NotMid 10/10/2021
España disputa este domingo una final, ante Francia, tras ocho años de decepciones.
Campeona de Europa en 2012, en el que fue su último título oficial y que cerraba la mejor época de su historia, el 30 de junio de 2013, en Maracaná, el equipo que dirigía Vicente del Bosque se enfrentó a la Brasil de Luiz Felipe Scolari en la final de la Copa Confederaciones… Un partido que solventó la canarinha liderada ya por Neymar con un concluyente 3-0 a su favor.
A partir de allí… La nada. Desquiciada en el Mundial de 2014 convirtiéndose en la segunda campeona del Mundo (después de Francia en 2002) eliminada en la fase de grupos, Italia la sentenció en los octavos de final de la Eurocopa de 2016, Rusia hizo lo propio en el Mundial de 2018 y otra vez Italia, esta vez en semifinales, la eliminó en la última Eurocopa, hace escasamente tres meses.
Para entonces, julio de 2021, Luis Enrique ya había comenzado una regeneración en el vestuario que de tan osada despertó, y mantiene por extraño que parezca, más críticas que elogios entre los medios periodísticos españoles, tan centrados primero en la ausencia del capitán Sergio Ramos en la Eurocopa como en la generalizada de futbolistas del Real Madrid después y en la convocatoria, finalmente, de un chaval de 17 años, Gavi, que además de tener una experiencia casi nula en Primera División (5 partidos) pertenece al Barcelona, un equipo en crisis deportiva pero que contribuye con cuatro jugadores al equipo nacional…
Francia, campeona del Mundo en vigor y descabalgada sorprendentemente por Suiza en los octavos de final de la última Eurocopa, se presenta como otra prueba de fuego para el combinado hispano, tan capaz de meterle un 6-0 a Alemania hace diez meses o bailar a Italia en Milán hace cuatro días como incapaz de sentenciar su clasificación para el Mundial empatando como local ante Grecia (1-1) en marzo o perdiendo en Suecia (2-1) en septiembre.
Es el peaje a pagar por lo que se entiende un equipo en construcción, en el que se multiplican jóvenes llamados a ser vitales en el futuro pero cuyo presente muestra oscuros y claros evidentes pero que mantienen la fe de un Luis Enrique tan convencido del camino emprendido que no duda en mantenerlo con todas las consecuencias.
PASADO Y PRESENTE
El de este domingo será el partido número 36 entre Francia y España, con un balance favorable a la Roja de 16 victorias, por 12 de los Bleus y 7 empates que siempre mantendrá en el escenario el 2-0 con que los galos vencieron en la final de la Eurocopa de 1984. De hecho, casi todos sus duelos fueron amistosos y entre los oficiales el dominio francés es cierto: cinco victorias por solo dos hispanas.
Esa es la historia del pasado cuyo último cara a cara se traslada a un amistoso jugado en marzo de 2017 en París y que ganó el equipo que entonces diría Julen Lopetegui por 0-2, con goles de Deulofeu y David Silva. De aquel partido solamente Busquets y Koke se adivinan hoy titulares por parte hispana… Señal del cambio de guardia que ha impuesto Luis Enrique en el vestuario.
España es la eclosión de Gavi y de Yeremi, la presencia de Èric García, la ambición de Pedri, de Ansu Fati, Ferran Torres, Bryan Gil, Pedro Porro… Futbolistas menores de 21 años que han tomado el protagonismo junto a Pau Torres, Unai Simón y Oyarzabal, que antes de los 25 ya son columna vertebral de un equipo al que el seleccionador remueve atendiendo tanto a las necesidades que entiende precisa el once como a sus intuiciones no siempre entendidas por los periodistas.
Este domingo pasa una auténtica prueba de fuego frente a Mbappé y Benzema, contra Griezmann, Pogba, Varane, Pavard… La Francia de Didier Deschamps, cuarta clasificada en el ranking FIFA por detrás de Bélgica (a la que derrotó en la semifinal de esta Nations League), Brasil e Inglaterra pero cuatro puestos por delante de España.
Considerado una de los mejores y más potentes equipos del mundo, el combinado Bleu puede, y debe, marcar, la realidad de esta España que regresa al primer plano nueve años después de conquistar su último gran trofeo y al cabo de ocho de jugar su útima final.
Solo Sergio Busquets permanece de aquel equipo campeón en 2012 y finalista en 2013. El último superviviente que es el enlace entre el pasado glorioso y el futuro ilusionante que en Milán, en San Siro, deberá mostrar su realidad.
Agencias