NotMid 23/07/2022
OPINIÓN
Rusia y Ucrania sellaron ayer su primer acuerdo después de 150 días del inicio de la guerra desatada por la atroz invasión por parte del régimen de Putin de su país vecino. La resolución no es, por desgracia, ningún avance en el diálogo para poner fin a la contienda. Pero representa un enorme alivio para la comunidad internacional. Porque Kiev y Moscú han firmado en Estambul las condiciones por las que se va a permitir exportar grano de los puertos ucranianos, en los que se calcula que se acumulan más de 20 millones de toneladas de distintas clases de cereales.
La noticia llega tras una complicada negociación auspiciada por el presidente turco y por el secretario general de Naciones Unidas. Se trata de un asunto fundamental puesto que el bloqueo -que ha interrumpido el suministro mundial de alimentos, combustible y fertilizantes-, además de haber disparado los precios de los cereales, estaba creando ya una crisis alimentaria más que preocupante. Da cuenta de la magnitud del problema el hecho de que Rusia y Ucrania juntas copaban hasta ahora alrededor del 30% del mercado global de cereal. De Ucrania se ha dicho siempre que era el granero de Europa, por cuanto el 60% de su territorio cultivable se dedica a ello. En el caso de España, de allí nos llegaban el 22% de nuestras importaciones anuales.
Existen muchos recelos sobre que se vayan a respetar los términos del acuerdo. Kiev no está dispuesto a que Rusia aproveche para ganar posiciones en su asedio a las regiones ucranianas del sur y Moscú desconfía de que el tránsito de los barcos le sirva al Gobierno de Zelenski para avanzar en su suministro de armas. En todo caso, es obvio que Putin se sentía fuertemente presionado por parte de muchos regímenes afines o al menos no hostiles, dado que esta crisis del grano estaba empezando a causar serios problemas en muchos países del norte de África o de Oriente Próximo, como un elemento claramente desestabilizador.
Mientras, la guerra continúa, con dos ejércitos exhaustos que han sufrido un extraordinario desgaste. Rusia ha consolidado sus posiciones con un control total de Lugansk, una de las dos regiones del Donbás, aunque de momento se le resiste hacerse con la otra, Donetsk. Pero el hecho de que la ayuda militar prometida por Occidente le llegue a Kiev tan con cuentagotas va inclinando progresivamente la balanza del lado de un Putin que incluso amenaza con extender la ofensiva más allá de este territorio.