Lo difícil, para mí imposible, es resistir más de 100 minutos de agresión permanente, de boicot constante y de burricie colegial
NotMid 11/07/2023
OPINIÓN
FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS
Para ganarle a Sánchez no hace falta demasiado, siempre que no te enfrentes a él en una televisión bolivariana, de un sectarismo sonrojante, como demostró ser Atresmedia o Atresnegreira. Lo difícil, para mí imposible, es resistir más de 100 minutos de agresión permanente, de boicot constante y de burricie colegial como la que exhibió el candidato del PSOE, sin que, en algún momento, te saque de tus casillas, sobre todo cuando ves que los negreiras observan cómo brean a patadas a Vinicius y le sacan tarjeta… a Vinicius. Desde el minuto 1, Sánchez empezó a marcar goles en propia puerta, lo que pocos aguantarían es que el árbitro los anulase todos, y, de poso, los tuyos. Lo de Sánchez fue un suicidio asistido, pero para asistirlo había que estar ahí, y Feijóo estuvo. Mientras uno precisaba una fregona para secarse la cabeza, Feijóo no había roto a sudar. Y así, casi dos horas.
Además de la Moncloa, Feijóo y Sánchez se jugaban el liderazgo moral de la derecha y de la izquierda. Y mientras Feijóo salió fortalecido frente a Abascal, Sánchez salió debilitado ante los suyos. Tal vez por sospecharlo, el aún presidente convocó elecciones a toda prisa, antes de que su partido buscara otro candidato, pero lo que hubiera sido una lucha interna en la que podía retirarse para volver, en su estilo, se convertido en una moción de censura contra sí mismo, y sin un líder al que poder ganar.
No es un secreto que Feijóo tenía ciertos problemas como candidato de las derechas. Los de Sánchez, de puro sabidos, están asumidos por todos. Pero, si los que desconfiaban de Feijóo temen, y no sin motivo, el largo historial de traiciones del PP de Rajoy y Soraya, los que creían en la posibilidad de una remontada gracias a Sánchez quedaron chasqueados, ya que el líder remolcador dejó claro que está para que los otros lo remolquen. Nadie puede saber qué habría hecho Ayuso ayer frente a Sánchez, lo seguro es que difícilmente podía haberlo hecho mejor que Feijóo. Y con un regalo añadido: llevó tan lejos el odio a Vox, exageró tanto los males de la posible alianza de los dos partidos, que prácticamente invitó a votar al PP. Al final, el mejor jefe de campaña de Feijóo ha sido Sánchez.