El ex presidente del Gobierno llama a la movilización social: “Nadie puede quedarse al margen”
NotMid 13/09/2023
ESPAÑA
José María Aznar irrumpió este martes con fuerza en el debate de la investidura. El ex presidente del Gobierno desde 1996 a 2004 llamó a la movilización de la sociedad civil contra la posible amnistía de los delitos del procés y apremió a que «nadie se quede al margen» de esa reacción ciudadana y política. «Hay que decir de nuevo ¡basta ya! España no puede volver y no va a volver a un sistema basado en la exclusión, en el sectarismo, ni en la destrucción programada de la nación», dijo en la apertura del Campus de Faes, el think tank que él preside.
La apelación a la rebeldía contra la amnistía que hizo Aznar fue total. «Nadie puede quedarse al margen de una tarea que nos debe convocar para asegurar el futuro. Ninguna instancia, ningún poder democrático, ningún liderazgo social, cultural o intelectual, tampoco la izquierda constitucional que se juega su propia identidad y su trayectoria, nadie, insisto, con sentido de responsabilidad, comprometido con el acuerdo histórico entre españoles», enfatizó.
«Es preciso activar todas esas energías» para librar «una contienda democrática y de afirmación del Estado de Derecho», arengó Aznar. Fuentes cercanas al ex presidente confirmaron a este diario que con este mensaje también quería, entre otras cosas, apremiar al PP de Alberto Núñez Feijóo a ejercer un liderazgo y capitanear la batalla contra el posible pacto para hacer borrón y cuenta nueva de los delitos del procés.
La dirección nacional de los populares apoya sus palabras y recoge el guante, pero esperará a conocer la hipotética ley de amnistía antes de tomar una decisión sobre posibles movilizaciones. «Secundamos que habrá que dar una respuesta a la amnistía, pero lo haremos cuando tengamos un texto», apuntan a este diario. No se trata de una huida hacia delante, sino de un manejo de los tiempos. «No descartamos nada», recalcan las mismas fuentes.
PRESIÓN POLÍTICA
Feijóo prefiere la iniciativa parlamentaria a echarse a la calle con pancartas, pero se guarda esa carta, por si acaso necesita activarla «más adelante». «Si el PSOE cede ante Puigdemont, habremos de dar una respuesta contundente y adecuada, pero eso de momento no ha pasado», insisten en Génova, donde ahora quieren volcarse en la investidura de Feijóo y en intensificar su presión política a los socialistas, para «retratarlos» sobre la amnistía.
Mientras tanto, el Gobierno cargó contra Aznar con dureza de pedernal: «Resulta de absoluta gravedad que un ex presidente del Gobierno haga este tipo de declaraciones, que se parecen más a comportamientos antidemocráticos y golpistas que a los de un ex presidente», dijo Isabel Rodríguez, portavoz del Gobierno, tras la reunión del Consejo de Ministros. El Gobierno considera que Aznar «habla de rebelión nacional, no cívica», aunque lo cierto es que el ex presidente no pronunció esas palabras: «No ha hablado de rebelión. Quieren tergiversar su mensaje que ha sido completamente democrático», explican fuentes de Faes.
El PP saltó contra el Ejecutivo por tildar de «golpistas» los mensajes de Aznar. Feijóo tuiteó: «El mismo Gobierno que antes de perder las elecciones tachaba la amnistía de inadmisible, ahora la negocia con independentistas mientras insulta a los ex presidentes que se rebelan por esto. Lo hicieron con González y ahora con Aznar. España no callará ante su inmoralidad»
«Sánchez negocia con un golpista como Puigdemont y manda a Bruselas a la vicepresidenta a hacerle cariñitos. Que sean ellos los que llamen golpista a un ex presidente es el colmo, lo peor de todo lo que ha pasado», añaden fuentes del entorno del presidente popular. «Sabemos que es una cortina de humo para que no se hable de la rebaja de la pena de un miembro de La Manada» en aplicación de la Ley del sólo sí es sí, agregan, «pero el PP no puede permitir que se llame golpista a un ex presidente». «A diferencia del PSOE, que insulta a Felipe González, nosotros defendemos a nuestro ex presidente cuando se le insulta», rematan.
El mismo día en que Aznar pidió «plantar cara con toda la determinación a un plan que quiere acabar con la Constitución», Sociedad Civil Catalana convocó una manifestación que tendrá lugar el próximo 8 de octubre en Barcelona bajo el lema No en mi nombre. Ni amnistía. Ni autodeterminación, contraria las condiciones que exigen los partidos independentistas de cara a una eventual investidura de Sánchez. Aunque Feijóo no reveló aún si irá, Isabel Díaz Ayuso sí lo hizo, y tuiteó: «Ahí estaré».
Seguía así, a bocajarro, la senda abierta por Aznar, que quiso ejercer de nuevo un liderazgo ideológico en el centroderecha. En un momento «dramático» para el país, «porque existe un riesgo cierto existencial para la continuidad de España como nación» de ciudadanos libres e iguales «bajo el imperio de la ley», Aznar alertó de que «no será la primera vez que la fortaleza de la sociedad española se pone a prueba». «La involución, el terrorismo, la sedición han querido frustrar nuestra voluntad de convivencia», dijo, y ahora la amnistía sería el cuarto gran desafío desde 1978.
En un discurso de mucha contundencia dialéctica y dotado de una gravedad diferente a los de Feijóo, Aznar incidió en que «lo que está en marcha es una operación de desmantelamiento de la Constitución, de destrucción de su legitimidad, de reversión de una gran historia de éxito». Por si quedaban dudas, fue más claro aún: «La entrega del socialismo al secesionismo a cambio de mantener el poder es por sí sólo el hecho más destructivo que hemos padecido en la política democrática».
«No hay ningún Estado cuyos dirigentes no hayan perdido la cabeza que acepte ni como hipótesis una amnistía que, además de dar impunidad, legitima una gravísima intentona sediciosa y es una invitación a volverlo a hacer», remató.
Agencias