Podemos es cómplice del régimen iraní. Conviene recordarlo ahora que vienen elecciones
NotMid 27/12/2022
OPINIÓN
MAITE RICO
Cien días llevan en Irán las protestas que desató el asesinato de Mahsa Amini a manos de la policía de la moral por «llevar mal» el velo. Desde entonces han muerto 500 manifestantes, entre ellos 69 niños. Dos jóvenes han acabado colgados en esas grúas que, como recordaba en estas páginas Ferran Barber, elevan lentamente a los condenados para causarles una agónica muerte por asfixia. Otros 26 están a la espera.
Retada por sus jóvenes en las calles, la Revolución Islámica ha dado rienda suelta a su naturaleza más despiadada. La cadena británica BBC está poniendo nombres y rostros a todas esas víctimas, una investigación tan apabullante como desoladora. Hasta ahora han identificado a 75 fallecidos. Como las estudiantes Nika Shakarami y Sarina Esmailzadeh, de 16 años, y Asra Panahi, de 15, muertas a bastonazos. O Erfan Rezaei, tiroteado por arrancar un cartel. Tras los asesinatos, la policía entierra los cuerpos en secreto y chantajea a las familias para devolverlos. Al padre de Hamed Salahshoor, taxista de 23 años, le obligaron a declarar que su hijo había muerto de un infarto. Cuando recibieron el cadáver comprobaron que estaba destrozado por las torturas.
Las violaciones son habituales en las comisarías. A menudo las graban, para coaccionar a las víctimas. Varios jóvenes han tenido que ser hospitalizados. Al menos tres menores se han suicidado tras su excarcelación, entre ellos Arshia Alamdari, detenido por haberle quitado el turbante a un clérigo.
La casuística es interminable, horrenda. Las fotos muestran rostros sonrientes y hermosos de chicos y chicas. Una generación que no quiere vivir sometida a clérigos con las almas podridas. Ante una de las rebeliones cívicas más conmovedoras, el respaldo internacional se ha limitado hasta ahora al corte de mechoncitos.
Aquí en España, una parte del Gobierno es cómplice de estas atrocidades. Pablo Iglesias cobró de la televisión iraní y se ve que la deuda es enorme, porque en Podemos todos callan. Incluso la aguerrida Irene Montero desprecia un movimiento cuyo lema es «Mujer, vida y libertad». Es más, mientras las iraníes mueren por liberarse del velo, Igualdad lo respalda con una campaña que acusa de racismo a quienes no contraten a mujeres cubiertas. La foto muestra a una con un hiyab negro, ese sí, cerradito y «muy bien puesto». Conviene tener esto presente ahora que vienen elecciones. Tanta miseria moral no merece ser correspondida con un voto.