros grupos afiliados a Irán consolidaran su presencia en Siria, desde donde podrían llevar a cabo ataques contra el Estado judío (el Parlamento de Israel aprobó en julio de 2018 que ese país es “el hogar nacional del pueblo judío”). Israel bombardea de manera habitual a Hezbolá y a los iraníes en Siria, y Rusia no hace nada por impedirlo. Si Tel Aviv apoya a Kiev, acaso eso podría cambiar.
Sin embargo, si Israel quiere combatir a Irán puede hacerlo en Ucrania. Según la revista Foreign Policy ya han muerto 10 militares en Ucrania, donde estaban ayudando a las tropas rusas. Dado el desastre de las Fuerzas Armadas rusas en la guerra, y la constante superioridad militar demostrada por los israelíes contra Hezbolá y los iranés en Siria, no está claro cómo podrían Moscú o Teherán frenar los ataques de Israel.
Israel, además, mantiene lazos estrechos con la Rusia de Putin. Una gran parte de los oligarcas rusos son judíos, y tienen doble nacionalidad rusa e israelí. La semana pasada el diario israelí Jerusalem Post informó de que Tatiana Navka, la esposa del portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, estaba en Israel de vacaciones, pese a haber sido puesto en una lista de sanciones de Estados Unidos en el mes de marzo.
Agencias