“Estamos buscando dialogar con nuestros homólogos surcoreanos en todos los niveles, tanto aquí como en Seúl”, afirma Washington
NotMid 04/12/2024
MUNDO
El subsecretario de Estado de Estados Unidos, Kurt Campbell, ha declarado este martes que su país observa los acontecimientos en Corea del Sur, aliado clave de Washington, con “grave preocupación” y confía plenamente en que cualquier disputa política se resolverá de manera pacífica y conforme al estado de derecho.
Campbell ha hecho estas declaraciones durante un evento en el Departamento de Estado, después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, sorprendiera al país asiático con un anuncio televisado a última hora del martes en el que declaró la ley marcial, criticó duramente a sus oponentes políticos y generó una ola de conmoción tanto a nivel nacional como internacional. Tras el anuncio del líder surcoreano, se reportó la presencia de tropas intentando ingresar al Parlamento, que posteriormente se han retirado tras el bloqueo de la medida de Yoon por parte de 190 diputados.
“Estamos observando con grave preocupación los recientes acontecimientos en la República de Corea”, ha afirmado Campbell. “Estamos buscando dialogar con nuestros homólogos surcoreanos en todos los niveles, tanto aquí como en Seúl”, ha añadido.
Tanto Campbell como la Casa Blanca han señalado que el presidente Joe Biden, así como el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y el secretario de Estado, Antony Blinken, han sido informados sobre la situación en Corea del Sur. El político también ha calificado la alianza entre Washington y Seúl de “inquebrantable”.
“Apoyamos a Corea en este momento de incertidumbre. Quiero enfatizar además que tenemos plena confianza y expectativa de que cualquier disputa política se resolverá de manera pacífica y respetando el estado de derecho”, ha concluido.
Reino Unido, por su parte, también ha afirmado estar “siguiendo de cerca la evolución de la situación en Corea del Sur”, y ha pedido a sus ciudadanos que se encuentren en el país asiático que “eviten las manifestaciones”.
“Obviamente, se trata de una situación que evoluciona muy rápidamente […] Seguimos de cerca la evolución de la situación en Corea del Sur”, ha declarado un portavoz del primer ministro, Keir Starmer, mientras que el Ministerio de Asuntos Exteriores pidió a los ciudadanos británicos que “sigan el consejo de las autoridades locales y eviten las manifestaciones políticas”
Corea del Sur se dirige hacia un ‘impeachment’ para destituir al presidente después de su fallido ‘golpe de Estado’
Seis partidos de la oposición presentan una moción para destituir al Yoon por su efímera declaración de la ley marcial. El ministro de Defensa presenta su dimisión
Sheung dice que la ley marcial declarada el martes por la noche por el presidente de Corea del Sur, junto con el vago pretexto de que lo hacía por las amenazas comunistas, le recordó a las historias que le contaba su padre sobre cómo anteriores gobiernos autoritarios, durante la Guerra Fría, utilizaban esa misma narrativa como justificación para las masacres que cometieron contra estudiantes y sindicatos.
Sheung, politólogo de 27 años, asegura que en aquella larga madrugada en la que la democracia de su país pasó cinco horas secuestrada por un oscuro decreto, él estaba dispuesto a plantar cara a los militares si se hubiera llegado a ese extremo. Como miles de personas, se plantó frente al Parlamento hasta que los soldados se retiraron después de que los legisladores tumbaran la ley marcial de Yoon Suk-yeol, el ex fiscal estrella que viró hacia un fallido autogolpe inaudito en la historia de la Corea del Sur democrática.
“Me hubiera enfrentado a los militares por mi padre, que participó en los movimientos estudiantiles que desafiaron en 1980 la dictadura del general Chun Doo-hwan, que entonces estaba apoyada por Estados Unidos. Esperemos que ahora nuestro aliado de Washington sepa colocarse en el lado correcto de la historia”, afirma el joven.
Al final, como señala desde los alrededores del Parlamento un profesor universitario llamado Kwan, los manifestantes surcoreanos dieron un ejemplo de comportamiento cívico a la vez que defendían con sobriedad los ideales democráticos que tanto costó abrazar. “Ahora, el presidente Yoon tiene que renunciar”, dice.
Este miércoles, seis partidos de la oposición han presentado una moción para destituir al presidente Yoon por su efímera declaración de la ley marcial. “Hemos presentado una moción de impeachment preparada con urgencia”, dijeron en una rueda de prensa representantes de estas formaciones.
Además, la crisis democrática se ha cobrado su primera víctima política: el ministro de Defensa surcoreano, Kim Yong-hyun, se ha disculpado este miércoles y ha presentado su dimisión tras el fallido intento de imponer la ley marcial. “Lamento profundamente y asumo toda la responsabilidad por la confusión y la preocupación causadas al público por la ley marcial” y “he ofrecido mi dimisión al presidente”, ha anunciado Kim en un comunicado.
En Seúl, a pie de calle, la opinión mayoritaria es que el líder debe salir de la Casa Azul, el equivalente surcoreano a la Casa Blanca. Durante toda la mañana y el mediodía, muchos legisladores, tanto de la oposición como del partido del Gobierno, han pasado por la puerta del Parlamento para expresar su opinión -crítica- delante de cientos de seguidores de todo tipo de ideologías sobre el caos de la pasada madrugada.
Toda la oposición está intensificando las presiones para forzar la marcha del presidente y la palabra anglosajona impeachment -proceso de destitución- está en boca de todos. Incluso el partido de Yoon le está dando la espalda. Los medios de derechas y de izquierdas también han salido con editoriales demoledores contra Yoon.
“La ley marcial cruzaba gravemente la línea de los límites políticos aceptables y ahora hay que exigir rendición de cuentas. Lo que pasó fue una vergüenza nacional para una de las 10 principales democracias del mundo”, señala el diario conservador Chosun Ilbo.
“La declaración de Yoon fue una traición al pueblo. No damos crédito a que en la Corea del siglo XXI un presidente electo pueda utilizar la misma justificación que la junta militar utilizó hace 45 años. Yoon ha perdido el mínimo de juicio y racionalidad que se requiere de un jefe de Estado”, suelta por su parte el periódico de izquierdas Hankyoreh.
El Partido del Poder Popular, la principal formación de la oposición, cuyos legisladores saltaron barricadas y tuvieron que entrar en el Parlamento a empujones con los militares para poder votar contra la ley marcial, acusan a Yook de “insurrección”. El sindicato más grande del país también ha convocado una “huelga general indefinida” hasta que el presidente dimita. Incluso el líder de su propio partido, del gobernante Poder Popular, Han Dong-hoon, ha dicho que el líder debe rendir cuentas.
Los partidos de oposición controlan juntos 192 escaños de los 300 que tiene la Asamblea Nacional (el Parlamento), por lo que necesitarían que al menos ocho legisladores del propio partido de Yoon se unan a ellos para alcanzar la mayoría de dos tercios requerida en la legislatura para el impeachment.
Como explican este miércoles varios analistas políticos surcoreanos, si la Asamblea decide iniciar el proceso contra el presidente, la destitución formal deberá ser confirmada por al menos seis de los nueve jueces del Tribunal Constitucional. De caer Yoon, sería el segundo presidente surcoreano en ser destituido este siglo tras la conservadora Park Geun-hye, quien acabó en prisión por un escándalo de corrupción cuya investigación lideró el propio Yoon cuando era fiscal general del Estado.
“La declaración de la ley marcial es ilegal y constituye un acto criminal que viola directamente la Constitución. Es esencialmente un golpe de Estado”, manifestó un político de la oposición, Kim Ming-seok, en una inusual declaración en inglés a los medios extranjeros que cubren la crisis política en Seúl.
La política interna de Corea del Sur, además de dominada por una corrupción endémica, ha sido en las últimas décadas un sucio cuadrilátero de peleas, muchas de ellas surrealistas, entre adversarios de todos los colores. Pero hasta ahora ningún líder en democracia había llegado tan lejos como Yoon, asediado en los últimos meses por la oposición, que ha utilizado su control en el Parlamento para destituir a dirigentes del gabinete del presidente y ha bloqueado un ambicioso proyecto de ley de presupuestos.
Agencias