Brian Nichols, subsecretario estadounidense para América Latina y el Caribe, advirtió que el artista disidente, quien abandonó la huelga de hambre que mantenía desde enero en prisión, “continúa gravemente enfermo”
NotMid 07/04/2022
IberoAmérica
Estados Unidos exigió este miércoles a la dictadura de Cuba que brinde “atención médica inmediata” al opositor y preso político Luis Manuel Otero Alcántara, quien abandonó la huelga de hambre que mantenía desde enero en la cárcel donde está detenido por las protestas del 11 de julio pasado.
“Urgimos a las autoridades cubanas que brinden atención médica inmediata a Luis Manuel Otero Alcántara, quien continúa gravemente enfermo mientras se encuentra detenido”, expresó en redes sociales el subsecretario estadounidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols.
En el mismo mensaje, el alto funcionario del Departamento de Estado norteamericano denunció que “el constante maltrato, privación de la atención médica y tortura de los presos políticos por parte del régimen cubano son una afrenta a los valores universales”.
El artista opositor había iniciado su ayuno el pasado 18 de enero después de que, tras seis meses de prisión provisional, la Fiscalía cubana rechazó modificar la medida cautelar de cárcel y dejarlo en libertad a la espera de juicio.
La activista Claudia Genlui, del disidente Movimiento San Isidro (MSI), informó en redes sociales que Otero Alcántara “ya dejó atrás la estrategia de la huelga de hambre, lo que no significa que cambia su postura respecto a otras cosas”.
También relató que el opositor “está dispuesto a enfrentar un juicio y a asumir las consecuencias; sigue declarándose inocente y apoya a todas las personas que han salido de Cuba por alguna razón”.
Brian Nichols, subsecretario de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos (EFE/Ernesto Arias)
Pero señaló que Otero Alcántara “sigue estando en el ‘corredor 25′ de los castigados, de los que no tienen derechos a llamadas telefónicas”.
Otero Alcántara, de 34 años, está detenido en la prisión de Guanajay (occidente), luego de intentar sumarse a las masivas manifestaciones contra el régimen de Miguel Díaz-Canel del pasado 11 de julio.
La Justicia cubana lo incrimina por los presuntos delitos de desacato, desorden público e instigación a delinquir, así como de ultraje a los símbolos patrios, acusaciones que la ONG Human Rights Watch considera injustas e infundadas.
Ese día, miles de cubanos salieron a las calles de forma espontánea para reclamar más libertades y un cambio político tras seis décadas de dictadura, en unas protestas que se saldaron con centenares de detenidos.
Desde diciembre se han sucedido en Cuba los juicios a manifestantes del 11 de julio, con centenares de acusados. Varias ONG han denunciado falta de garantías, fabricación de pruebas y penas muy elevadas.
Según Justicia 11J y la ONG Cubalex, un total de 1.442 personas han sido detenidas en relación con las protestas. De ellas, al menos 756 continúan en centros de reclusión. Prisoners Defenders, por su parte, señala que al menos 842 personas se encontraban a finales de 2021 en prisión en la isla por motivos políticos, en su mayoría por los hechos del 11 de julio.
Miguel Díaz-Canel mostró este martes la disposición de su país para dialogar con su “adversario” Estados Unidos, pese a las históricas diferencias entre ambas naciones. “No necesitamos tampoco la confrontación para existir, como piensan algunos tontos”, escribió el dictador en Twitter al citar una frase de Fidel Castro (1926-2016).
Miles de cubanos fueron detenidos y condenados por la justicia castrista por haber participado de las protestas del 11J contra la dictadura de Miguel Díaz-Canel (EFE/Ernesto Mastrascusa)
Ambos países comenzaron en 2015 un acercamiento, conocido como “deshielo”, durante el último mandato de Barack Obama (2009-2017), pero fue revertido con la administración del republicano Donald Trump (2017-2021).
Trump endureció las sanciones económicas contra la isla y paralizó gran parte de las medidas tomadas por su antecesor demócrata.
En 2017, Estados Unidos redujo al mínimo el personal de su embajada en La Habana y desvió los servicios consulares a terceros países luego de los “incidentes de salud” contra sus diplomáticos en la isla y cuyos motivos aún no han sido aclarados.
Tras su llegada a la Casa Blanca en enero de 2021, el presidente estadounidense Joe Biden dijo que revisaría las políticas aplicadas por Trump.
Sin embargo, Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional de Biden, afirmó en noviembre pasado que las “circunstancias cambiaron” en la política hacia Cuba tras las protestas del 11 de julio, y que fueron duramente reprimidas por las autoridades.
Agencias