NotMid 07/06/2024
EDITORIAL
EL 80ª aniversario del Desembarco de Normandía permite conmemorar la paz en una Europa golpeada por la guerra en Ucrania. El sacrificio que supuso la operación del Día D, el 6 de junio de 1944, permitió a las democracias occidentales no solo derrotar a Hitler, sino evitar que Stalin se hiciera con el control de Europa central. Ocho décadas después, la ausencia de Putin en el acto institucional de ayer -sí estuvo presente Zelenski- muestra el desgarro en territorio europeo como consecuencia de la invasión rusa. «La batalla contra la dictadura continúa», proclamó Joe Biden, enfatizando así la lucha contra la tiranía como un pilar democrático irrenunciable. En su emocionante discurso puso en valor la alianza atlántica que emergió sobre las cenizas de 1945 en defensa de los derechos y de las libertades.
De ahí la importancia de evocar el Día D como un tributo a la autoridad moral de la democracia liberal, cuyos valores están ahora en riesgo por la doble amenaza de la brutalidad criminal del Kremlin y de los populismos disolventes. Las elecciones europeas determinarán el futuro del continente en un contexto de auge de la derecha radical, cuyo papel en la arquitectura comunitaria depende de la correlación de fuerzas que deparen las urnas. Europa se juega preservar el orden mundial por el que los aliados tomaron las playas normandas.