El pacto con Bildu sobre los ERE -que rescata una medida ya rechazada en la negociación de la reforma laboral- supone una ruptura de la buena fe
NotMid 16/12/2022
EDITORIAL
El diálogo social ha saltado por los aires en un reflejo de que la política económica del Gobierno empieza a seguir los pasos de la institucional, basada en la quiebra del consenso -en este caso el alcanzado entre sindicatos y patronal- y la traición a la palabra dada. El repentino pacto con Bildu sobre los ERE -que rescata una medida ya rechazada en la negociación de la reforma laboral- supone una ruptura de la buena fe y convierte al ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz en un interlocutor no fiable de cara a negociaciones en marcha como la del SMI (salario medio interprofesional) o la reforma de las pensiones.
La enmienda a la nueva Ley de Empleo -que refuerza el papel de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social como aval en caso de despido colectivo que certifique las causas que concurren para autorizarlo- ha provocado que la CEOE se levante de la mesa: una postura comprensible incluso desde los propios sindicatos que se sientan enfrente de la parte empresarial. Así lo reconoce Pepe Álvarez, secretario de UGT, en nuestras páginas: «Entiendo el enfado de CEOE, lo pactado con Bildu hay que abordarlo en el diálogo social»