A Rusia le urge adquirir más municiones para su guerra en Ucrania mientras Corea del Norte implora divisas, combustible y alimentos para su hambriento pueblo
NotMid 19/06/2024
ASIA
Las calles de Pyongyang están bañadas de banderas rusas y de grandes retratos de Vladimir Putin. “La amistad entre Corea del Norte y Rusia es eterna”, se puede leer en varias pancartas gigantes desplegadas por una de las principales autopistas que conducen a la ciudad donde el presidente ruso aterrizó la pasada madrugada (hora local). El líder norcoreano, Kim Jong-un, lo recibió a pie de pista con un cálido abrazo. Después, ambos se dirigieron a la Casa de Huéspedes Estatal de Kumsusan, la residencia donde Putin pasó la noche. “Los dos líderes estuvieron conversando animadamente, compartiendo sus pensamientos más íntimos”, reza la nota publicada por los medios norcoreanos.
Muchos ojos están puestos este miércoles en los acuerdos militares y comerciales que Kim y Putin están cerrando en Pyongyang. Ambos llevan tiempo estrechando una relación nacida de una conveniencia estratégica: cada uno tiene algo que el otro necesita. A Rusia le urge adquirir más municiones para su guerra en Ucrania, sobre todo proyectiles de artillería de alto calibre. Corea del Norte implora divisas, combustible y alimentos para su hambriento pueblo, además de la tecnología rusa para avanzar en su carrera nuclear y el desarrollo de misiles balísticos y satélites espías.
“Apreciamos mucho su apoyo constante e inquebrantable a la política rusa, incluso en dirección a Ucrania“, dijo Putin al inicio de las conversaciones según las primeras lecturas que llegan desde la parte rusa.
Fueron los medios estatales rusos los que publicaron las primeras imágenes de una pomposa ceremonia de bienvenida con centenares de globos flotando sobre la plaza que lleva el nombre del fundador de Corea del Norte, Kim Il-sung, abuelo del actual líder. Miles de norcoreanos vitorearon a Putin y levantaron ramos de flores y banderas en un ejercicio coreografiado de adulación, mientras que la orquesta militar tocó los himnos nacionales de las dos naciones.
Además de los focos principales sobre los protagonistas, las cámaras también captaron la presencia de la mujer más poderosa de Corea del Norte, Kim Yo-jong, hermana del presidente norcoreano. En la delegación rusa destacaba el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, quien ya estuvo en Pyongyang a finales del año pasado, y el ministro de Defensa, Andrei Belousov.
Tras la ceremonia de bienvenida, Kim y Putin se subieron a un Mercedes descapotable y, saludando de pie a la multitud, se dirigieron a la reunión concertada a puerta cerrada donde se espera que ambos sellen lo que el Kremlin ha llamado un “acuerdo de asociación estratégica”, que incluye una red propia de intercambios comerciales y de pagos que no pasé por Occidente y que ayude a Moscú a eludir las sanciones.
Agencias