Máxima tensión en Caracas al forzar la nueva mayoría una sesión extraordinaria del Parlamento que este viernes ratificará el fin del gobierno interino
NotMid 30/12/2022
IberoAmérica
La refriega interna en la oposición, a costa de la eliminación de la presidencia encargada, alcanzó este jueves en Caracas momentos de máxima tensión cuando la nueva mayoría forzó la convocatoria para este viernes de la sesión extraordinaria del Parlamento que ratificará el fin del gobierno interino. Los diputados del llamado G3, conformado por Primero Justicia (PJ, centrista), Acción Democrática (AD, socialdemócrata) y Un Nuevo Tiempo (UNT, socialcristiano), obligaron a que Juan Guaidó diera marcha atrás a su pretensión inicial de retrasar este pleno trascendental hasta el 3 de enero.
Ante lo que parece la eliminación inminente de la presidencia encargada, que ha desafiado a la dictadura bolivariana durante los últimos cuatro años, Guaidó ha propuesto una solución de última hora: dar un paso al costado, es decir, retirarse, y que la nueva mayoría elija un presidente interino para 2023 y que se mantenga esta figura constitucional nacida tras el desconocimiento de Nicolás Maduro, “ganador” de unas elecciones fraudulentas en 2018.
“Reitero que la insistencia de mantener la presidencia (E) no es por Juan Guaidó, sino un deber constitucional para defender a los venezolanos y preservar la unidad. Cumplamos nuestro rol”, subrayó en un mensaje al país el líder opositor. La salida que ofrece Guaidó, y a la que atribuye peso constitucional, se pondría en marcha durante la votación tradicional del 5 de enero, el día que la Asamblea Nacional (AN) decide quién conformará la mesa directiva del poder legislativo, integrada por presidente, vicepresidentes y secretario.
Quienes apoyan a Guaidó, tanto Voluntad Popular (VP) como otros partidos pequeños y parlamentarios independientes, además de la Fracción 16J encabezada por la radical María Corina Machado, pretendían ganar unos días para evitar lo que parece una segura extinción. El propio Guaidó se atribuyó el poder de retrasar la sesión prevista para ayer tras escuchar a distintos actores políticos, entre ellos al vicepresidente legislativo Juan Pablo Guanipa, uno de los 72 diputados que la semana pasada votaron en su contra.
El G3 reaccionó con furia tras la maniobra de Guaidó. “La inmensa mayoría de esta AN que representamos demuestra su preocupación (tras) no convocar la sesión dentro de los lapsos establecidos lo que acarrea graves consecuencias y pone en riesgo el desempeño del Parlamento y la protección de los activos”, destacaron en un comunicado.
La nueva mayoría asegura que ha mantenido conversaciones con sus aliados internacionales, que les han garantizado que el nuevo esquema de poder que proponen también será capaz de proteger los activos bloqueados en el extranjero, que se calcula suman cerca de 40.000 millones de dólares.
La cuenta atrás para el presidente encargado se inició la semana pasada, cuando 72 diputados votaron a favor de su eliminación, 23 lo hicieron en contra y 9 se abstuvieron. La fecha tope para tomar la decisión definitiva es el 4 de enero, un día antes de que se elija quién presidirá la nueva prórroga anual de la AN. Guaidó lo ha hecho en las últimas cuatro legislaturas anuales, pero su reelección también está en entredicho.
El pulso mantiene atónito al país político, pero se desarrolla a espaldas de los venezolanos de dentro y de fuera, indiferentes ya desde hace tiempo a lo que sucede en el interior de la alianza democrática. “Nos tocó la peor tiranía de la corta historia republicana de Venezuela, en el mismo tiempo, salvo honrosas excepciones, de la oposición más incapaz y ruin. Qué desgracia tan grande”, se quejó el politólogo Walter Molina Galdi.
Agencias