La senda del Año II de la guerra de Ucrania
NotMid 20/02/2023
MUNDO
Kiev bulle ya de periodistas. Los reporteros se pasean por las calles de la capital ucraniana, refugiándose del frío en los cafés de la ciudad, a la espera del inminente y triste cumpleaños del conflicto.
Todos tenemos en mente la fecha del 24 de febrero, primer aniversario de la guerra de Ucrania. Pero el reloj de la Historia ha iniciado ya una importante cuenta atrás, desde hoy mismo y hasta el viernes. La semana que entra es determinante para recolocar la actualidad bélica y diplomática, cuando el preludio de la ofensiva rusa ya es palpable.
La Conferencia de Seguridad de Múnich de este fin de semana (el Davos de Defensa) ha sido el aperitivo de una serie de citas que no se pueden perder de vista. Este mismo lunes, el presidente estadounidense, Joe Biden, llegará a Polonia. Todo un gesto para un país que está en la vanguardia del apoyo a Volodimir Zelenski. La visita ya ha escocido en el bando ruso: el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko, ha conminado al presidente estadounidense a bajarse de la escalerilla del avión no en Varsovia, sino en Minsk. “Tenemos aeropuertos internacionales. Su Air Force One puede aterrizar aquí”, ha dicho con sorna Lukashenko, en un momento en el que pocas ganas quedan de reír…
El martes, la mirada internacional se posará sobre Moscú. Vladimir Putin saldrá de la columna del Kremlin tras la que lleva escondido buena parte de 2022 y se dirigirá al Parlamento, pronunciando un discurso solemne y esperado. Veinticuatro horas después, el miércoles, se ha fijado una reunión extraordinaria de las dos Cámaras (Alta y Baja) rusas, por lo que bien podría ser que el presidente anuncie algo que requiera una adopción de leyes posterior. Lo mejor será leer las crónicas de Xavier Colás, los ojos de este periódico en Moscú, que nos informará sobre la senda que decida seguir recorriendo el Kremlin.
Mientras, en territorio europeo habrá múltiples movimientos: el lunes, en Bruselas, se celebrará un consejo de ministros de Exteriores de la UE para abordar la continuación del apoyo militar a Ucrania. En este encuentro, habrá un invitado especial: el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba. Al día siguiente, Kuleba se trasladará a la sede de la mismísima Alianza Atlántica para participar en una reunión con el secretario general Jens Stoltenberg y el Alto Representante Josep Borrell.
El miércoles, en la residencia oficial sueca de Harpsund tendrá lugar una cita nórdica, con capitales involucradas y afectadas por la guerra. Los líderes congregados serán los de Finlandia, Suecia y Noruega. Justo en un momento en que Helsinki y Estocolmo esperan su ingreso oficial en la Alianza, pero que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, sigue boicoteando.
Paralelamente, en Nueva York, la ONU tiene prevista una reunión de dos jornadas por el aniversario de la guerra, que incluirá el voto de una resolución de respaldo a Ucrania.
Ahora bien, quizá el jueves es el día que hay que subrayar en rojo, ya que en Rusia se celebra una festividad especial: el Día de los Defensores de la Patria. De hecho, muchos ucranianos temen más esta jornada que la del viernes, pues creen que el ejército ruso podría utilizar el simbolismo de la fecha para exhibir músculo y audacia ante Putin o viceversa.
En todo caso, ocurra lo que ocurra en las horas, jornadas y citas previas al aniversario, el día 24 los corazones occidentales estarán con Kiev. Al amanecer de esa jornada, hace un año, las botas rusas pusieron rumbo a conquistar a sangre y fuego la capital ucraniana. Se quedaron a las puertas. El milagro ucraniano empezó ahí a alumbrar. Desde entonces, hasta ahora, a lo largo de un año, Rusia ha puesto a prueba la resiliencia y valentía ucranianas, pero también al mundo entero. Europa y Estados Unidos cerraron filas con Zelenski; China e India se pusieron de perfil, convirtiéndose al final en socios comerciales (lo que es muy relevante, debido a las sanciones occidentales), e Irán empezó a suministrar drones con los que ha causado mucho sufrimiento.
El aniversario de la invasión no sólo es el recuerdo y lamento de los miles de muertos, millones de refugiados y hogares e infraestructuras devastados; también lo es del desafío al que ha sido sometido el orden mundial al trastocarse las normas, la economía y las alianzas internacionales.
El mismo día 24, Jens Stoltenberg y la presidenta de la Comisión Europa, Ursula von der Leyen, estarán con Kaja Kallas, la primera ministra de Estonia (quien suena, por cierto, como posible candidata a ocupar el trono de la Alianza Atlántica). Los tres líderes celebrarán en la bella ciudad de Tallín el aniversario de la independencia de Estonia. Hace poco más de 30 años, los países bálticos seguían bajo dominio soviético. De ahí la línea dura que mantienen frente a Rusia, de ahí su insistencia en que no hay que doblegarse, y de ahí su mensaje de que la doctrina que defiende que por los puentes por donde pasan mercancías no cruzan armas no es válida. Entramos en el Año II de la guerra. Hará falta mucha firmeza, pero también -como veremos estos días- mucha diplomacia y unidad.
Agencias